Proyecto Bisman: una obra teatral para opositores
Por Manuel Izraelson
El desfile de personas en busca de sus asientos no duró mucho, cada cual se apresuraba a ocupar aquella butaca que lo esperaba, como si la sala del ND Teatro fuera propia y estuviese colmada por cierta hermandad. Jóvenes con pañuelos verdes, adultos y adultos mayores esperaban la aparición de Pedro Rosemblat, El Cadete. Los murmullos y las risas previas al espectáculo expresaban la predisposición al goce con la que llegó el público. Aquel disfrute no parecía egoísta, sino compartido entre todas las personas que encuentran en Proyecto Bisman una alegría cargada, a diferencia de otras obras humorísticas, de memoria, presente y la posibilidad de un mejor futuro. Porque si hay algo que aprendieron los peronistas es que sin alegría no hay resistencia ni liberación.
La música, preparada para la ocasión, acompaña la previa de la obra y alimenta las risas de un público que estalla en aplausos ante la aparición de El Cadete. El fervoroso saludo es superado por otra avalancha de aplausos ante el aviso, por parte de Rosemblat, de la presencia de Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, en primera fila. No es la intención de este espectador contar el desarrollo de la obra que, con risas que hacen doler el estómago y mucha actualidad política en su contenido, llevan al púbico a un intento de reinserción social para disidentes. Aquel conjunto de jóvenes y adultos no se priva de ser parte del espectáculo y canta “aborto legal, en el hospital” ante cada mención del tema. La obra plantea una interacción constante con los ocupantes de la sala y la alusión a personas del mundo de la política encienden distintas respuestas de los espectadores, que funcionan como un termómetro del clima social.
El personaje se mezcla con la persona y El Cadete naturalmente se hermana con el público, sobre todo ante las apariciones de la ministra Patricia, interpretada por Martín Rechimuzzi, sin dudas otra de las revelaciones humorísticas de los últimos años. Ambos artistas invitan al público a reírse de una realidad que los mantiene en la incertidumbre y el enojo cotidiano, pero sin dejar de recordarles que “ellos van a seguir existiendo, pero nosotros vamos a volver”. Como supo argumentar un compañero de esta Agencia, Juan Manuel Ciucci, en El Cadete: una apología de la risa kirchnerista, el humor político que se aleje de la anti polítca parece ser más necesario que nunca y quizás eso explique el éxito de Proyecto Bisman en cada ciudad que se presenta.
Proximas funciones
18 de agosto, en el Teatro Selectro (Mendoza).
24 de agosto, en el Teatro Municipal Enrique Santos Discépolo (Merlo, PBA).
25 de agosto, en el Teatro Seminari (Escobar, PBA).
1 de septiembre, en el Teatro Morón (Morón, PBA).
14 de septiembre, en Quilmes (PBA).
15 de septiembre, en el ND Teatro (CABA).
21 de septiembre, en Banfield (PBA).
22 de septiembre, en Luján (PBA).
27 de octubre, en el Teatro Mateo Booz (Rosario, Santa Fe).