Sara Hebe: “Mis canciones surgen de bandas 'under', de los márgenes y de las movilizaciones sociales”

Podría ser una frazada que cuelga sobre sus hombros para protegerla del frío, pero es un tapado negro, sin cierre, y sintético, que llega hasta por debajo de las rodillas. La calle por la que camina se asemeja a un pasaje: angosto y sin salida. Pero en realidad no lo es. Tiene una longitud indefinida y corre paralela a las vías de un tren. Son las cuatro de la tarde y ella camina con los brazos cruzados sobre el pecho. Mira el piso, mira junto al cordón de la vereda. Busca un papel que se le perdió en el camino de regreso del supermercado a su casa. Quizás alguien lo levantó y guardó en el bolsillo, quizás se desintegró bajo las ruedas de los autos, quizás cayó en manos equivocadas. Ahora realiza el camino inverso, una vez más. Sigue buscando. Tal vez sea este el principal fundamento de su música, aquello que Sara Hebe sabe hacer: pescar en la calle.

La luz del sol entra por las ventanas de un living pequeño: una estantería llena de libros, un sillón, una mesa antigua de madera, y un espejo que abarca una pared entera. Se la ve cansada. Al otro día de llegar de una gira por España, cuatro días atrás, tocó en el anfiteatro del Parque Centenario, y al siguiente en la séptima Marcha del Orgullo de Quilmes. Mientras el agua se calienta sobre el fuego, habla de Emanuel Noir, un cantante de cumbia entrerriano. Me muestra un video en el que se lo ve al cantante bailar sobre un escenario en un recital en Chile. Habla del origen de la cumbia, de una cantante de trap, de la preponderancia del metal y el rock en el sur de nuestro país, y los ojos se le encienden.

AGENCIA PACO URONDO: Sos considerada una de las referentas del rap, pero en vivo tenés una identidad más rockera.

Sara Hebe: Me parece que tiene que ver con el sonido que se fue creando a medida que fuimos tocando más y más con esta formación de banda clásica. Yo me fui volviendo más rockera en mis presentaciones en vivo por la banda. Cuando empecé, tocaba con pistas, era un soundsystem, como se hace en el hip hop clásico, y después con Rama (Ramiro Jota), que tenía la MPC, que es el instrumento por excelencia del hip hop. Más tarde vino Edu (Morote) en batería, y Rama empezó a meter unas guitarras para los temas más rockeros. Como que inevitablemente nos fuimos volcando al rock. Yo igual soy un cocoliche, soy una carroza loca, sí lo soy. Pero me identifico con el punk rock y con el metal, bien duro y fuerte, que no tiene el brillo o lo blando del flow del reggaetón.

APU: Ahora se ve en diversos lenguajes artísticos un cruce muy fuerte entre los géneros, pero vos arrancaste casi de entrada con eso. ¿Es algo que pensaste antes?

S.H.: Escribo bastante sin pensar, después lo leo y recién ahí puedo conceptualizar, armar una idea. Nunca pienso antes, como sí me parece que piensan ahora los artistas jóvenes. Piensan de una manera bastante empresarial…y acertada. Son grupos. Yo hago y pienso todo bastante sola. Con Beivip (su último EP) la idea sí estaba antes. Yo siempre con los nombres, me gusta mucho poner nombres. Beivip, un bebé, un nacimiento, algo abrupto. Octi, mi sobrino, inventando cuentos oralmente. Voy agarrando el material que anda ahí circulando. Yo hablo después de ver lo que hice.

APU: Casi todos los artistas tienen un repertorio acotado de obsesiones temáticas, ¿cuáles son las tuyas?

S.H.: El agua, los recursos naturales. Están desde el principio en mis letras. El fantasma del calentamiento global. Esta era una obsesión que tenía mi viejo, que siempre hablaba del calentamiento. Decía que la solución era forestar toda la Patagonia, y a la vez lo veía como un negocio para él (ríe). El territorio es otro tema recurrente, las comunidades desplazadas. El deseo. La noche, el baile. El lugar de la música es la noche. La desesperación, ligada a la soledad, un amor que se pierde. El fin del mundo, el fin de algo, de lo que sea. El abuso de poder. Eso vuelve siempre. Me sale una bronca bárbara contra el poder, contra el sistema representativo. A.C.A.B. me parece un buen himno: primero me da bronca y después me da mucha pena. No es un odio infantil, adolescente, como el que tenía antes, contra tal político. Puedo admirar parcialmente. Me parecen admirables muchas actitudes.

APU: ¿De quiénes, por ejemplo?

S.H.: De Cristina. De Lula.

APU: En tu último EP Beivip, resurge otra vez con mucha fuerza, como en tus primeros discos, el rap y el hip hop. ¿Por qué volviste a ese género? ¿Creés que la elección de un género está determinada por el asunto del que querés hablar?

S.H.: Rap hardcore, y no tanto el hip hop, que es un movimiento dentro del cual está el rap. Cuando vuelvo a intentar hablar de esta manera más agresiva, aparece el rap hardcore. Me surge hablar de esta manera, el contexto actual me presenta a mí cierta aridez y agresividad, entonces por eso me sale hacer esto.

APU: Entonces, ciertos temas quizás el reggaetón no los resiste, pero el rap hardcore quizás sí.

S.H.: Sí, con el rap puedo hablar de esto, y no en un dancehall como "Creamhot", o en un reggaetón, como "Amarre", que hablo de otros temas que no tienen que ver con la injusticia, la resistencia, el apocalipsis, y tantas otras cosas.

Pescar en la calle

Dicen que para observar bien, la mirada deber ser oblicua o lateral, nunca directa. Mirar, escuchar, sin pretensión, como quien espera una revelación sin ninguna prisa. La escritura de Sara Hebe, su poética, parece nacer de esa premisa. Abandonarse a eso que llaman “atención flotante”, como un pescador, a la orilla del mar, esperando a que algo pique. Al respecto, Sara Hebe dice: “me gusta poder escuchar las cosas que dice la gente. Me parece un desperdicio andar con auriculares escuchando música en la calle. No lo hago. No me sale, no me acostumbro, no me interesa. Escuchar y escuchar todo lo que se dice”.

A diferencia de antes, que eran más profusas, más cargadas, las canciones de ahora parecen haber llegado a un lugar de mayor síntesis: decir lo mismo, pero con la menor cantidad de palabras. Sara Hebe asegura que sí, que intenta sintetizar “hasta que me calle la boca y no diga más nada”, ríe. Después baja la cabeza y presiona sus mejillas con los dedos de la mano izquierda. Busca una idea. Cuando la encuentra, levanta la mirada y dice que ella lo piensa como en “las tres transformaciones del espíritu” del libro Así habló Zaratustra, de Nietzche.

Yo lo pienso ahí. Yo me identifico mucho en la etapa del León cuando empecé a escribir. Enojado, explícito. Me gustaría acercarme a una etapa más como la del Niño, que arma y desarma con ligereza. Cuando hay síntesis, hay más liviandad, porque lo otro es re pesado. En la síntesis hay un espacio para que el aire, la música vaya por ahí, entre los espacios de cada palabra.

APU: Muchas canciones tuyas aparecen al frente de luchas históricas.

S.H.: Me parece que de ahí vengo, mis canciones surgen de ahí, de bandas que venían del under, de los márgenes, de las movilizaciones sociales. Eso es lo que escuchaba.

APU: ¿Creés que el músico todavía cumple una función social importante?

S.H.: Sí, somos comunicadores y tenemos responsabilidades. Pero ahora todo está absolutamente marcado por el mercado, todo el mundo sólo quiere ganar guita y más guita. Creo que son unas buenas empresas con un grupo de personas y varias cabezas pensando cómo comunicar, qué decir. Entonces si hay artistas que tienen una ideología, ciertas ideas políticas, intentan cuidar más como decirlo. Entonces no es que no lo tengan, pero no lo van a decir, o lo van a decir de otra manera, porque cuidan más la empresa, es un pensamiento más neoliberal.

APU: Se habla mucho ahora de que la nueva rebeldía es de derecha, ¿crees que es así?

S.H.: Decir que la rebeldía se volvió de derecha me lleva a que busquemos la etimología de la palabra revolución, de ahí debe venir rebeldía, ¿no? ¿Y revolución de dónde vendrá?

Busca en el celular y luego de leer la etimología, dice “tiene sentido que nosotres, las mujeres, las disidencias, lleguemos a un lugar, vengan otros y quieran volvernos para atrás”.

APU: En el recital que diste en el anfiteatro del Parque Centenario, preguntaste varias veces al público si tenían miedo de octubre, en referencia, obviamente, al posible triunfo de Javier Milei. ¿Vos tenés miedo?

S.H.: No.

Sara Hebe presentará Beivip y Hulk en Niceto Club el sábado 9 de diciembre a las 20 horas. Entradas por Passline  

*Por decisión del autor, el artículo contiene lenguaje inclusivo.