“Motor Animal”: nuevo disco de Sueño de Pescado
Un pasado que cuesta soltar, los fantasmas que nunca dejan de rondar, las heridas que tardan en sanar, un presente con más incertidumbre que seguridad y estabilidad; a los meses le sobran demasiados días, las cuentas no se pagan solas, segundas o terceras generaciones de inquilinos, los hijos y el desvivirse por ellos. Los adultos que podemos ser, con una economía doméstica golpeada que da cuentas de lo roto que todo esta más arriba, somos la clase laburante que solo sabe tirar para adelante y resistir. Somos un público con mucha calle recorrida, nos quieren poco y queremos mucho. Siempre que estamos por perder la fe, en esa línea finita temporal, llega Sueño de Pescado y lo hace de nuevo. Nos recuerdan porqué somos los militantes de la buena fe.
Hace apenas unos días, la banda que se convirtió en bandera de la conciencia de clase, de la mística y la mejor tradición rockera de La Plata, Sueño de Pescado presentó su quinto disco: Motor Animal y el cielo llovió lágrimas de emoción. No caben dudas de que el Guachi, con su riff lóbrego y su sonrisa como un canto de victoria, desde arriba bendijo este disco tan necesario para toda la comunidad cardumen. Los diez temas que lo componen son un diario íntimo que perfectamente nos retrata, nos identifica. Son historias que nos atraviesan, memorias que nos marcan. La producción a cargo de Juan Bruno y Pepe Céspedes (Bersuit) le da ese toque distintivo a un disco que tiene la fuerza, la potencia y la estética sonora para no necesitar ningún tipo de curaduría.
Hay presagios de una época que nos formó y que siempre vuelve, como Viejas Locas y Se va el camello, hay literatura jodida, hay balada para que los latidos del corazón se ordenen, hay rock furioso para dejar el alma en el pogo, hay banda para rato.
Sueño de Pescado con Motor Animal hace escuela en el mundo letrista. Le pese a quien le pase. Manuel Rodríguez, y ya lo he anticipado en anteriores oportunidades a lo largo del recorrido de la banda, se ha convertido en uno de los mejores poetas malditos contemporáneos de las barriadas argentinas. Su estilo de escritura lúgubre, intenso, sencillo, implacable, emotivo y pendenciero sacude la escena. Lo hace posicionarse en un lugar más allá del bien y el mal, ese lugar en el que han logrado colocarse, sin siquiera ser conscientes, muy pocos. Porque los que escriben técnica y políticamente correctos, siempre estarán en ese pedestal moral insoportable, los que escriben sin pena ni gloria tienen su lugar en el ostracismo, pero los que escriben, como Manuel, con la furia de un corazón abismal y de un cuerpo con las heridas que dejan las guerras de la vorágine de los bordes y fronteras citadinas, esos se convierten en la reserva espiritual hereje de toda una clase, de generaciones.
No sé si este nuevo material es el mejor de estos nueve años, porque cada uno de los discos anteriores son la puerta de entrada a distintos momentos, y cada cual puede tener su historia con alguno en particular, pero de lo que estoy segura es que este disco llegó para ser el himno de hombres y mujeres que, como dice Sábato en su libro Hombres y engranajes inspiración del tema número 8, que bien podría ser la continuidad también de Homero, siguen luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.