“Me gustó que estuviéramos en la calle, recibiendo a los pibes”
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APU: Comentanos qué te motivó a venir y qué fue lo que estuvieron haciendo ayer y hoy.
Juan Diego Incardona: Es la segunda vez que vengo a Resistencia, nunca había venido a Chaco hasta el año anterior que me invitó la gente de la Fundación Mempo Giardinelli, en un evento que hacen todos los años y que es muy masivo. Me fui con una experiencia muy buena del lugar, de la gente, de la participación que tiene esta ciudad en cualquier evento cultural.
Ahora, caí de nuevo en este Congreso que armó la Secretaría de Cultura. Yo vine con la CONABIP que realmente es una institución con la cual tengo mucho afecto. Ya trabajé varias veces, sobre todo porque la comisión de bibliotecas populares, de un tiempo a esta parte está muy focalizada en conectar la práctica de la literatura con una función muy concreta en lo social en distintas actividades. Por un lado, lo que se hace en las bibliotecas populares y también con la flota de los bibliomóviles, de hecho, estamos acá con un bibliomóvil que es una de las unidades más antiguas.
Estuvimos ayer y hoy recibiendo visitas de los pibes de los colegios, hace un rato estuvimos con una escuela secundaria, les contamos cuentos. Ayer hubo proyección de documentales, pasamos un documental sobre Héctor Oesterheld y se hizo una lectura colectiva con el Eternáuta con los pibes, cada uno leyó un fragmento. Se abrieron micrófonos, se acercaron poetas, hoy leyó también un poeta de Resistencia, mucho movimiento en la calle y yo, como siempre la pasé muy bien. Me quedé un poco sin voz porque estamos en la calle al lado de los camiones pero valió la pena.
APU: ¿Cómo sentís la experiencia con los chicos? Porque también fueron lecturas para pibes adolescentes, del colegio.
JDI: Básicamente, yo leí mis cuentos con ellos. Nunca pensé en escribir una literatura juvenil pero me doy cuenta que muchos de esos relatos funcionan, sobre todo, para pibes del secundario. Quizás por las referencias que están en los relatos y porque los temas están en relación a la cultura popular y producen cierta identificación en estos pibes, se enganchan. Ayer me trajeron un primer grado y ahí medio que tuve que inventar, tengo algún cuento que podría ser infantil pero no para tanto. Por suerte me vine armado y me traje un cuento de Elsa Bornemann y leí el más famoso, “Un elefante ocupa mucho espacio” y les preguntaba a los nenes ¿Qué es más grande, un elefante o una hormiga? Y así saqué dote de conductor de programa infantil y la pilotié,
APU: Se cumplieron 10 años del kirchnerismo y hablando de la década ganada, nos interesa pensar qué falta y qué podemos hacer en el marco de la cultura en este caso, por la década por ganar.
JDI: Es una etapa que hay que defender, un momento en el que hay que bancar más que nunca. Me parece que más allá de los cuestionamientos que algunos puedan tener, críticas, pretensiones por mejorar, es fundamental defender lo que se ha logrado hasta ahora en los tiempos que se van a venir.
En relación a la cultura, por lo menos, dentro de mi práctica con la literatura, lo que más me preocupa siempre es romper con la élite, romper con la cultura que se encierra dentro de un edificio, reproduciendo un conocimiento intelectual para pocos. No es que uno esté en contra del ejercicio intelectual, todo lo contrario pero hay que abrir y sin menosprecio por la expresión popular. Sin la risita, sin la ironía, sin poner en el lugar kich al arte, a la literatura que proviene de gente que tal vez no tiene la formación de la universidad pero que genuinamente documenta su época, su comunidad por fuera de los circuitos que están más canalizados, más establecidos. Humildemente intento poder conectarme dentro de ese circuito que va más por afuera y creo que en estas jornadas un poco se logró. Me gustó que nosotros no estuviéramos adentro sino en la calle, en la vereda, hablando con la gente, recibiendo a los pibes de los colegios. Me parece que es algo que siempre hay que promover, siempre hay que generar en los lugres donde vive la gente. No sólo pedir que se acerquen al museo, que se acerque a formarse o educarse en lo centrado, sino también abrir la cultura, abrir el diálogo dentro del propio barrio, dentro del club.
En ese sentido, la CONABIP es genial, con los bibliomóviles fui a lugares insólitos, leer cuentos en clubes, en la cancha de bochas, en la calle, en balnearios. Y también implica desafíos constantes, no que está con la tranquilidad del centro cultural o en los bares under que nos gusta pero ir a la calle y leer en estos lugares, frente a un público que no es que te conoce previamente, no es de la literatura y le contás una historia o lo invitás a que lea y charlás, me parece muy enriquecedor.
Fotografías: Silvana Lanchez