La Nación: negacionismo y complicidad genocida
Por Juan Ciucci
El editorial de La Nación se titula Una curiosa entrevista, y allí da cuenta de la nota que le realizara a la Presidenta de la Nación el periodista Dexter Filkins. Es un gran esfuerzo por “demostrar” que habría otro relato por detrás de la nota que dio a conocer Cristina Fernández de Kirchner por las redes sociales.
Para ello “analiza” el subtexto de la nota, donde encuentra pasajes en los que el periodista describe la escena o esgrime un análisis basado en la prensa argentina, justamente. “Ahora podíamos saber, por una segunda versión de un mismo acto, que el periodista norteamericano había reunido, por cuerda separada, elementos suficientes para describir a su interlocutora como "conocida por su carácter impredecible y su despiadada agudeza política", dice el diario que compró y volvió a fundar el genocida Bartolomé Mitre.
Pero lo más interesante de la nota es el reto final que le realiza a Dexter Filkins el diario, por algunos errores en su nota. El primero y trivial: “sólo se le podría hacer notar que el chalet presidencial de Olivos es unos 300 años menos antiguo de ese siglo XVI en que lo imagina”. El segundo, en su histórica línea: “y que la mención, repetida con insistencia aquí y en el mundo, de que durante los años 70 hubo 30.000 desaparecidos ya no tiene la aquiescencia de antes ni se acepta más en silencio”.
Nos parece importante reforzar la atención a estas palabras: “ya no tiene la aquiescencia de antes ni se acepta más en silencio”. Cierta voluntad militante se expresa en la frase, un paso más allá del negacionismo. Hay que dar batalla contra esa idea, algo que estuvo presente en estos días en el diario, al reseñar un panfleto intitulado Mentirás tus muertos, del militar y periodista José Luis D'Ángelo Rodríguez, quien en 1987 y 1988 participó de los levantamientos carapintadas.
El párrafo final recupera las viejas diatribas de los cómplices de la dictadura cívico-militar: “Fue una estrategia para reforzar un furor internacional, pero inconsistente con el monumental trabajo investigativo de la comisión presidida por Ernesto Sabato durante la presidencia de Alfonsín, que arroja una cifra aproximada a los 8000 desaparecidos”.
Per se cuida de decir que no sería una cuestión numérica, y de paso, vuelve con los dos demonios: “Desde luego, el fondo de esa cuestión no ha estado en el número de desaparecidos, sino en una política de terror impuesta por el Estado para acallar el terrorismo subversivo, que provocó miles de muertes. Una decena de víctimas, incluso una sola, habrían bastado para la condena de lo sucedido por parte de ambos bandos”.
Una vez más, La Nación expresa sus valores y su voluntad democrática. En tiempos en que los avanzado en términos de Memoria/Verdad/Justicia se sostiene como un pilar de los años por venir, la “tribuna de doctrina” mete la cuña, y deja claro que no se quedará en silencio. Sin dudas, algunos candidatos de este 2015 piensan parecido, o son permeables a ceder a las presiones del “circulo rojo”. Los cómplices civiles temen que la justicia llegue, alguna vez, a tocarlos.