"Las costureras": un melodrama pueblerino entre el humor y el misterio

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"Las costureras": un melodrama pueblerino entre el humor y el misterio

24 Julio 2022

Por Maricruz Gareca / Foto: Las costureras

"Dos costureras de pueblo, unidas por la costumbre y el aburrimiento, se embarcan en un imaginario que las saque de ahí, al menos de a ratos. Una muerte inesperada las empuja a actuar en la búsqueda de la verdad. Cualquier verdad. Caiga quien caiga". Con estas breves palabras se presenta Las costureras, este "melodrama pueblerino" escrito y protagonizado por Gabriela Ainstein y Renata Aiello y dirigido por Lucía Szlak. Ambientada en un pueblo del interior bonaerense, la pieza teatral rinde homenaje a la literatura de Manuel Puig, los relatos de Conan Doyle y el cine de suspenso y misterio, pero sobre todo, recupera el ambiente de los talleres de costura y, en un gesto muy entrañable y con una pizca de nostalgia, a la figura de las costureras.

AGENCIA PACO URONDO dialogó con las dramaturgas y actrices acerca del proceso creativo de la obra, la construcción de los personajes, los referentes que sirvieron como fuente de inspiración como así también sobre cómo es hacer teatro en tiempos de pospandemia.

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AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo fue el proceso creativo de la obra?

Gabriela Ainstein y Renata Aiello: El proyecto de Las costureras surgió a partir de la búsqueda de un tema/historia que nos cautivara. Comenzamos con un trabajo de mesa que abordamos antes de desarrollar nuestras primeras líneas creativas de texto. Y fue así que, apoyándonos en diversos materiales literarios como cuentos, novelas, relatos –y también con letras de canciones musicales– apareció "nuestro mundo" y, con él, dos personajes principales y otros ausentes que se conocerán en el transcurso de la obra.

En el ámbito físico y narrativo de lo íntimo, se buscó el interior como un espacio pequeño y, asímismo, lleno de deseos de superación. Bajo un lenguaje sensible y coloquial en la voz de dos mujeres atravesadas por la comicidad, la simpleza, la ironía y la parodia, con ciertos rasgos de saturación dramática, es que se lleva a cabo esta pieza teatral.

El proceso de la obra tiene que ver con una búsqueda en el armado del mundo del taller de costuras, pero sin dejar de lado la esencia del pueblo alejado de la ciudad, donde todos se conocen y nada pasa desapercibido. Quisimos reivindicar el oficio de la costura como fuente genuina de ingresos, que supo ser en su época un nuevo tipo de trabajo independiente. Por eso, se pone enfoque y atención en los detalles, en la utilización de los elementos cotidianos que recrean este mundo tan interesante y que tienen que ver con el cómo se llena y contiene el espacio escénico. De ahí, la importancia que tienen la música, el sonido y el uso del tiempo en el proceso de creación.

El proceso creativo tiene que ver con el encuentro tan deseado de las protagonistas por armar una obra propia. Nos conocemos desde el Conservatorio; allá por el 2002, y nos movieron las ganas de trabajar juntas. Comenzamos a idear algo que nos uniera y pensar en un taller de costuras nos llevó al recuerdo de los talleres donde te confeccionaban los modelitos al gusto de la clienta. Somos oriunda de Quilmes [Gabriela] y de Luján [Renata Aiello]: en estas dos ciudades estuvieron presentes los típicos talleres de costura. De hecho, nuestras abuelas nos llevaban para regalarnos algún modelito para alguna ocasión especial.

También quisimos reivindicar el juego de crear puestas en escena, el juego típico entre primas y amigas cuando la tecnología aún no estaba instalada en nuestras vidas y solo podíamos entretenernos con nuestra propia imaginación. La obra surgió desde el juego. Y así fuimos tramando los textos y abordando las situaciones de estos dos personajes.

APU: Las costureras gira en torno a dos personajes bien definidos, a partir del cual se va construyendo la trama. ¿Cómo se construyeron ambas figuras? ¿Se inspiraron en otros personajes de la literatura, el teatro o el cine para darles vida a estas dos mujeres?

G. A. y R. A.: Luego de imaginar eso que nos convocaba tanto, nos decidimos a escribir, a querer narrar, describir y mostrar a estas dos mujeres que viven su vida simple, sensible, humilde y pasional, día a día entre las paredes de su taller de costura. La construcción de los personajes fue pensada así, tal cual, para que queden bien definidos y a su vez diferentes entre sí, antagónicos. Carmela, la dueña del taller, es calculadora, soberbia, está al tanto de todo lo que pasa. Lidia es sensible, inocente y solo desea divertirse un poco para alejarse un rato de la rutina.

Cuando comenzamos a escribir la obra, leímos a Manuel Puig, gran inspirador para la creación del mundo de estos personajes. También investigamos sobre las historias de detectives y los casos más resonantes de la historia. Así, por supuesto, no pudimos dejar de lado a Arthur Conan Doyle, conocido principalmente por su serie de novelas y folletines protagonizados por el detective Sherlock Holmes, cuya aparición supuso una verdadera revolución del género criminal. Algo de ese misterio propone esta obra. Y con respecto al cine hay algo de la película ¿Qué pasó con Baby Jane? que nos llevó a pensar en su oscuridad y los vínculos en esa sórdida historia de soledades, decadencias y tormentos.

APU; La obra propone un cruce entre el humor y el thriller, ¿cómo lo abordaron desde la dramaturgia y la actuación?

G. A. y R. A.: Ambos géneros tienen un efecto sorpresa, nos pareció interesante buscar esos desvíos que van llevando al espectador a lugares que no espera. Partimos de las personalidades opuestas de ambos personajes para imaginar sus reacciones ante las propuestas escénicas del otro y en la prueba se fue armando un código atravesado por el humor. Es un proceso que fuimos explorando en los ensayos, si bien la historia ya tenía un giro, el tono de actuación se fue corriendo del registro naturalista hacia un lugar más gestual.

APU: El aislamiento social, preventivo y obligatorio, ocasionado a raíz de la pandemia por COVID- 19, perjudicó la actividad teatral; pero, al mismo tiempo, también generó otros desafíos a la hora de producir nuevos contenidos. ¿Cómo vivieron esta situación y cómo se reinventaron como actrices, dramaturgas y directoras?

G. A. y R. A.: La pandemia y el aislamiento han hecho que muchos artistas se sumergieran muy profundamente en los paisajes de la propia imaginación. Creemos que viéndolo hoy desde lejos, la necesidad de crear nuevos contenidos se potenció. Nos llevó a realizar un proceso de introspección y pensar en lo que necesitábamos comunicar. Como dramaturgas, quisimos volcarnos al humor. Necesitábamos reírnos. Creemos que el público en general lo necesitaba; al menos es lo que vemos hoy con semejante oferta de espectáculos que tienden a ser de comedia y, sobre todo, de humor negro. En Las costureras el desafío tuvo que ver con escribir y montar una obra genuina, con nuestra esencia, nuestro propio humor, por eso es que nos rehusamos a utilizar un texto ya escrito.

Antes de la pandemia vivíamos la vorágine de ensayos, funciones, clases, festivales, etc. No parábamos de hacer. De hecho, muchos proyectos de 2020 no pudieron realizarse y, con la incertidumbre que afectaba a esta actividad, nos acercamos inevitablemente a la tecnología. Recurrimos a clases por Zoom, a charlas y cursos con decenas de personas de todos lados, compartimos experiencias y hasta hicimos obras virtuales. Pero cuando se pudo volver, de a poquito pusimos manos a la obra. Con los protocolos, tapabocas y aun con distanciamiento comenzamos a crear.

Ficha técnica:

Dramaturgia: Gabriela Ainstein y Renata Aiello

Elenco: Gabriela Ainstein y Renata Aiello

Dirección: Lucía Szlak

Funciones: Viernes 21.30 hs. en  Poncho Teatro (Leopoldo Marechal 1219, CABA)

Entrada general:  $3000 / Jubilados: $2200  / Estudiantes con acreditación: $2500

Venta de entradas por Alternativa Teatral o en la boletería del teatro