"Vicente Massot fue un apologista de la tortura”
Por Santiago Asorey
El jueves 19 de mayo, por la tarde, la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata reconoció, ante un auditorio colmado, a los fiscales Miguel Palazzani, José Nebbia y Abel Córdoba por su trayectoria en las causas de violaciones de derechos humanos durante la dictadura en Bahía Blanca.
Los funcionarios judiciales fueron distinguidos con el premio “Rodolfo Walsh” por su labor en la Unidad Fiscal bahiense de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado y, en particular, por su investigación sobre los actos criminales cometidos por el diario La Nueva Provincia de Vicente Massot. Con la distinción, los fiscales se sumaron una lista integrada por personalidades de la relevancia de Cristina Fernández, Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Juan Gelman y Horacio Verbitsky.
En el auditorio se encontraban cientos de estudiantes universitarios, representantes de la Justicia y del movimiento de Derechos Humanos. Entre ellos el juez federal Alejo Ramos Padilla, la Fiscal Nacional Cristina Caamaño, el Fiscal a cargo de la Oficina de Enlace Legislativo de la Procuración General de la Nación, Félix Crous, y el Director de los Centros de Acceso a la Justicia, Julián Axat. También se encontraban en el público el periodista, abogado y referente en la lucha por los DDHH Pablo Llonto y el senador provincial Federico Susbielles.
Desde Bahía Blanca llegaron a su vez representantes de la regional de H.I.J.O.S. y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, encabezados por Alejandra Santucho y Eduardo Hidalgo. Las paredes de la Facultad platense encontraban otros testimonios bahienses, aportados por las lentes de los fotógrafos Luis Salomón y Matías Luna Chima, que cubren las manifestaciones populares y los actos por Memoria, Verdad y Justicia en la región del sudoeste bonaerense. Por La Pampa, de donde es oriundo Palazzani, llegaron referentes provinciales de la lucha por los derechos humanos como Raquel Barabaschi y el escritor y periodista Juan Carlos Martínez, colaborador de esta AGENCIA y de la radio comunitaria Kermés, de Santa Rosa.
La decana de la facultad, Florencia Saintout, ofreció un discurso de apertura del acto reflexionando sobre la figura de Walsh, frecuentemente demonizado por La Nueva Provincia, y "su valor para recuperar la palabra del hombre fusilado que vive, ese hombre que no debería haber sido escuchado según sus victimarios y sin embargo es escuchado por Walsh para darle voz a las víctimas”.
Saintout marcó un paralelismo en la labor de Walsh y la de Córdoba, Palazzani y Nebbia en la recuperación de la voz de las víctimas en las causas judiciales de Lesa Humanidad. Por su parte, Córdoba agradeció el reconocimiento y destacó “el hecho de que el premio venga de una Universidad Pública”. “Fui formado por la educación pública también”, apuntó el abogado graduado de la Universidad Nacional del Sur, cuya comunidad académica fue víctima central del accionar criminal que se imputa a Massot.
El fiscal, que luego de su paso por Bahía Blanca fue el primer titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), hizo también un análisis del perfil criminal de Massot y su relación directa con la última dictadura cívico militar. Afirmó que en las editoriales de su diario “fue un apologista de la tortura”, como luego demostró cuando debió renunciar a su cargo en el gabinete menemista por defenderla.
Córdoba también decidió abrir un paréntesis para homenajear y recordar al ex fiscal federal y ex miembro de la Comisión Provincial por la Memoria Hugo Cañon, fallecido a comienzos de este año, quien desde 1986 marcó el camino histórico de la Fiscalía bahiense en causas de lesa humanidad. Nebbia y Palazzani se sumaron también al agradecimiento a Cañón y a todo el equipo de trabajo de la fiscalía que participó en la extensa causa judicial que investigó al dueño de La Nueva Provincia.
Por otro lado, Nebbia también manifestó preocupación por los ataques políticos realizados contra el Ministerio Público Fiscal y la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó. Destacó que se deben a la preocupación que genera en ciertos sectores oscuros la concepción de una justicia más cerca de las víctimas y los sectores vulnerables de la sociedad.
Finalmente, Palazzani destacó que el caso de Massot no es el primero de los casos donde un periodista se ve ligado a las acciones delictuales de un genocidio. El fiscal que actualmente dirige la Procuvin recordó los casos de periodistas condenados por su participación criminal en las causas judiciales que investigaron los genocidios de Ruanda y la Alemania nazi.
Ambas causas resultan los únicos precedentes en el mundo de un planteo penal de estas características. Como en los dos casos se trató de una acusación llevada adelante por fueros penales internacionales, la causa contra La Nueva Provincia se recorta como la primera abierta en tribunales de la propia jurisdicción en que se produjeron los hechos, un camino que ahora se está siguiendo en Chile respecto del grupo de medios que encabeza El Mercurio.
Con tan contados planteos similares, la investigación contra el diario bahiense resulta ser un hito en el derecho penal, por su innovación conceptual: tras un relevamiento de cada ejemplar de la década 1973- 1983, los fiscales sostuvieron que el genocidio no hubiese podido concretarse sin el aporte periodístico para hacerlo ver como necesario primero, sostenerlo después y propiciar su impunidad final ante la sociedad, objeto de esas operaciones psicológicas.