Novedad: “Las manos del general”, de Gonzalo Fassón

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    LAS MANOS DEL GENERAL
INFORME DE UN DÍA

Novedad: “Las manos del general”, de Gonzalo Fassón

11 Agosto 2024

Las manos del general, de Gonzalo Fassón es una novela policial, finalista en el 2020 del premio Clarín y  ganadora de la “Convocatoria de Mamotretos” de La pollera ediciones, por la cual fue publicada recientemente.

La novela se ancla en un hecho histórico argentino, cuando en el año 1987 profanaron la tumba del ex presidente Juan Domingo Perón y sus manos fueron mutiladas. El juez que investigaba el caso fue asesinado y nunca más se reabrió la causa. Un misterio sin resolver, luego de varias investigaciones fallidas, que Fassón retoma como materia prima para la elaboración del relato.

Las manos del general ante todo es una novela de ficción, sin embargo también se puede leer en clave histórica ya que los nombres propios, los escenarios y las fechas coinciden con la realidad.

La pericia del escritor es tomar un hecho con una carga simbólica preponderante por el mismo gesto del caso. ¿Qué simbolizan las manos de Perón? ¿Qué es lo que se pretendió mutilar? ¿Cuántos derechos firmó, invocó y abrazó con esas manos? ¿Para quiénes hablaba desde el balcón?

Fassón recupera la elocuencia de este doble acontecimiento: el delito y el objeto de la causa.

Las manos del General es una novela policial con todos los rasgos del género: misterio, muertes, detectives, policías, periodistas habitando las noches de ciudades y suburbios.

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TAPA LIBRO

Con rasgos de época bien definidos, ambientado en una ciudad de Buenos Aires a fines de la década del ´90 y principio del cambio de milenio. Un cuerpo herido es hallado por un policía en las calles de Avellaneda, ingresa al hospital como indigente, no obstante una característica de su cuerpo dará inicio a una serie de peripecias que lo vincularán con Perón.

“(...) Pedro se concentró en el cuerpo inmóvil buscando grabar cada detalle. Sobretodo marrón, pullover verde, pantalón de jean, zapatos, cabello negro, tez blanca, nariz aguileña. Cuando llegó a las manos se detuvo un segundo. Pensó que ese hombre tendido frente suyo podría ser un trabajador manual, un albañil tal vez o un mecánico. Sus manos gastadas no guardaban relación con el resto del cuerpo, parecían más viejas, algo cansinas”.

La muerte sospechosa del policía que lo encontró habilitará la aparición de Ricardo Moreno, un periodista de policiales avezado que abrirá muchas puertas para develar el enigma.

La trama sostiene la intriga y va tomando diferentes rumbos, la continuidad de la investigación durante el relato acompaña la búsqueda y la acción del protagonista, eso nos convoca a seguir la exploración y generar nuevas hipótesis, desde las más serias a las más desopilantes. Como en el caso real.

“Los primeros meses de investigación vieron nacer y morir decenas de hipótesis de lo más disparatadas, y generaron pocas certezas”.

Las manos del general ante todo es una novela de ficción, sin embargo también se puede leer en clave histórica ya que los nombres propios, los escenarios y las fechas coinciden con la realidad.

El ritmo de la narración está en consonancia con la celeridad del personaje para llegar a la verdad. Va, viene, recorre, hurga en oficinas, documentos, archivos, expedientes, concerta entrevistas, recorre los lugares del hecho, hospitales y comisarías. 

La noche, lo oscuro, la muerte, el suicidio, la incertidumbre, el miedo se ordenan en un mundo de intrigas y desapariciones.

La novela toma detalles del realismo sucio y muestra una imagen subalterna de la ciudad: la vida cotidiana, la calle, los vicios, el lenguaje.

El héroe de la historia avanza a sabiendas de la amenaza constante, en el camino intenta replegarse en su intimidad con pequeños destellos que la misma trama le impedirá concretar.

La trama es compleja, contiene capas y capas de información, revelaciones que fluyen como las muñecas rusas, se van descubriendo a sí mismas y aportando nuevos interrogantes. 

El periodista detective encuentra la punta del ovillo y durante las 244 páginas intentará llegar hasta el final, sorteando obstáculos, trampas e intimidaciones.

Los diálogos son creíbles y verosímiles. Los personajes conjugan una historia aparte donde los vínculos se trazan de manera natural y el lector/a se siente testigo de la escena.

En el arco narrativo los puntos de tensión logran un clímax donde todo contacto, vínculo o paisaje puede convertirse en un peligro.

En Las manos del general tenemos dos lecturas posibles: la histórica y la meramente literaria.

La decisión del lector/ a puede implicar aceptar el pacto de ficción o escudriñar en cada uno de los metalenguajes que subyacen, claramente eso depende de la competencia discursiva de quien lee. Cada dato aportado abre una puerta distinta para buscar coincidencias.

El epílogo por ejemplo funciona como un agente explicativo en la búsqueda de factores verosímiles.

Roland Barthes define a los mitos como aquellas explicaciones que busca el ser humano para lo que no tiene respuesta, por lo cual a un mismo interrogante surgen múltiples interpretaciones y supuestos que la misma sociedad va constituyendo como  modalidad tranquilizadora.

Fassón redobla la apuesta, crea un universo, construye una obra literaria, concibe un personaje-detective que investiga hasta las últimas consecuencias y lo resuelve con maestría.