"Papelito", alias la vida
Por Silvina Gianibelli
En el año 2017, Sebastián Giovenale comenzó a rodar un documental sobre el último circo criollo, Papelito. Se trata de una producción independiente y autofinanciada por el equipo. Recorre la vida de Carlos Bringhenti, alias "Papelito", un sobrenombre que dará luz a los pueblos con la llegada de su magia.
Este circo se inicia con la venta de una guitarra y la arpillera que el mismo Bringhenti cosió, para poder armar la primera carpa. Había carpa en los inicios, pero no había sillas, los espectadores tenían que llevársela de su casa para poder acceder al show.
Durante el film se presenta a "Papelito" como el gran juglar que lleva a su familia (y a sus amigos) a crear el gran sueño para la gente (la que podía pagar la entrada y la que no), el sueño del circo que se recuerda como la empresa familiar se adecuaba a vivir en los términos del amor, muy lejos de pensarlo como un negocio. Quizá la única negociación haya sido el aprendizaje de disfrutar la vida. ¿Quién puede saber cuándo se llega a unos pocos kilómetros con muchos inconvenientes? Nadie, excepto los que conocen la obstinación de la utopía.
Las imágenes del film, son cálidas, afianzadas en los rasgos de ciudades que aún conservan aspectos pueblerinos. Los planos fijos con ruidos ambientales, acompañan el sentimiento de reconstruir el camino, de este “Joselito Bembé” que anda tras el arca, transformando seres, engrandeciéndolos en su propia poética.
Papelito, es héroe que se hace camino al andar, en el andar de la simpleza. La cámara es un devenir que acompaña la amorosidad de cada personaje que nos muestra que no hay un sueño individual sino uno colectivo. Ellos se vuelven míticos en su discurso porque la multiplicidad de las imágenes vívidas del pasado los embargan y saltan abismalmente la nostalgia para caer en una sola cosa: la confianza de quien lo mira, entonces es que hay entrega y como nadie, conocen la libertad de saltar al vacío. Su voz poética atraviesa todas las vísceras de los habitantes de Mascaró de Haroldo Conti, porque la experiencia los vuelve acontecidos en el devenir circense, esa ráfaga que les ha dejado el gran aprendizaje de su vida: ir tras lo utópico, aún con las dificultades de la vida, la gran obstinación del arca.
Las entrevistas realizadas se dan en un marco de intimidad, emoción y por qué no en un juego deambulante entre la extrañeza y la realidad.
No hay límites entre el “allí y entonces” y el “aquí y ahora”, sólo hay un persistir en el presente orgánico y emocional.
Papelito es contundente, “la gente quiere ver teatro” y de los hacedores de la escena se trata. Eso sí, hay un mensaje claro, el circo criollo, es el circo pobre, calentado por tambores de carbón. Absténganse los que desean salir sin teñiduras porque hay una sorpresa y ya comienza la función. Damas y caballeros, con ustedes el heredero vivo de los hermanos Podestá: luz, cámara y alegría para todos, con ustedes el gran Joselito Bembé, alias "Papelito", alias la vida.