Novedad literaria: “El corazón del daño”
Por Inés Busquets | Foto: Alejandra López
El corazón del daño es el último libro de la escritora argentina María Negroni, editado por Random House, con una imagen de tapa maravillosa de la artista visual, Liliana Porter.
¿Cuántas vidas caben en una vida? El corazón del daño revela una historia intensa, llena de matices, donde las contradicciones se dirimen en la figura de la madre. Madre tierra, madre útero, madre matriz del lenguaje: “Mi madre siempre fue dueña del lenguaje.”
Allí el corazón se abre y respira a bocanadas. Se expande y llora cuando conoce el mundo.
La voz de la narradora pasa por diferentes estadios de su vida, toma distancia, mira con extrañamiento, vuelve a habitar la zona de conflictos y los desentraña hasta dar con el origen: la madre, la infancia, la escritura.
Una niña que obedece, lee, hace del universo que la rodea su propia enciclopedia, le otorga categorías a las cosas, las nombra y con ese mismo poder las vacía de significado.
Una mujer que luego las reinventa para convertirse en hacedora de palabras. La misma que decide dar un portazo, conquistar el afuera, estallar frente a la injusticia, encontrarse en la acción y en la búsqueda de una verdad que aun no sabía si existía, pero que subyace entre el humo de cigarrillo, los compañeros y las tomas de la facultad.
El corazón del daño es una pieza musical. Una armonía que fluye en forma de latidos. Un ritmo a veces pausado y otras, discordante o los golpes. Las palabras son el oxígeno del que carecía la madre de la protagonista, y que ella despliega por el pasillo de la casa de la infancia y los cielos del exilio: “¿Es la tristeza noticia?/ No que no. / Más bien parece música galopando. / Llanura que se llena de un suceder, novedad quieta. /Con ese material escribo. / Matorral del alma. / También con ese material vivo, entreverando, desvalijando mundos.”
El corazón del daño es una declaración formulada desde el amor, la aceptación, la ausencia inapelable de la muerte: “Ya lo dije: mi madre es el gran amor de mi vida. La medida de todas las cosas, las que por cierto así son, las que por cierto así no son.”
El corazón del daño es un manifiesto de escritura, un ensayo poético en estado de pregunta: “¿Es posible escribir lo que se vive?” “¿Cómo se escribe el exilio?” “O la vida es un viaje hacia la nada y la escritura un atajo.” Y en el medio, las voces que dialogan, que enriquecen, que emanan pistas para salir del infortunio: Lispector, Flaubert, Borges, Gelman, Brontë, entre muchas más.
La obra de María es un árbol frondoso, cada rama esconde un enunciado, pero además ampara, da sombra y resguarda.
Hace visible lo inefable y sin querer nos hace comprender que la distancia es un modo de protección y los libros el sitio seguro.
La escritura de María Negroni me lleva por Joan Didion, Lorrie Moore, Lydia Davis, Anne Carson, Amy Fusselman, Nathalie Léger.
El corazón del daño es una obra de arte que atraviesa el acto de lectura. Un arte inclasificable, intransferible, vivo, empírico. Lo cual exime toda posibilidad de explicación, por lo tanto esto tampoco es una reseña. Estimo que la belleza no se puede reseñar.