Poesía a Horacio González: "Dejame que te diga que respiramos con vos a cada instante para que no se apague el día"
Por Jorge Giles
Querido Horacio, hermano
Afuera de esta sala está muy frio el aire destemplado de esta hermosa mañana,
Querido Horacio, hermano
Es el día del padre y vos tan ocupado por nosotros en seguir respirando,
Querido Horacio, hermano
Me acuerdo de la bandera gigante que imaginó Fernando Pino Solanas,
Querido Horacio, hermano
Y juntamos la tela y la cocimos por tramos con Liliana y salimos a la calle cuando nadie salía,
Querido Horacio, hermano.
Mucho después vino Néstor y alumbró Cristina y seguimos unidos como aquella bandera,
Querido Horacio, hermano
Y ahora que precisamos tu palabra de faro, tu prosa inabarcable, tu aliento inalcanzable,
Querido Horacio, hermano
Y ahora que se corren los hilos de la trama que tejimos y el farol de la esquina no ilumina,
Querido Horacio, hermano
Déjame que te diga que respiramos con vos a cada instante para que no se apague el día,
Querido Horacio, hermano
Porque en vos resisten todos los compañeros y las compañeras, el poeta del barrio y las tristes viudas y viudos de los años de fuego y el abatido novio de aquella revolución apresurada que seguimos siendo,
Querido Horacio, hermano
Quédate aquí para contarnos cómo es ir y volver una y otra vez de la parca asesina, la juventud maravillosa, el exilio y la muerte, el covid y el lirio de Martí salvándote, salvándonos,
Querido Horacio, hermano, quédate aquí como te pide Troilo, como te estamos pidiendo en este instante.