Luis Sagasti: "Si los pasajeros del Titanic votan por el partido del iceberg, no hay mucho para hacer"

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INFORME DE UN DÍA

Luis Sagasti: "Si los pasajeros del Titanic votan por el partido del iceberg, no hay mucho para hacer"

15 Octubre 2023

 

Luis Sagasti es escritor, historiador, crítico de arte y docente argentino. Publicó: Bellas Artes, El canon de Leipzig, Maelstrom, Leyden, Una ofrenda musical, Lenguas vivas, entre otros, por la editorial Eterna Cadencia. Manta Boreal y el flamante Salazar sala al azar, editados por Lux.

Tengo en mis manos un libro verde de Lux, Manta Boreal, aquí un filósofo transporta a un ser y lo pasea por la ciudad como quizá yo hoy estoy paseando este libro. ¿Cuánto hay del ser que voy a encontrarme ahora, en estas páginas? 

Bahía Blanca es el escenario, en el medio del Parque de Mayo, un bar geométrico y vidriado, que le hace honor a su nombre: Bauhaus. 

La charla empieza antes que la entrevista, me cuenta del nuevo libro de Lux, Salazar sala al azar que escribió con Mario Ortiz e ilustró Miguel Rep. ¿Es poesía? ,le digo. No, son pavadas que nos mandamos por whatsapp con Mario, como decirte: “Espert espera de sport”, y cosas así. Es poesía, le digo, y nos reímos. Dice no hacer poesía, pero en su escritura siempre precede el acto poético, el ejercicio de la mirada, la atención puesta en el detalle, en el dato curioso, en la manera de subvertir la realidad, de mostrar algo más de lo que se ve. 

Tampoco considera escribir en un género determinado, sus ideas parecen conformar una matriz más amplia que la propia escritura, pueden surgir de una información, de un árbol o de una frase de su madre y así avanzar con un concepto musical, estético, plástico para construir aquello que luego será libro. 

Su primer libro fue corregido por Laiseca, desde ese momento no dejó de escribir y de publicar. A Luis Sagasti no le gusta el gentilicio, no porque no sienta pertenencia con su lugar, del cual no se iría, sino porque no hace escritura regional: “Al escritor porteño no se le dice que es porteño. El interior las pelotas, salvo que uno escribiera una escritura regional o con modismos. El gentilicio no va. Amo Buenos Aires, pero no me iría. Voy a cumplir 60, qué voy a hacer allá, capaz que gana Milei y no queda nada”.

La disyuntiva entre desgrabar una entrevista y una conversación es dónde ubicar las digresiones: la primera hace referencia al libro que llevo conmigo Manta Boreal

“Hay muchas versiones sobre este cuento. Es sobre la idea de cuando vos enfrentás la realidad sin metafísica , sin ideología, cuando vos nacés, es eso. Nadie conserva la cordura si está bajo condiciones de realidad absoluta más de cinco minutos, por ejemplo una guerra, una batalla, vas a pagar peaje después de eso. Es sobre gente que ha enfrentado una realidad absoluta, pero arranca con algo que yo leía de chico en el patio de mi abuelo en Monte hermoso, que estaba lejos del mar, tenía unos árboles transparentes. Yo veía que las copas de esos árboles no se chocan sino que comparten y eso se llama timidez de los árboles, entonces tenés las copas así y se forman ríos, un gran delta. Mi abuelo, una vez, me dijo que a la noche íbamos a ver navegar una estrella por los ríos del cielo y eso me quedó. Se me ocurrió cuando estaba en una beca en Escocia, en un castillo, estaba amaneciendo y había babas del diablo y ahí se me vino y empecé a tomar nota”.

Entre otras, música, ensayo, filosofía, información y poesía. No haces poesía pero si haces el ejercicio de la poesía, le digo y me contesta: “Sí, me han dicho". Es un mirar poético. Mercedes Halfon, en una nota sobre Leyden, dijo "por esto, por esto y por esto es poesía". El otro día, un tweet de Fernanda Laguna decía "la poesía hoy es la información". Cruda puesta en determinados lugares. Por ejemplo, el Amazonas tiene casi 7000 kilómetros y no es atravesado por ningún puente; del otro lado del mundo, a lo largo de sus 9 mil kilómetros, la Muralla China no atraviesa ningún río. Tenés un puente sin río y un río sin puente, es maravilloso y ya está”. 

 

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AGENCIA PACO URONDO:¿Cómo son tus procesos creativos?

Luis Sagasti: No hay una lógica en lo que hago, pero cuando yo escribo nunca pienso en términos literarios, al principio más musicales o de pintura, cuando vienen las ideas, que nunca son claras son en forma de ritmo, hay algo de nebuloso, no hay una idea concreta. 

APU: ¿Es poética esa óptica, no? como cuando Piglia habla de la música…

L.S.: Incluso tarareo como si fuese un idioma inventado y ahí me viene el pensamiento. Toda la vida hice eso, para mí se escribe así, soy musical aunque de música solo toco el piano de oído, pero amo la musica y escucho siempre que puedo, los aspectos musicales o plásticos del lenguaje a mi me interesan muchísimo, no solamente el texto, e incluso entre idea o datos también hay cierta resonancia entre información pura de la realidad puesta una al lado de la otra, que genera campos de sentido. 

Tengo un libro que se llama Leyden que son todas notas al pie y la mayor parte son informaciones crudas y duras que una al lado de la otra resuenan y en la música pasa eso, eso sería como armonía lo otro es melódico, pero las ideas generan un campo armónico. Incluso cuando acomodo mis libros hago como un disco, este tema va primero, el otro segundo y así, siempre tengo claro cuál es el primero y cuál es el último, después lo otro se va armando. Muchas veces tengo impreso, forro todo con los libros y marco con fibrones, hago como los bordes de la revista Burda, para hacer trajes, que venían con moldes bueno yo hago eso con algunas cosas, para ver estas cuestiones y también veo hasta pinturas, en algunas casos de manera más categórica, Leyden estuvo seis meses forrado todo y con distinto fibrones fui marcando. 

APU: En el libro Leyden, ¿Las notas al pie pertenecían a otros libros tuyos?

L.S.: Algunas cosas ya las puedo tener escritas o esbozadas mayormente. Por ejemplo, década del 60 por una cuestión educativa, fui a una escuela muy buena, hice la primaria antes del golpe de estado, sabíamos muchas cosas. Éramos muy estimulados, teníamos una gran cultura general, creo mi generación la tiene y una extraordinaria facilidad para acordarme de estupideces, las cosas que valgan la pena que te hagan funcionar en la vida no las registro pero la imbecilidad si, y me queda y vienen solas. En el libro, por ejemplo, aparecen las dos caminatas más emblemáticas del siglo XX, están separadas por 15 días, el hombre a la luna y Abbey Road. Ahora si te pones meticuloso, ¿y por qué son las más emblemáticas? No importa, pero yo estoy haciendo eso y me viene. Funciona así por eso soy un desastre dando clase porque la única excusa que le pongo a los pibes es que uno se va por las ramas porque el árbol es frondoso.

APU: Cuando viene una historia para una novela, ¿cómo aparece, como una imagen, por algo que escuchaste..?

L.S.: No, por un dato. En el libro que se llama Bellas Artes llega por la noticia de un cura que se perdió con los globos en Brasil, que remontó, pero tres días antes se había perdido en un recital un chancho gigante de Pink Floyd y yo dije "bueno, ahí hay algo". Esta última es sobre Lenguas vivas, esa empezó por una frase de mi vieja que pongo al final que decía que ella le escribía a mi hermano que falleció hace 21 años una carta todos los cumpleaños y eso fue hace cuatro años atrás y me pareció muy fuerte. Hoy ya pasaron 39 años, y ahí empecé, fui tirando a ver que hay, habla de eso al final. 

APU: ¿Cómo tomás la temática del origen del lenguaje, lo relacionás con la lengua materna?

L.S.: No sé, de ahí me fui a una novela que tenía antes que se llamaba Lenguas muertas de unas 250 páginas, que era más clásica que lo único que quedaron fueron tres hojitas y era la historia basada en un hecho real. Cuenta de un psicógrafo que está haciendo un diccionario de no sé qué lengua que le queda un último hablante y está viejito y el hablante también. Se comunican por teléfono y no se entienden, me pareció extraordinario, eran un francés y un turco que hablaba el urdú o algo asi y yo hice una novela después de eso que tiene que ver con un hijo desaparecido en la montaña, pero ahí quedó. Ahí empecé a rastrear los últimos hablantes de lenguas, yo conocí a la última ona y encontraba que eran mujeres, las últimas mujeres que hablaban el idioma y así me va saliendo a la deriva, es muy natural, no significa que sea bueno.

APU: Y los personajes ¿Cómo los vas construyendo? 

L.S.: Vienen solos, hay tipos que son personajes ya, Wittgenstein, ¿cómo no hay una vida de Wittgenstein? Hacer una película de Borges es un embole, por ahí, pero hay tipos que merecen. Por ahí rastreo, en Lenguas vivas hablo de los hexágonos, de la nieve y encuentro una fotografía y el tipo se pone en una tormenta de nieve y digo esto tiene que estar, veo que encaja, pero no escribo de manera planificada. 

APU: ¿Tenés una rutina de escritura?

L.S.: Mayormente por la mañana, en las horas libres de laburo, yo estoy cerca y en bicicleta estoy a seis minutos literales. Tengo dos horas libres y voy a mi casa y escribo o a la noche un poco, pero no puedo hacer lo que hacen algunos amigos porteños como Martín Kohan o Jorge Consiglio que escriben en bares. Acá en Bahía no podrías hacerlo, porque muy probablemente que entre gente conocida y si vos levantás la vista es probable que los conozcas. En Buenos Aires es imposible, yo no logro concentrarme así. Lo que hago en verano, voy a Monte Hermoso y tomo nota, pero en general lo hago con un cuaderno, pero no puedo escribir. Lo que sí se me ocurren ideas, cosas para desarrollar, mayormente no suelo entender la letra después, perdí motricidad fina y hay cosas que por ahí tacho. Tenía una historia linda medio absurda y no logro descifrar, era de un tipo que le hacen creer que es Thor, el dios. No hay rutina porque a veces no se me ocurre nada, por ahí tengo dos horas y no se me ocurre nada, ahora terminé uno. Bah, yo creí que estaba terminado, pero no encontré una puerta que se me abrió- capaz investigo cosas, ahora estoy leyendo unos cuantos libros del historiador de arte Aby Warburg, tiene teorías interesantes, un tipo que se volvió loco, el tipo va a una ceremonia y empieza a rayarse con lo primitivo, fui al museo a buscar material. 

Antes los medios de comunicación intentaban reflejar la realidad, hoy la crean y crean el sujeto que va a ser ciudadano de esa realidad.

APU: ¿Cómo empezas a escribir?

L.S.: siempre escribí pelotudeces , nada serio, pero en el 90 escribí una historia que me gustó. Venía Lai acá, yo trabajaba con Andrés Duprat y un día le dije tengo una historia y lo leyó. Después fue a casa y estuvo hablando tres horas y media, punto por punto. Mi primer libro lo leyó y lo corrigió Laiseca. Tengo el original a máquina corregido por él. Me dijo llevaselo a lo de Simurg que aquel entonces tenía una colección dirigida por Silvia Saitta, y a ella le encantó. Estaba Consiglio, Aira, Laiseca…

APU: ¿Qué pensás del fenómeno Milei?

L.S.: Primero me acuerdo que decíamos que después de la pandemia íbamos a salir mejores. Me parece que Milei responde a un fenómeno de atomización social o de fragmentación que pone al individuo como eje, reforzado a partir de la redes sociales, de modo que el sentido que se tenía de comunidad se ha diluido. Vos centrás todo en el individuo y en el cuentapropismo o el emprendedurismo. Las consecuencias son estas, te hacen creer que si vos ponés toda tu carne al asador va a salir una buena gastronomía. Messi no juega bien en la cancha de hielo, alguien corta el pasto, alguien tiene que pegarlo y estos pibes ignoran estas cosas, toman la pastilla del emprendedurismo, la meritocracia. Al que yo no disculpo es al tipo de mi edad, al que tiene cierto capital cultural y ha vivido algo, que cree que esto es algo nuevo. Si vos crees eso, podes sacar un carnet de pelotudo y tenés descuentos en Vea. 

Viví tres veces así: en el año 81 que se resuelve con la guerra de Malvinas, cosa que se muy bien porque fui soldado. El 29 de mayo me dieron un arma para reprimir, que acá no pasó nada, pero toda la preparación de guerra la tuve que hacer para ir a Tucumán; la segunda versión termina en el 2001 y la tercera fue cuando vino la pandemia y te olvidaste por qué Macri dejó un tendal. Esta va a ser la cuarta y muchos te dicen, “es hora de algo nuevo”. Trato de no enojarme, no con mis alumnos, pero los tipos grandes que van a votar a aquello que los perjudica, sí. Si vos sos sojero tu voto es racional, entonces podemos discutir porque tenemos un lenguaje neutral que está guiado por el razonamiento, pero pero si hablás con un tipo que vota a quien lo perjudica no hay manera de entrar, salvo por lo emocional. Si los pasajeros del Titanic votan por el partido del iceberg, no hay mucho para hacer, por un lado me entristece.

APU: ¿Cómo ves el rol de los medios de comunicación?

L.S.: No tienen rol, es la realidad. Antes, los medios de comunicación intentaban reflejar la realidad; hoy la crean y crean el sujeto que va a ser ciudadano de esa realidad. No es un rol, es mucho más grande, son creadores de realidad y han logrado lobotomizar, si vos mirás todo lo que pasa por la pantalla es de una mediocridad, de una llanura, falta de profundidad, es descorazonador. Yo miro tick tock y todo, pero miro otras cosas también. La mayoría están nadando en el océano de la estupidez y haciendo la plancha. La otra vez salió en el diario La Nación que la atención en un alumno dura 48 segundos, cosa que compruebo. Al minuto están y vuelven, no todos. Por un lado digo "está todo perdido", y por otro digo "no, por algo doy clase". Estoy convencido de que no, pero si vos tenés la imagen que quien puede ser presidente es un tipo con cara de psicópata con una motosierra, no se entiende. El tipo desclasado, sin embargo va a votar a alguien que los va a dejar peor. Lo que más me afectó fue cuando Macri volvió al Fondo, dije no otra vez. Eso me dio tristeza, sobre todo cuando tenés gente que conoces y lo votaron, uno los quiere pero dan ganas de decir: “vos sabes que tu elección me arruina la vida”. 

APU: ¿Consideras que desde el peronismo se hizo una autocrítica?

L.S.: Y lo de Fernández, cómo no se charló lo de la deuda antes, eso define la política, tenés que saber que va hacer con respecto a eso. Cristina no deja herederos. Hay una crisis de representatividad. Hay que construir poder. Acá en Bahía Blanca, el partido de izquierda en 40 años de democracia nunca metió un concejal, yo quiero que entre un flaco que hace 40 años se presenta y nada. El partido de Milei lo armaron en un mes y metieron dos concejales y ahora ganaron. 

APU: Va cambiando el paradigma entonces…

L.S.: Es que nadie la ve, todo circula por las redes, por tick tock, y ninguno de los grandes sociólogos lo vio. Nos reíamos de Milei hasta hace poco y era algo grotesco, uno decía bueno sacará un 11, un 12 por ciento, y no la vimos. Pero si vos tenés un estudio de sociología y estadística lo tenes que saber ver. Tengo fe de que puede ganar Massa, Milei para muchos es el límite. Y si el balotaje es Milei o Bullrich tenes que irte o declarar la independencia simbólica, con una banderita le pongo un nombre a la casa como que entrás a otro país y voy a ver series y dar historia del arte, no leo más nada y no veo mas nada. 

Yo estuve en Finlandia, es divino, me puedo bancar el frío todo, pero vivir no, yo soy de acá. Soy argentino.