“Reuëmn, poesía de mujeres Mapuche, Selk´nam y Yamana”: nueva edición de la antología
Por Miguel Martinez Naón
Nunca fuimos
el pueblo señalado
pero nos matan
en señal de la cruz
(Graciela Huinao “Salmo 1492)
La literatura de los pueblos originarios, ha sufrido el ocultamiento y la alteración de sus orígenes en manos de los “conquistadores” y de quienes continuaron su plan de exterminio y dominación durante estos últimos siglos.
La mayoría de los relatos originales (especialmente los que comprenden el período que va desde 1492 a 1550) fueron reescritos bajo la mirada de los intelectuales europeos y permanecieron inéditos hasta fines del siglo XIX. Una manipulación sistemática llevada a cabo sobre toda aquella obra proveniente de estas culturas indígenas.
Los poetas Cristian Aliaga y Juan Pablo Huirimilla son los autores de Reuëmn, Poesia de mujeres Mapuche, Selk´nam y Yamana (Reuëmn del Mapuzungun: agitar las olas). Este libro publicado por Ediciones Hudson da a conocer una selección de obras que, como bien señalan en su prólogo, revelan la extraordinaria resonancia y la belleza de los pueblos originarios del extremo sur.
Obras Selk´nam y Yamanas
La primera parte de este libro es el resultado de la recuperación de un legado oral. Allí se incluyen los cantos de Lola Kiepja quien fue la última mujer chamán selk'nam y constituyó el vínculo físico final con la cultura de sus antepasados. Poco antes de morir en Tierra Del Fuego, en 1996, transmitió a Ann Chapman algunos cantos chamánicos heredados de su cultura.
Las oraciones Yamanas son expresiones de agradecimiento, de alegría o de pena por todo aquello que su dios - llamado Watauineiwa - les daba o les arrebataba. Invocaciones, rezos y plegarias que forman parte del patrimonio de la literatura oral:
Sola me siento yo
cómo puedo sentirme feliz
en mi choza, silenciosa la choza y
la choza de niños, ay de mí
(Oración Yamana de duelo. Lamento de una madre estremecida por el vacío de su choza después de la muerte de sus hijos)
Estas oraciones fueron publicadas anteriormente en Cantando en la casa del viento (2000) una compilación de la poeta Niní Bernardello. Y las plegarias fueron tomadas del libro de Matín Cusinde Los indios de Tierra del Fuego, Tomo II (Centro Argentino de Etnografía Americana)
Llamekan Mapuche, un canto poético
Definido por los autores del libro como “un discurso etnopoético proferido por mujeres cuyo temple de ánimo es de tipo elegíaco” y tal como señala Paulo Huirimilla, el Llamekan se canta con la misma melodía, la cual se repite cada dos versos y se ha definido además como un canto poético que se enuncia cuando se muele el trigo o en diversas tareas, ya que así “no sienten su trabajo”; o bien cuando la mujer ha caído en desgracia “infelizmente casada o injustamente calumniada” y agrega “Hay casos en que la soledad o la huerfanía son los que hacen que una mujer cante poéticamente a un ser de la naturaleza”.
En el libro se puede apreciar cada uno de estos cantos en su lengua original y traducida al español.
Poesía de mujeres Mapuche en la actualidad
"yo al frío lo aprendí de niña en guardapolvo
estaba oscuro
el rambler clasic de mi viejo no arrancaba
había que irse caminando hasta la escuela"
Con estos primeros versos del poema “Las mujeres y el frío” de Liliana Ancalao se da comienzo a esta tercera parte del libro que comprende una selección de textos cuyas autoras residen actualmente al sur de Chile y Argentina.
Mujeres Mapuche de fuerte raigambre cultural, social y política que a través de sus textos evocan la tradición ancestral y arrojan bellamente sobre la tierra y el cemento sus cantos y sus rabias, sus navegaciones y sus truenos. Una lucha inclaudicable que se traduce en la defensa de sus territorios; contra la máscara del hambre, la desigualdad, la violencia policial e institucional, el racismo y el saqueo.
Algunas de ellas forman parte de la cultura Mapurbe (mujeres indígenas que habitan en las grandes urbes, en los barrios periféricos):
Soy de la tierra,
Que Colón descubrió por casualidad.
Soy Mapuche, del sur,
Ahora soy una mapurbe
(Juana Guaquil Lipicheo)
Se vislumbra también una poética relativa a lo femenino y la sexualidad:
Yo te amo con ese coro de ninfas que te canta
espejos en que peinas tus cabellos
es con ellas que tú entras en mis aguas
Son las ninfas que salas con tu cuerpo
(Roxana Miranda Rupailaf)
Hay una poética más allá de lo evidente, que abraza el lenguaje del frío y cruza los archipiélagos hasta “arañar y arañar el infinito” como bien dice Alejandra Llanquipichún Aedo en uno de sus poemas.
Además de las poetas ya mencionadas esta antología está integrada por Viviana Ayilef, Sonia Caicheo, Jacqueline Caniguán, Karla Guaquín Barrientos, Graciela Huinao, Faumelisa Manquepillán Kalfuleo, Mabel Mora Curriao, María Teresa Panchillo, Adriana Paredes Pinda, Anahí Rayén Mariluán, Eliana Pulquillanca, Miriam Torres Millán y Daniela Catrileo.
Selección de poemas
Liliana Ancalao
Diadema Argentina, Comodoro Rivadavia,
Chubut, Argentina (1961)
las mujeres y el frío
(fragmento)
yo al frío lo aprendí de niña en guardapolvo
estaba oscuro
el rambler clasic de mi viejo no arrancaba
había que irse caminando hasta la escuela
cruzábamos el tiempo
los colmillos atravesándonos
la poca carne
yo era unas rodillas que dolían
decíamos qué frío
para mirar el vapor de las palabras
y estar acompañados
las mamás
todas
han pasado frío
mi mamá fue una niña que en cushamen
andaba en alpargatas por la nieve
campeando chivas
yo nací con la memoria de sus pies entumecidos
y un mal concepto de las chivas
esas tontas que se van y se pierden
y encima hay que salir a buscarlas
a la nada.
Viviana Ayilef
Trelew, Chubut, Argentina (1981)
Ti üllkantun küme wirin dew küpay/ La poesía viene después
Mi corazón es un árbol que azotan los vientos
los vientos del este
vientos del oeste
mi corazón es un árbol que doblan los vientos
mi corazón es un árbol de frondoso ramaje
las ramas extendidas de mi corazón crecen de costado
las ramas tendidas de mi corazón buscan el abrazo.
Mi corazón es un árbol que va a acariciar a otro árbol.
Las ramas de ese árbol crecen, todavía, hacia arriba.
Pero la sabiduría del árbol comprende que solo se crece si anida al costado.
Mi corazón no es una flor con espinas.
Mi corazón es un árbol.
Mi corazón es un árbol
que brota.
Sonia Caicheo
Nercón, Castro, Isla Grande de Chiloé, Chile (1943)
Cuentas
«Y seas vestido de blanco
Para que no se descubra la vergüenza
De tu desnudez».
(Apocalipsis 3, 18)
Alguna tarde te quitarás la chaqueta
Aunque llueva
Y al extender los dedos solamente
Te acordarás de Dios
Y del camino
De la oportunidad de corregir el viento y
Plantar otro sueño al frente
de tu puerta
Pero estarás desnudo y será tarde
Cuando entren a lavarte
—Nueve noches de rezo, no alcanza—
A vestirte en sollozos
Mendigarás sin respuesta, esa chaqueta
Para cubrir las cuentas de tu pecho.
Jacqueline Caniguan
Puerto Saavedra, IX Región, Chile (1970)
Mongen
He respirado
Aire sagrado de mi tierra
He soñado
En la cascada pura y perdida
He caminado
En el sitio de los bailes antiguos
He vivido en estas horas
Todos los días de mi vida.
Juana Guaquil Lipicheo
Comunidad de Panguimapu Alto, Comuna
de San Juan de la Costa, Osorno, Chile (1972)
Grafiteando la inmigración
(fragmentos)
La tierra de los invasores de mi tierra…
¡También es mi tierra!
Llámame Mapuche, inmigrante, sudaca,
Negro, africano, traficante, invasor,
Quitaempleo, esclavo, neoesclavo.
Lo que tu mente hile...
Me reconozco inmigrante,
Porque soy nueva,
En esta tierra. ¡Mi tierra!
Que es tuya, pero que hago mía.
* * *
Soy de la tierra,
Que Colón descubrió por casualidad.
Soy Mapuche, del sur,
Ahora soy una mapurbe.
Soy de la tierra, donde españoles de todas las épocas
Han sanado, cambiado y disfrazado sus miserias.
Donde han hecho y escrito,
Una historia, su historia.
* * *
Ni nadie
Se las podrán quitar
Desde lejos
Avanza el fin
Viene caminando descalzo
Y haciendo dedo
Lo acompaña
La libertad
De los dormidos de siempre.
Graciela Huinao
Chaurakawin,
actual provincia de Osorno, Chile (1956)
La lagartija
Ante mí
entibia su carne
con mi sol
de cada día.
La voz de mi padre
En lenguaje indómito
nacen mis versos
de la prolongada
noche del exterminio.
Faumelisa Manquepillán Kalfuleo
Puquiñe, Comuna de Lanco, Valdivia, Chile (1960)
El Escape
Yo me escapo toda herida / de centenares de lluvias / he
recogido mis banderas, / del barro en donde las dejaste. /
He enterrado
mis ciudades, / he escondido la escultura de mi cuerpo /
para que no
la destruyas. / He dormido con los ojos abiertos / y mis alas
prontas /a
emprender la fuga / he gemido de dolor bajo tu cuerpo /
mi yo se ha
ido sin mí / desde tu alero. / Yo me escapo de la sombra de
tu puño /
quiero huir de tu espacio de quebrantos / para liberarme
de tus proyectiles
de espermios / que me siguen, que me acosan / que me
punzan, que
me muerden / que me succionan, que me besan / que me
lamen, que
me abrazan / para lograr habitarme, / y apoderarse de mi
mente y de
mi cuerpo / para siempre.
Eliana Pulquillanca
Comunidad mapuche Piutril, Comuna San José
de la Mariquina, Región de los Ríos, Chile (1963)
Planta madre
Voy navegando
en el orgasmo azul
fecundado hace milenios.
Fluido de manantial
que posee los saberes.
Voy transitando en capas subterráneas
es tronco de vida
follaje que alza la resistencia
revolución que despierta
el dormido sueño de la conciencia.
Mensajera del paso futuro
gran presentadora de imágenes.
Sonidos, colores, formas, luz.
Soy hombre, mujer
sangre, latido.
Es la planta madre
sabia magia alucinante
la experiencia visual
el vuelo,
viaje sublime.
Miriam Luz Torres Millán
Queilén, Chiloé, Chile (1974)
Ayün (fragmentos)
dibujo camawuetos para ti
para tus ojos verdes
lo siento
mi pincel los dibujó en el aire
* * *
en tiempos de aguas turbias
busco tu vertiente
alimento tus mallines
* * *
te doy permiso
para humedecer este desierto
* * *
déjame leer tu vientre
revivir tus aletargados pezones
subir tus mareas
en este cambio de luna
Este libro se consigue en la Librería de la Coop (Bulnes 640, CABA) y se puede comprar en el sitio de La Coop y en Espacio Hudson.