Perpetua para el policía asesino de Lucas Rotel

La noche del viernes 11 de febrero de 2011, Lucas estaba en la Plaza Colón con dos amigos y su moto de poca cilindrada. Entrada la madrugada , un patrullero de la policía comunal irrumpió a contramano y con las luces apagadas. Del coche descendieron Julián Esteban Cáceres y Gonzalo Kapp, dos policías de la Bonaerense que desde hacía un año se dedicaban a controlar el tránsito.

Uno de los tres chicos,Walter, logró huir. Otro, Tito Marzoa fue detenido ileso por el oficial Cáceres. A Lucas lo persiguió Kapp hasta que le disparó cuando estaba a tan solo seis metros, según demostraron las pericias.

El escopetazo, cargado con postas de plomo, provocó daños irreversibles (le destrozó un pulmón, el bazo, un riñón, los intestinos). Tras disparar, Kapp decidió abandonarlo y ayudó a su compañero a trasladar al detenido a la comisaría.

Durante el debate oral, Kapp dijo que la escopeta la había cargado Cáceres y que no sabía que tenía postas de plomo. Cáceres aseguró que le había avisado. Y Kapp dijo que, en ese caso, no lo había escuchado.

Los peritos determinaron que Franzoia, el jefe de la policía de Baradero,  supo del incidente a las 5 de la madrugada, pero hasta las 9 no envió a nadie a  la escena del crimen. El único imputado en el juicio fue Gonzalo Kapp. Julián Cáceres sigue en funciones y el comisario Franzoia también.