Bahía Blanca: cuatro condenas para integrantes de la Triple A

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Bahía Blanca: cuatro condenas para integrantes de la Triple A

02 Agosto 2021

Fotos de Luis Salomón (archivo) y Analía Garelli

Con cuatro condenas, el Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca concluyó este lunes el juicio por 24 asesinatos perpetrados entre 1974 y 1975 por la autodenominada Alianza Anticomunista Argentina en esa ciudad y la localidad de Huanguelén.

En un fallo unánime, los jueces Roberto Amábile, Marcos Aguerrido y Pablo Díaz Lacava consideraron probada la participación de Juan Carlos Curzio, Raúl Aceituno, Héctor Forcelli y Osvaldo Pallero (los cuatro, en la foto principal) en la organización criminal que lideraban el dirigente sindical Rodolfo Ponce y el entonces rector interventor de la Universidad Nacional del Sur, Remus Tetu, ambos fallecidos impunes. Asimismo, los magistrados concluyeron que los delitos investigados son crímenes de lesa humanidad, por lo que no se encuentran sujetos a prescripción de la acción penal.

Por ello, el tribunal aplicó a los cuatro acusados el máximo de las penas previstas. Curzio, Pallero y Forcelli fueron condenados a diez años de prisión. Aceituno, por su parte, recibió una pena de prisión perpetua por encontrárselo además coautor del homicidio del estudiante de Ingeniería, militante comunista y dirigente estudiantil David “Watu” Cilleruelo.

El crimen de “Watu” fue perpetrado el 3 de abril de 1975 dentro del principal complejo de aulas de la UNS, donde en la actualidad se encuentra el mural que ilustra esta foto. Por ello, la casa de estudios se presentó como querellante en la causa luego elevada a juicio. Para esa fecha, además, los cuatro condenados habían sido contratados como “personal de seguridad y vigilancia” por Tetu, que en su juventud había sido pieza importante de la dictadura rumana aliada al nazismo y en 1989 se jubiló como docente universitario sin probar nunca su formación académica ni recibir reproche institucional por su despliegue criminal.

Todavía bajo el gobierno constitucional de María Estela Martínez, en el sudoeste bonaerense el accionar de la Triple A constituyó un anticipo del plan represivo que la dictadura siguiente profundizaría. Sus crímenes enfocaron en la militancia sindical y política y el mundo universitario, que venía de experimentar una transformación con la primavera democrática abierta tras la caída de la dictadura de Alejandro Lanusse.

Además de los 24 homicidios investigados en la causa judicial que finalizó con el fallo de este lunes 2, la organización de ultraderecha desplegó persecuciones, censura, cesantías de docentes y no docentes y expulsiones de estudiantes.

“Celebramos esta histórica sentencia, que nos merecíamos como sociedad. Viene a reparar décadas de impunidad, poniendo blanco sobre negro, sobre una época plagada de terror y silencios cómplices”, dijo a esta AGENCIA Alejandra Santucho, integrante de H.I.J.O.S., querellante en el juicio. Durante las semanas previas, la regional de la agrupación recuperó en su web las biografías de las víctimas de la Triple A

El veredicto, agregó Santucho, constituye “un gran paso para el proceso de Memoria, Verdad y Justicia iniciado en 2005 en el país y en 2011 en Bahía Blanca. Creemos que la sentencia estuvo a la altura histórica de los hechos, reparando y dejando sentado que, a pesar del tiempo transcurrido, seguimos revirtiendo impunidades”.

En el fallo –que puede descargarse íntegro aquí y cuya lectura puede escucharse al final de esta nota- el Tribunal dispuso además que se remitan a la UNS las solicitudes formuladas por el Ministerio Público Fiscal al concluir su alegato.

El fiscal Pablo Fermento, graduado en esa casa de estudios, había requerido que se derogasen las resoluciones en que Tetu incluyó cesantías y expulsiones y se otorgase un doctorado honoris causa a “Watu”, punto que el Consejo Superior de esa Universidad ya comenzó a tratar, a solicitud de medio millar de miembros de su comunidad.

El trámite continuará este miércoles, cuando se considere la conformación de una comisión ad hoc para avanzar en el reconocimiento post mórtem. Adolfo Pérez Esquivel, Estela de Carlotto, José “Pepe” Mujica, Dora Barrancos, Baltasar Garzón y Fortunato Mallimaci son los nombres propuestos.

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