Muestra “Arder”: territorios de la poesía argentina
Arder, territorios de la poesía argentina es una instalación que cruza épocas, regiones y entonaciones y que cada mes incorpora voces nuevas, esta muestra puede visitarse hasta el 30 de junio.
“La poesía es respirar con el lenguaje”, dijo Alicia Genovese. Pero ¿Cómo organizar un territorio de respiraciones al unísono?
Luego de la pandemia y en consonancia con el crecimiento de la virtualidad y la erosión de fronteras, el museo como figura estática que sacraliza obras de arte selectas ha tenido que reinventarse: ¿Cómo hacer de un museo un espacio fluido y en movimiento?
Dos interrogantes que parecen disiparse en la muestra Arder, del Museo del libro y la lengua.
Habitar la palabra, amplificarla, correrla de los límites, de los espacios tradicionales: ¿Dónde se encuentra la palabra? En Arder la palabra es como un brote nacido en tierra yerma. Intuyo que los curadores Andi Nachón y Juan Fernando García, inspirados por la gran sembradora María Moreno fueron un tiempo antes y ordenaron las semillas, una por una en todos los rincones del Museo. No quedó un solo espacio vacío de poemas.
En el cielo y en el suelo, en las grietas y en las ventanas, en las escaleras y en el patio nacen flores y capullos de todos los tañamos y colores.
Un recorrido por la cartografía argentina de poemas, un mapa interactivo donde el lector/a puede aportar su escritura, llevarse poemas, escucharlos, habitarlos, apropiarlos.
Andi Nachón y Juan Fernando García fueron convocados por María Moreno con la propuesta de hacer una muestra de poesía. María les acercó un listado de base que ellos se encargarían que expandir. Lo que sabemos de ese listado es que empezaba con Alfonsina Storni.
Al respecto en diálogo con la AGENCIA PACO URONDO, Andi Nachón contó el principio del proceso: “María Moreno nos convocó para pensar una muestra donde la poesía tuviera un lugar central así que partimos del avance y del acuerdo común en que pensar la poesía argentina desde comienzos del siglo XX hasta nuestros días era recorrer un territorio inmenso.
Entonces nuestra propuesta tuvo que ver con idear esta instalación donde los poemas aparecen de distinta manera, en diferentes soporte, con distintos dispositivos y que la muestra no naciera de manera completa sino que a lo largo de los meses fuera creciendo, lo que intentábamos era en cierta medida que la toma del espacio del museo que hicieran los poemas tuvieran que ver con la diversidad de ese campo, con la riqueza, con la exuberancia de ese campo y creo que eso más los eventos que proyectamos dos veces por mes en tanto espacio de encuentro, de pertenencia y de comunión testimonian un poco la riqueza de estos ciento y pico de años de poesía que propone recorrer la instalación”.
Por su parte, Juan Fernando García, también comentó sobre el proceso de selección de la muestra:” El desafío era saber cómo mostrar poesía porque la propuesta eran textos, ploteos, papeles y ahí aparecen las posibilidades, primero un listado de María que arrancaba con Alfonsina Storni y que tomamos como referencia, a partir de ahí lo empezamos a engordar con los nombres de quienes no podían faltar, luego partir de los 90 y el presente”.
Andi y Juan son cómplices, en la poesía, en el arte y en la vida, conforman una dupla poética magnifica de generosidad y energía productiva. Al punto de mencionarse por separado y decir prácticamente lo mismo el uno del otro. Y esa química se transmite también en Arder.
En ese sentido, Juan dice: “Con Andi tenemos la suerte de trabajar hace muchos años con la poesía y con otros trabajos, nos conocemos mucho, tenemos una relación muy cercana y familiar, para mí el encuentro con ella cuando me vine de La Plata a vivir a Buenos Aires fue muy importante. Entonces la poesía es nuestro hilo conductor y siempre tuvimos un interés muy especial por lo que se producía por afuera de nuestro entorno, sin forzarlo siempre buscamos completar el mapa, en el sentido de qué se está produciendo, quienes son los referentes, ahora la redes nos han acercado un montón de información, de nombres y de amistades, entonces a partir de ese interés personal esta muestra nos venía como anillo al dedo, nos podíamos dar los gustos de compartir los poemas que nos gustan. No pretendemos para nada hacer la antología más completa porque justamente creemos que la razón de ser es que hay algo que siempre queda afuera y en un panorama tan activo como este con tantas editoriales es muy probable, pero vamos poniendo lo que podemos poner en diálogo”.
Andi, nos dijo: “Con Juan somos hace mucho tiempo cómplices en lecturas e intercambio de libros y tanto para el como para mi hay algo de las lecturas de fin de los 80, comienzos de los 90 que nos han signado, entonces un poco el ejercicio que hicimos fue pensar un mapa federal y diverso que recorriera el tiempo y después empezar a intercambiar poemas que amamos, desde clásicos como “Es infinita esta riqueza abandonada” o el primer poema del primer libro de Estela Figueroa, además de poemas escritos a mano de poetas que nos acompañan. Tenemos muy claro que esta muestra es un dispositivo de lectura, generar una antología exuberante y dichosa que permitiera para alguien que todavía no lee poesía plantearse una entrada a la poesía argentina o gente que por ahí es lectora y visita el museo pero que no es afín con la poesía puede hacer un recorrido y para personas que sí son lectoras de poesía y que escriben poesía también acercarles poemas que amamos y sentir que en la apuesta se empiezan a generar otros sentidos o se amplifican en relación que hacen unos entre otres”.
“Es leer para seguir leyendo, colgar un poema de la pared, en el piso. Nuestra expectativa tiene que ver con que vengan, disfruten y descubran” Juan F. García.
El mapa de Arder está en constante movimiento, poesías nuevas, transformaciones, distintos formatos y encuentros con poetas, como el 24 de febrero que fue la inauguración y participaron poetas como Alicia Genovese, Arturo Carrera, Claudia Schvartz, Osvaldo Bossi, Sonia Scarabelli, Natalia Leiderman, Paula Giménez España, Daniel Lipara, Adrián Agosta, Pola Gómez Codina y Manuel Duarte. En este aspecto, Juan nos comenta: “Estamos viendo cómo se está moviendo la muestra, hicimos una presentación con mucha gente que nos acompañó y eso para nosotros es un hermoso mimo porque es como si abrieras las puertas de algo en lo que estuviste trabajando. Es leer para seguir leyendo, colgar un poema de la pared, en el piso. Nuestra expectativa tiene que ver con que vengan, disfruten y descubran y reafirmen su interés por algún poeta. Es importante subrayar esa cosa paulatina que tiene la muestra de ir completándose con más poemas, hemos planteado un trabajo de mesa a mes hasta el mes y seguir invitando poetas que nos dejen su manuscrito como ya nos permitió el Festival Poesía Ya! de que pasaran poetas de otras provincias como María Teresa Andruetto, Gabby de Cicco, Claudia Masin, Beatriz Vignoli, Misael Castillo, Daniela Bastías, era la posibilidad de tenerlos por acá, eso nos parece hermoso, y cada mes va a ir transformándose el espacio los lugares y donde están los poemas. La muestra está planteada con núcleos de sentido. Armamos el primer núcleo y ahora estamos armando la segunda etapa que es también pensar los poemas”.
Arder conmueve con la frescura del presente y también convoca la vigencia y recuerdo de aquellas/os poetas que ya no están, como explica Juan: “Armamos altares profanos donde evocamos el universo de cada escritora, hacemos animitas de poetas que ya no están como Estela Figueroa, Mirta Rosemberg, Irene Gruss, Juana Bignozzi”.
Cuando Deleuze responde la función del escritor dice “estar al acecho” cuando habla sobre las exposiciones que visita lo menciona igual, el circuito poético argentino está en todas partes si uno/a está al acecho para advertirlo. El día que fui a ver la inauguración de Arder subieron al subte tres artistas callejeros, uno se acercó y me pregunto una palabra: “poesía”, le dije. Los otros dos les preguntaron a otras personas. A los minutos se sintió el grito de cada punta: “poesía” “mochila” “fin de semana” e improvisaron tres o cuatro trap utilizando esas palabras.
Luego me bajé, crucé la calle, entré al museo y en el primer paso leí a mis pies: Antes del poema/en cada rama/antes/antes/sólo allí quiso ser. Beatriz Vallejo.