Silvina Gómez: “La música es pulsión que necesita y pide a gritos expresarse”
Por Salvador Lole García | Foto: Alan Anderson
Por decisión del autor, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Silvina Gómez nació en Paraná, Entre Ríos, y hace más de 15 años que vive en Uruguay. Desde allí armó una geografía musical propia que toma las sonoridades de ambas orillas, entre la ternura del río, la fuerza lúdica de los tambores y el brillo del jazz montevideano. Docente, cantante, compositora, arregladora, pianista y percusionista, Silvina es un faro que ilumina la poesía rioplatense. Su último trabajo Volátil, fue editado por Shagrada Medra, y la acompañaron Hernán Peyrou (teclados y acordeón), Rolo Fernández (bajo), Martín Ibarburu (batería), más una serie de invitadxs que hacen de cada tema, una remanso temporal para escuchar con el corazón despierto.
AGENCIA PACO URONDO: Muchas de las canciones ya las venían tocando con el grupo, pero la instancia de grabación los invita a otra temporalidad, a otra escucha de sus propios trabajos. En ese sentido, ¿qué elementos se sumaron o cambiaron en el estudio?
Silvina Gómez: Pensar en la grabación nos llevó a trabajar más intensamente en los rincones de las músicas, ajustando detalles, arreglos. También hubo una canción que sumé a último momento cuando vi que no había ningún candombe en el disco. Entonces compuse “Al viento”, un candombe funkero que comienza con un riff que es motivo central del tema.
APU: Tu relación con las raíces afroamericanas viene desde tu primer disco Fábulas del monte (2007), ¿qué sentimientos espejan los tambores en tu búsqueda sonora?
S.G.: Los tambores así como este protagonismo del elemento rítmico en mis músicas espejan el valor del swing, de la libertad del cuerpo y la necesidad de la expresión musical como un derecho para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Pienso en tambores y a ellos vienen ligados la voz en el canto y la danza. Estas tres formas de expresión son parte esencial de nosotrxs como seres humanos y todas las personas podemos experimentarlas más allá de si nos vamos a dedicar o no a la música luego. He visto transformaciones inmensas en las personas, florecimientos a partir de ver a tantas personas empezar a cantar, tocar o bailar. La música principalmente es pulsión que necesita y pide a gritos expresarse. Toda la vida tiene música como dijo el Flaco Spinetta, y cuando eso se comprende a través de la propia experiencia, el mundo puede transformarse. Y el ritmo simboliza todo lo que va en consonancia con el entorno, sin apuro, a tempo. Representa un ordenamiento orgánico, feliz y amoroso del mundo.
APU: Pensaba en cómo el título del disco (Volátil), en su doble significado, condensa la magia de tu música, como una invitación a volar y llevar el alma liviana. ¿De qué manera esas ideas de volatilidad, marcaron las composiciones, tu manera de sentir la música?
S.G.: La idea surge después de la música, o a la par. Inconscientemente en ese juego creativo sonoro va apareciendo ese mundo, ese universo de Volátil. También el proceso de las creaciones de estas músicas fueron acompañadas de movimientos personales, reflexiones, búsquedas, donde la naturaleza, la libertad y el amor se reivindican en un mundo que tira para el otro lado. Volátil apareció en un momento bisagra donde me sentí volar con la música junto a mis compañeros músicos y amigos que adoro, con quienes siempre este espacio de vuelo y disfrute fue protagonista.
Esa mirada ida que nos aparece cuando miramos el mar por ejemplo, o cuando nos enamoramos, o cuando leemos un libro que nos dejó el cuerpo marcado, eso es volátil. Ese sentir que nos sostiene, eso que si bien tiene su cuerpo es básicamente espíritu. Siempre pienso en el ejemplo de la flor hermosa que cuando la vemos queremos arrancarla para llevarla al florero. Siento que Volátil representa la idea de dejar la flor en su lugar que allí es donde mejor está, donde brilla en su belleza. El ejercicio de no querer poseer todo lo que nos gusta es un lindo ejercicio, porque vivimos de lo que sentimos, no de lo que tenemos, y esa fuerza cuando se corporiza es increíble y vitalizadora.
APU: En el tema “Al viento” decís: “Voy a salir afuera a ver si puedo estar en calma y darle algún respiro a mi alma, que ávida se eleva sobre los muros, buscando algún hueco de luz, tal vez se quiere volar”. Qué importante saltar esos muros para encontrarse con gente querida, ¿cómo ha sido este tiempo para vos donde eso ha sido más difícil, cómo incidió en tu trabajo creativo? ¿Qué vuelta le encontraste, qué aprendizajes te dejó?
S.G.: Este disco fue básicamente el lugar donde canalicé mis energías durante todo este tiempo de pandemia. Acostumbrada a viajar permanentemente de Uruguay a Argentina y de que mi familia y amigxs de allá vengan en verano, no verlxs por un año y medio fue muy duro y en este trabajo encontré el sostén. Y si bien fue duro también tuve muchos aprendizajes. Antes de la pandemia siento que veníamos muy al mango, de aquí para allá, de un picoteo extremo, muy cansada me sentía. Esto de parar me hizo valorar los afectos, cuidar y concentrar mejor la energía, apostar a trabajar en menos cosas pero más profundamente.
APU: A pesar de la pandemia, de a poco se van reabriendo los espacios para recitales. ¿Hay planes de presentar el disco en Argentina?
S.G.: ¡Me encantaría hacer una gira por allá! Por ahora son ganas, tengo que ponerme a trabajar en eso. ¡Quiero tocar en el Centro Cultural Kirchner, ese es uno de mis grandes deseos! También ir a las provincias y sus pueblos con mis compañeros a llevar esto que hemos gestado con tanto amor.
APU: ¡Te felicito por el disco! Y muchas gracias por tanta belleza.
S.G.: ¡Gracias a vos! Y ojalá nuestra cultura siga floreciendo
“Arboleda”, del disco Volátil, de Silvina Gómez