"Hay instituciones de la dictadura que todavía no se desmantelaron"
Por Camilo Carbonelli
APU: ¿Cómo fue el proceso y la conformación de la APDH - La Matanza?
Pablo Pimentel: La APDH fue fundada y creada en diciembre del año 1975, en el marco de una campaña de represión que había desplegado la Triple A. Muchos compañeros habían sufrido la detención arbitraria y tortura en democracia. Así es como arranca la Asamblea Permanente, compuesta por un arco -desde el punto de vista ideológico- totalmente amplio, de centro-izquierda, de izquierda, del partido socialista, comunistas, judíos, cristianos, evangélicos, metodistas, gente de la jerarquía de la iglesia como el monseñor Nova o Jaime de Nevares.
APU: ¿Hubo persecución en el momento de la conformación?
Pimentel: Sí, hubo persecución, amenazas telefónicas, en varias de ellas se tuvo que desalojar la APDH porque llamaban y avisaban que había una bomba. Cuando se hizo una conferencia de prensa tres meses antes del golpe, se había convocado a una asamblea extraordinaria, se recibe una carta de adhesión del general Jorge Rafael Videla, la cual fue rechazada por la APDH. A la hora llega un carro con policías queriendo entrar a la sede porque tenían un dato de inteligencia de que había bombas en el lugar. Así se vivía en esos días.
APU: ¿Cuándo comienzan en La Matanza?
Juan Carlos Lozza: La fundación de APDH - Matanza fue unos años después, cuando llegó la democracia en el año 1984. La compañera Delia Blanco vino con la idea de armar una delegación en La Matanza y se armó.
APU: ¿Cuáles eran los objetivos en esos momentos?
Lozza: Los principales objetivos era difundir los derechos humanos en todos los niveles y seguir atendiendo a la gente que tenía problemas de represión policial, gatillo fácil; estos temas que siguen estando porque las mismas instituciones continuaron funcionando después de la dictadura, incluso no se desmanteló del todo hasta el día de hoy.
APU: ¿Qué pueden decir de lo que fue el terrorismo de Estado en La Matanza?
Lozza: Tenemos una lista de por lo menos 500 desaparecidos en La Matanza, pero es una lista incompleta. Hasta el día de hoy, esto no está cerrado porque se siguen recibiendo denuncias.
Pimentel: La Matanza sufrió lo que sufrió todo el país, pero multiplicado porque estamos en un distrito muy poblado. En los 70 vivían 900 mil personas, hoy hay 2 millones. Además, en Matanza había muchas empresas multinacionales que empezaron a entregar trabajadores de sus fábricas, donde había mucha vida sindical. Un caso emblemático es el de la Mercedes Benz, donde muchos trabajadores fueron secuestrados con una inteligencia previa que se hizo en la fábrica. Se sabe que entregaron listas a los grupos de tareas y éstos se encargaron de ir a buscarlos a sus casas o incluso a los lugares de trabajo. Eso ocurrió en muchas fábricas de La Matanza. Donde hoy está el supermercado norteamericano Walmart, había una textil que albergaba a más de 20 mil trabajadores. Ahí hay muchas víctimas de la represión.
APDH: ¿Las empresas tuvieron complicidad con la dictadura?
Pimentel: Sí, hay desaparecidos que fueron secuestrados en las mismas fábricas. Por eso hablamos de una dictadura cívico, militar y religiosa. Se sabe de reuniones que tenían la Junta Militar con la jerarquía de la Iglesia. Es más, le daban la comunión a Rafael Videla. Y los empresarios son los responsables civiles.
APU: ¿Cuáles son las tareas que la APDH lleva adelante en la actualidad?
Pimentel: Intentamos pensar lo que fue la dictadura y lo que ocurre hoy. Que la comunidad se comprometa con los problemas actuales, como por ejemplo el caso de Luciano Arruga y todos los casos de violaciones a los derechos humanos en democracia. Hemos intervenido en una cantidad de acompañamientos y de reivindicaciones, como son las tomas de tierras, la urbanización de la Villa Palito. La tarea de la APDH es dejar en evidencia la ausencia y el mal funcionamiento del Estado y generar conciencia en la ciudadanía para que conozca sus derechos.
APU: ¿Se cumplen 38 años del Golpe, qué reflexión hacen al respecto?
Pimentel: Se cumplen 38 años de la brutal dictadura que se enmarca en un plan sistemático que se aplicó en toda Latinoamérica, empezando por Chile. En Argentina pasaron cosas muy positivas en los últimos años, como son los juicios y la derogación de las leyes del perdón.
También queremos decir que en los 30 años de democracia ocurrieron hechos muy graves, como por ejemplo cerca de 3900 muertes por violencia institucional, como el gatillo fácil. Hay, además, cerca de 200 personas que hoy están desaparecidas por violencia institucional, una de ellas es Luciano Arruga.