Recomendación de amigo: Feos, sucios y malos
Por Santiago Gómez - desde Florianópolis
El 19 de enero pasado falleció el director y escritor italiano Ettore Scola. Egresado de la facultad de Derecho, hizo su introducción en el cine en la década del 50, como guionista de Domenico Paolella -"Canzoni, canzoni, canzoni" (1953)-, Mario Mattoli -"Las noches de Cleopatra" (1954)-, Steno -"Un americano a Roma" (1954)- e incluso Mauro Bolognini -"Guardias de Roma" (1955). Su primera película como director fue "Si me permiten hablamos de mujeres", de 1964. Scola siguió a la generación del neorrealismo italiano y en sus películas persiste una mirada humanista y el finísimo humor italiano, que es capaz de sacar una risa donde dan ganas de llorar.
Una de sus maravillosas películas fue "Un día particular", con Sofía Loren y Marcelo Mastroianni, que se desarrolla el día de 1938 en que Hitler fue a Italia. Loren interpreta a una mujer que no es feliz con el hombre con que se ha casado, quien fue con sus hijos a la plaza a recibir al genocida nazi; ese día conoce al escritor, comunista y homosexual que interpreta Mastroianni, que planea suicidarse. Le siguieron cientos de películas que plantean el conflicto de una persona pasada los 40 que se replantea el ideal de la vida familiar; podríamos nombrar tan solo la popular "Belleza americana", donde también se expresa el dilema de un amor imposible, pero ninguna tan bella como la de Scola. "Un día particular" también pone en cuestión la tensión que vive un hombre con ideales de izquierda al ver en su país la llegada de los ideales del nazismo.
"Feos, sucios y malos" muestra la realidad de las familias que viven hacinadas en la marginalidad, los conflictos que se generan. Película de 1976 que ya muestra el problema del embarazo adolescente, cómo el desmembramiento social producido por el avance del poder financiero afecta las familias. Un trabajador pierde un ojo durante una jornada laboral, cobra una importante indemnización de la aseguradora y no comparte nada de su riqueza con su familia, que vive hacinada en la misma casa. El ojo era mío y el dinero también, dirá. Del ojo por ojo al ojo por dinero y con el ojo que le queda, el personaje principal interpretado por el genial Nino Manfredi, cuidará que nadie le robe lo propio.
Scola tiene la sensibilidad para mostrar todas las contradicciones que habitan en el ser humano y las tensiones que el ideal capitalista genera. El mandato de la acumulación tiene como correlato el gesto de la avaricia, que atenta contra la solidaridad, consolida el individualismo. Sin lugar a dudas, sobre esta película se han escrito sesudos artículos, tesis, críticas espesas que la analizaron fotograma por fotograma, pero no es esa nuestra idea. El objetivo es que la vean, que aprecien lo que caracteriza a una obra de arte, que pasados casi 40 años la verdad que expresa aún sigue vigente y mostrada con tanta belleza. El cine ha perdido a uno de sus grandes autores. {vimeo}71617041{/vimeo}