Osvaldo “Bocón” Frascino: tu espíritu se fue

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Osvaldo “Bocón” Frascino: tu espíritu se fue

18 Abril 2021

Por Mariano Nieva

Osvaldo “Bocón” Frascino falleció el 2 de julio de 2020 a los 69 años producto de una complicación de su hígado maltrecho. Por ese motivo y a modo de homenaje AGENCIA PACO URONDO  reproduce las notas que el guitarrista le concedió a los programas radiales Ángeles & Predicadores (2015) y El Jardín de los Presentes (2018), ambos emitidos por FM ZOE 107.1. Sus comienzos con la guitarra, la formación de Engranaje junto a Pappo, la llegada a Pescado Rabioso y la grabación de Desatormentándonos (1972), primer disco del grupo liderado por Luis Alberto Spinetta donde tocó el bajo. La experiencia de Sacramento y el recuerdo imborrable del concierto de Las Bandas Eternas, nuevamente junto al Flaco, en el estadio de Vélez Sarsfield y muchos otros temas. “Sólo soy un músico que trabaja para la cultura y para darle al poco público que va a mis conciertos un mensaje de esperanza. Por eso, lo único que quiero es dar un buen show y tener una buena relación con la gente que me sigue y que le gusta lo que hago.”, reflexiona Frascino.

APU: ¿Cómo fueron tus comienzos con la música y como llegás al Rock?

Osvaldo Frascino: Recuerdo que a los 12 años viviendo en Ramos Mejía por la zona del Colegio Don Bosco en el oeste bonaerense, escuchaba los grupos folklóricos que en aquella época tenían mucho éxito como Los Fronterizos y los Quilla Huasi.  Y cantaba y tocaba la guitarra en las peñas a las que mi viejo me llevaba. Hasta que aparecieron  The Beatles y escuché por primera vez el tema “Twist y gritos” cantado por John Lennon en esos discos de pasta N° 78 que si se caían se rompían y que además no podías pasarlo mucho porque se dañaba el surco, y ahí sí puedo decir que me transformé y empezó todo.

APU: ¿Cómo fue tu formación como guitarrista?

O.F.: Al principio era muy difícil porque imaginate que cuando llegaron los primeros discos de afuera lo primero que escuché, como te dije antes, fueron The Beatles y empecé a copiarlos sin tener a nadie que me enseñara. Había que poner la oreja al lado del combinado Winco y tratar de sacar los temas con los tonos que sabía.

APU: Engranaje es la banda de toda tu vida. ¿Cuál es el origen de este proyecto que llega hasta nuestros días?

O.F.: Engranaje, cuyo nombre lo puso Javier Martínez, inicia con Pappo. Yo estaba en ese momento tocando el  bajo con Pajarito Zaguri, Moris y Willy Gardi. En una ocasión El Carpo se puso a buscar bajista porque quería armar su propio grupo. Él ya se había separado de la primera formación de Los Abuelos de la Nada. Así es que por recomendación del propio Pajarito me citaron Pappo  y Tito “Milanesa” Larrosa en La Giralda de la avenida Corrientes y quedé. Después,  incorporamos a Horacio “Droopy” Gianello en batería que posteriormente pasaría a formar parte de Arco Iris. De todos modos, con Engranaje tocamos solo una vez en vivo como teloneros de Almendra, que en ese concierto recuerdo, estrenaban los equipos Robertone de 100 en el Teatro Coliseo. Tiempo después Norberto se va con Los Gatos y Engranaje siguió adelante porque entraron el baterista Black Amaya, el bajista  Ricardo Jelicie y muchos otros músicos importantes que pasaron en las distintas formaciones del grupo. Y como la composición de Engranaje la hice totalmente yo, en 1995 refloté la banda pero en formato trío, que en la actualidad está integrado por Daniel Molinari en los parches y Adrián Domanski en bajo con quienes intentamos hacer un rock con raíces en los ’70 pero incluyendo cosas nuevas.

APU: ¿Qué sentís que le aportan estos músicos jóvenes a esta nueva etapa de Engranaje?

O.F.: Que los músicos jóvenes revitalizan viejas expectativas. Además, a ellos es bueno que les sirva la experiencia nuestra para que el rock tenga esa descendencia lógica que es como tendría que ser. Yo no soy un tradicionalista recalcitrante pero en cierta manera, aunque no tengo intención de buscar lo nuevo porque para mí ya se hizo, lo que si me interesa es profundizar en lo que quedó de la época fundacional y que mucho fue quedando sin valor.

APU: El último trabajo hasta aquí de Engranaje es Mito, un álbum editado en 2014. ¿Qué nos podes contar al respecto?

O.F.: Mito lo grabamos en Hurligham, provincia de Buenos Aires,  en el estudio que tiene el ex baterista de Divididos Federico Gil Solá, que se llama ALOE y que también fue el lugar en que registramos el anterior disco Darwin (2010) y trabajamos  además con el mismo técnico, Gabriel Martínez, un músico joven que supo captar la onda que queríamos.

Luis Alberto Spinetta y Pescado Rabioso

APU: ¿Cómo conocés a Luis Alberto Spinetta?

O. F.: A Spinetta lo conocí en la casa de Pappo, en el garaje donde el Carpo tenía guardado los equipos de Los Gatos. Un día fui a zapar y estaban Luis Alberto y Emilio del Guercio. Así se dio el primer contacto con el Flaco.

APU: ¿Y de tu llegada a Pescado Rabioso que nos podés contar?

O.F.: La llegada a Pescado fue por intermedio de Black Amaya con quien estaba tocando en un primer intento de formación de Pappo´s Blues que veíamos no prosperaba. Y como Black quería participar en un proyecto serio y con continuidad, habló con Luis y nos sumamos los dos. El en batería y yo en bajo.

APU: Una banda que por calidad y propuesta dejó una huella muy profunda en la época y en lo que vino después.

O.F.: Claro, la experiencia de Pescado Rabioso fue muy potente para la época en que estuve porque ya no estaban Los Gatos, se había disuelto Manal, y Aquelarre y Pappo´s  Blues no se habían formado todavía. Además, participé de la composición de cuatro temas de Pescado; “Algo flota en la laguna”, “Dulce tren nocturno”, “Mi espíritu se fué” y “Me gusta ese tajo” .´Recuerdo que trabajábamos mucho las armonías en la casa de Luis Alberto Spinetta de la calle Arribeños. Nos pasábamos horas y horas hasta que llegaba Black Amaya, armaba la batería, y nos poníamos a tocar y ensayar.

APU: Con Pescado Rabioso sólo grabaste Desatormentándonos en 1972, el primer álbum del grupo. ¿Qué nos podés decir al respecto?

O.F.: Que si te fijás bien en Desatormentándonos (1972) casi todos los temas tienen riffs, algo realmente novedoso para la época. Con Pescado grabamos ese primer disco en cuatro canales logrando además una carga energética impresionante. Es más, si hoy lo grabaras con estas nuevas tecnologías que existen en el estudio estoy seguro que no lo podrías mejorar.  Ni siquiera igualar, por la magia que se produjo en ese momento.

APU: Siendo desde siempre guitarrista. ¿Cómo fue que te colgaste el bajo en aquel momento?

O.F.: Lo que sucedía en aquella época era que no había muchos que se dedicaran al bajo y no sé por qué. Entonces los guitarristas nos teníamos que animar a las cuatro cuerdas para que puedan desarrollarse los proyectos musicales que iban surgiendo. Lo más importante de todas maneras era que Luis Alberto estaba muy contento con mi trabajo en la banda como bajista. Tocando con púa y enchufando mi instrumento en un equipo de viola. Pero como amo la guitarra hablé con el Flaco y me entendió. Y así fue que abandoné Pescado Rabioso después de haber cumplido en la grabación del primer disco.

APU: Luego aparece la experiencia de Sacramento.

O.F.: Si, esa banda fue una etapa muy importante para mí en donde había músicos muy grosos como Ciro Fogliatta, Alfredo Thot, Roberto “Corre” López, que venía de Los Walkers, y mi amigo Ricardo Jelicié con quien ya habíamos tocado juntos en Engranaje. Sacramento fue un grupo que había sacado un disco por RCA Víctor, cuando el sello presentó la consola de 12 canales,  y que sonaba muy bien.

APU: Pero quedó una segunda placa sin editar.

O.F.: Lamentablemente es así. Cuando yo entré llegué a componer algunas canciones y cambiamos un poco la esencia porque empezamos a trabajar con dos guitarras. Después Ciro se “rayó” y se fue a Europa porque no le gustaba lo que estaba pasando en el país. Por eso, la compañía no nos quiso grabar el disco que finalmente lo presentamos en el Teatro Trocadero de la Ciudad de Buenos Aires. Lástima que el álbum no llegó a editarse, y aunque la cinta existe nunca se mezcló.

Ser rockero

APU: ¿Cómo describirías aquella generación de jóvenes que empezaron a escuchar y que tomaron al Rock como su propia cultura?

O.F.: Aquella generación se formó con The Beatles, los primeros Rolling Stones, The Animals y The Who entre otros. Por entonces, no había nadie con pelo largo. Nosotros  fuimos los primeros. En aquel tiempo  nos sentíamos todos amigos y familiares entre los músicos y eso se reflejaba también en el sonido que tenía cada banda o proyecto.  Esos años fueron de una experiencia muy fuerte no solo por dejarnos “las lanas” y usar blue jeans. Culturalmente pensábamos de otra manera,  y eso se vio reflejado no solo en el rock sino también en  la literatura y  la pintura por ejemplo.  Por eso me gusta decir que nosotros, los músicos, también hicimos nuestra parte como trabajadores de la cultura.

APU: De todos modos, imagino que no era nada fácil ser rockero por aquellos años.

O.F.: Siempre fue muy difícil hacer rocanrol. La gente en aquel momento no quería saber nada, nadie lo quería aceptar. Pero  el Rock se terminó imponiendo gracias a los que fueron al frente y llevaron adelante el movimiento. Pero no fue fácil por ser el nuestro un país muy tradicionalista donde solo se aceptaba el tango y el folclore. Nos trataban muy mal, nos agredía no solo la policía sino una gran parte de la sociedad y no era joda. Salíamos con miedo a que te agarren en la esquina y te dieran una paliza. Por eso, nunca tratábamos de estar solos y esa situación también fue algo que nos unió. En cuanto a la música, el Rock llegó como una crítica a la cultura que existía, a las instituciones y a lo que estaba establecido socialmente. Buscaba cambiarlo todo y por eso siento que el Rock tomó su definitiva identidad en los ’70 una época que en lo personal es la que más me gustó por eso de buscar siempre la novedad. Por eso digo siempre que yo provengo de allí.

APU: Recién hablabas sobre el carácter contestatario y revulsivo que tenía el Rock ¿Eran conscientes los músicos de la escena local de lo que podían significar para los/as jóvenes de la época?

O.F.: Si bien nosotros éramos desde la música una manifestación de lo que estaba pasando, no estábamos realmente conscientes de lo que podíamos significar para una gran parte de la juventud. Nos fuimos dando cuenta a medida que fue pasando el tiempo y viendo además, lo que pasaba en otras partes del mundo con los/as jóvenes. Acá se vivía un proceso político fuerte y verdaderamente nunca viví alejado de esa realidad. Sentía que de alguna manera yo formaba parte de todo ese clima que se respiraba en la época con eso de buscar un cambio. Por eso, desde aquellos años es que hago siempre letras contestatarias que reflejan lo que pienso de todas las experiencias que enfrenté. El nunca estar conforme con el establishment, el poder ni con el mercado del rocanrol, que hizo que lo nuestro tuviera que pagar un alto costo para poder difundirse. Es decir, si no hacés lo que te pide la industria, no entrás. Por eso, a muchos/as de los/as pioneros/as nos cuesta mucho trabajar. Porque parece que sino triunfaste nos dejan colgados/as y arréglate como puedas.

APU: Ese alto costo al que te referís por ejemplo puede ser que no te pasen por los medios de alta rotación. Entonces, ¿Cómo hacés para poder sobrevivir con un proyecto como Engranaje que justamente no tiene tanta visibilidad?

O.F.: Todo lo que hice con Engranaje fue de manera absolutamente independiente y teniendo claro que una grabadora no tiene por qué fijarse en mí ya que no soy un negocio. Sólo soy un músico que trabaja para la cultura y para darle al poco público que va a mis conciertos un mensaje de esperanza podríamos decir. De todos modos, es muy difícil mantener la independencia porque a veces se te puede cruzar una oferta tentadora e irresistible que te puede dar la posibilidad de vivir bien. Pero como a mí no me pasa,  lo único que quiero es dar un buen show y tener una buena relación con la gente que me sigue y que le gusta lo que hago.

Las Bandas Eternas

APU: Un evento que quedó para siempre en la historia grande de nuestro Rock sin dudas fue el concierto que Luis Alberto Spinetta brindó en el estadio de Vélez Sarsfield el 4 de diciembre de 2009 y que se llamó Las Bandas Eternas. Recordando esa inolvidable noche ¿Qué cosas se te vienen a la cabeza?

O.F.: Lo que viví con Las Bandas Eternas en el estadio de Vélez Sarsfield repleto de gente fue lo máximo. Fue impresionante lo que nos  pasó  a todos/as los/as que participamos aquella noche convocados/as por El Flaco. Poder volver a juntar a Pescado Rabioso después de tanto tiempo era algo que parecía imposible y sin embargo sucedió. Estando allí además, pude observar cómo se manejan los grandes grupos como Ac/Dc por ejemplo en estos mega eventos de estadios.  Están en otro nivel. Un lugar muy distinto a lo que me tocó vivir a mí por ejemplo, en la música.

APU: ¿Cómo ves la escena del rock en la actualidad? ¿Sentís que quedó algo del espíritu de los comienzos o el mercado se lo devoró todo?

O.F.: Si bien hoy manda el comercio, esto siempre estuvo presente en el Rock desde sus comienzos. Lo que sucedía antes era que existía ese grito de querer cambiar las cosas. Hoy creo que las nuevas generaciones ya están demasiado tomadas y mecanizadas por las producciones y los festivales. En la actualidad, las bandas crean tomando en cuenta las exigencias del mercado y su marketing. Además, la época nuestra en lo cultural fue impresionante. La producción que se hizo no tiene igual, si te fijás en las bandas que hubo y en la música que se hizo fue increíble. Entonces pensar en un cambio que mejore e iguale aquello es muy difícil.