Solidaridad para resistir: las organizaciones migrantes
Fotos: tapa y primera, Bloque de Trabajadorxs Migrantes. Segunda y tercera, Red de Migrantes y Refugiadxs en Argentina.
Por Gabriela Costanzo*
Los Estados Nación han definido históricamente a quiénes consideran los otros. La Argentina, desde fines del siglo XVIII, en su proceso de conformación en tanto tal, definió, a partir de su modelo económico y político, a los sujetos políticos que ocupan ese lugar otro: el indígena, el gaucho, el negro, el anarquista, el subversivo, etcétera. En conjunto, creaba instituciones que permitieran sostener una construcción moderna de país, con sus subsiguientes discursos legitimadores de prácticas y sentidos hegemónicos, que podemos identificar fácilmente en los actos escolares de las fechas patrias. Según Aníbal Ford “los países de la periferia, al construir sus nacionalidades, es decir, la modernidad, recurrieron o siguen recurriendo, muchas veces, a símbolos y comportamientos tradicionales”. La dimensión identitaria sobre la construcción del nosotros-otros también se ha hecho presente en las políticas públicas y las comunicaciones sobre medidas de los gobiernos.
Cuando volvemos a la actualidad, entonces, podemos ver cómo en esa mezcla de discursos nacionales con otros del campo de la economía, las ciencias naturales y los mediáticos, se producen las políticas públicas, que definen las maneras en la que la población debe cuidarse y prevenirse del COVID-19. Pero, una vez más, como en tantas otras oportunidades, se actualizan sentidos que apelan a lo nacional, “es para todos los argentinos y las argentinas”, para, por ejemplo, comunicar los planes de emergencia sanitaria como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). Asimismo, como parte del mismo juego discursivo, se obturan otros sentidos, que permiten pensar otra escena, en la que se reconoce el derecho de los habitantes del territorio, sin restricciones, y con la única condición de la urgencia y la necesidad para acceder a las ayudas sociales.
El capitalismo actual y global, en contexto de coronavirus, permite visibilizar el fino hilo que sostiene (o no) a una persona con sus condiciones digna de vida, sin enmascaramientos, a pura crudeza. Así es cómo se pone en escena la falta de reconocimiento de que gran cantidad de migrantes son les que sostienen las actividades diarias, necesarias y esenciales del mercado laboral e informal.
La respuesta ante el interrogante sobre de qué manera muches migrantes están pudiendo afrontar la pandemia es una: son las organizaciones territoriales, sociales y políticas migrantes las que los asisten de forma sostenida, continua y permanente. En algunas oportunidades se han sumado colaboraciones de municipios del conurbano o del Ministerio de la Mujer. De acuerdo a la estructura que disponen las organizaciones, se organizan alimentos y productos de limpieza. Se activan formas de resistencia potentes que articulan lo colectivo con la emergencia; la solidaridad con el acceso al alimento.
En nuestro país, la situación actual de la población migrante tiene agravantes específicos. En mayo el Espacio Agenda Migrante 2020 presentó los resultados de una consulta, a través de redes sociales y WhatsApp, sobre la situación de la población migrante/extranjera en la Argentina ante el avance del coronavirus, que fue respondida por 1.266 personas e incluyó 33 entrevistas a los principales referentes de organizaciones migrantes. Entre los resultados podemos observar que de “les consultades, solo el 25% se encontraba trabajando de manera formal antes de iniciarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) y; el resto trabajaba de manera informal (25%); de forma esporádica (30%); o no trabajaba (20%). A partir de esta situación por demás precarizada, el 58% de las personas consultadas indicó que al iniciarse el aislamiento dejó de percibir por completo un salario o ingreso”.
Entonces, desde el ASPO, una gran cantidad de población migrante dejó de contar con su sustento diario para acceder a su vivienda y a su alimentación. A su vez, quedó también exenta de acceder a planes sociales, como el IFE, sea por no contar con el documento nacional de identidad o por no poder acreditar los años de residencia “legal”, como indican los requisitos del ANSES. Esta falta de regularización migratoria es una deuda pendiente que reclaman las organizaciones migrantes que según afirman, “tenemos conocimiento que hay 75.000 expedientes en trámite”.
Cada día, los medios de comunicación se suman y reproducen en sus coberturas discursos individualistas, higienistas, incluso llevados al extremo, con su consecuente temor al otro, a la fobia del cuerpo ajeno; y el punitivismo (con sus nuevas versiones de denuncias), que siempre encuentra un hueco para florecer. E invisibilizan prácticas colectivas, como decíamos antes, de las organizaciones migrantes.
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Muchas organizaciones migrantes convirtieron sus espacios físicos de asesoramiento, consultoría y de reuniones prepandemia en espacios de almacenamiento para la clasificación y el armado de viandas y bolsones para la distribución de alimentos.
Desde la Red de Migrantes y Refugiadxs, una de las referentes nos comenta la demanda y la desesperación de la población migrante “respondemos entre 40 a 60 mails por día, eso sin contar WhatsApps, y mensajes de Facebook”. Solo esta semana la Red distribuyó 500 bolsones de alimentos y tienen a 2.500 familias en lista de espera. A su vez, comenzaron a entregar viandas de comida dos veces por semana. Otra colaboradora nos cuenta que:
“un día nos encargamos de la descarga y al otro armamos los bolsones. Se va viendo la distribución de acuerdo a las urgencias que vamos organizando con otras compañeras. Estuvimos recibiendo alrededor de 80 mensajes por WathApps. En mi caso, como no tengo movilidad colaboro con la carga y descarga y el armado de los bolsones”.
Por su parte, desde el Club Atlético Deportivo Paraguayo, uno de sus referentes, incluido en el Informe de la Agenda Migrante, relata que “la actual situación se parece mucho a la del 2001, momento en el que el club se transformó en un comedor para ofrecer un paliativo a esta situación”:
“el número de familias que retiran comida en el club varía entre 50 y 100, cuando hay menos gente van 50 al mediodía y 50 a la noche, de lunes a sábado. Nosotros lo que más hacemos es brindar la infraestructura y algunos amigos ayudan a cocinar y viene gente del municipio; la gente de asistencia social del municipio manda su gente, trae la comida y cocina. Les damos viandas a las personas, con guisos, carnes, una comida día a día. No es comida envasada. Los directivos no podemos trabajar, porque somos grandes, pero tenemos 3 o 4 compañeros asignados que trabajan con el municipio de González Catán”. (Informe Agenda Migrante 2020).
Desde el Bloque de Trabajadorxs Migrantes, mediante su campaña solidaria, uno de sus referentes relata el trabajo que vienen realizando:
“Estamos llegando a 115 familias que son cerca de 400 personas, en su mayoría de origen senegalés, son compañeros y compañeras que se vieron afectados por la cuarentena, que se están viendo privados de su trabajo, y por lo tanto, del ingreso. Muchos de ellos tampoco están recibiendo asistencia del Estado, entonces, desde el Bloque organizamos la campaña de solidaridad. Estamos haciendo una agitación por redes sociales en donde convocamos a hacer transferencias electrónicas y, posteriormente, con esa plata nosotros compramos mercadería, alimentos no perecederos y también bolsones de verdura, productos de limpieza que son las cosas principales que necesita cualquier hogar de la Argentina y del mundo para vivir en condiciones dignas. Estamos pronto a entregar 50 cajas de mercadería a estas familias. También anteriormente estuvimos entregando bolsos de verduras que fueron donaciones de la UTT o del MT que también nos estuvo donando”.
A su vez, un referente de Migrantes x Migrantes, afirma que:
“Hemos impulsado campañas de donaciones a través de circuitos de la Economía Social y Solidaria, como Almacoop, con las que hemos logrado repartir bolsones de comida a las comunidades dominicana, colombiana y senegalesa. Esta última con las mayores complejidades en este contexto ya que su sustento es 100% de la venta en la calle, la cual quedó totalmente restringida” (Informe Agenda Migrante 2020).
En cada uno de los relatos de los referentes de las organizaciones mencionadas y de muchas otras, que vienen realizando trabajo territorial, así como en las publicaciones en redes sociales, aparece la contrametáfora “una cuarentena con derechos”, es decir, si la única medida de prevención para el COVID-19, además de las medidas de higiene, son el aislamiento y la distancia social, se necesita que todes puedan implementarla.
No sería la primera vez que una población específica, como la migrante, tiene que intentar discutir con discursos dominantes que afirman quiénes son los que deben recibir ayuda estatal y quiénes no, y, en consecuencia, tener que “salir a poner el cuerpo” porque la alternativa es mucho más trágica y terrible. Decíamos que la pandemia ponía en escena la desigualdad social que ya existía, la crisis económica y sanitaria no comenzó en marzo de este año. Sin embargo, sí nos enfrenta a reflexionar sobre las condiciones de un sistema económico global que necesitó y necesita que gran parte de su población mundial se encuentre vulnerada en su condición humana.
*Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA); Maestranda en Comunicación y Cultura (FSOC-UBA); Becaria en Formación en Investigaciones Estratégicas (UBA), docente e investigadora (FSOC-UBA). Por decisión de la autora esta nota contiene lenguaje no binario.
Fuentes
Espacio Agenda Migrante 2020 Informe completo: https://drive.google.com/open?id=1bsBrQBf3yZ-PcWIz_LOQ4UUw6NUZSlfj
Red de Migrantes y Refugiadxs en Argentina: https://www.facebook.com/reddemigrantes.com.ar/
Bloque de Trabajadorxs Migrantes (BTM): https://www.facebook.com/bloquedetrabajadorxsmigrantes1/
Migrantes por Migrantes: https://www.facebook.com/migrantesxmigrantes/
Campaña Migrar no es delito: https://www.facebook.com/migrarnoesdelito/
Ford, Aníbal (1994) Navegaciones. Comunicación, cultura, crisis, Buenos Aires, Amorrortu.