Darío Charaf: "En vez de escuchar a los jóvenes, hablan en su lugar"
Por Martín Massad | Foto: Julieta Ortiz
Darío Charaf es Licenciado en Psicología y Magister en Psicoanálisis. También ha desarrollado su trabajo como investigador en UBA, de donde surge su primer libro “Ética de lo imposible”, en el cual realiza un recorrido por discursos, fórmulas y nudos que se sitúan que el campo lacaniano. Actualmente, es docente en la Cátedra II de Psicopatología en la Facultad de Psicología (UBA).
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo analizaste los distintos mensajes que fueron dando candidatos y candidatas en esta última campaña? Escuchamos a Alfredo Casero, que no es candidato, pero que se ha involucrado mucho en la política a favor de Juntos por el Cambio. Y a Javier Milei también, con un discurso mucho más violento.
Darío Charaf: Está bueno aclarar que no soy, obviamente, analista político ni especialista en el tema. Pero en todo caso, estoy interpelado como ciudadano por esos discursos. Como psicoanalista uno no deja de estar atento a la discordia de los discursos, a la confusión de lenguas entre los seres hablantes. Me gustó eso que dijo Santoro sobre lo de Casero, se dijo que si había violencia política y Santoro lo despacha diciendo que eso fue infantil. Luego el discurso de Milei, un poco retomando lo que habíamos charlado anteriormente, esto que decía Mark Fisher, que la derecha ha perdido conexión con el realismo. Ya no se presentan del lado del realismo sino apelando a la fantasía, a las pasiones, a la exaltación. Un poco Milei encarna bien eso, pero no únicamente. Esto de la campaña emocional, lo cual no quiere decir, que por la vía contraria habría que dejarlo por fuera. El punto es qué discursos sustentan o se contrabandean atrás de esa apelación a lo emocional y a lo pasional. Lo de Casero es especialmente triste para quienes pudimos formarnos con Cha Cha Cha, pero me parece que Santoro localizó bien que es más que nada infantil y diría incluso, infantil, pero el infantilismo que se supone que hace un adulto porque habría que ver si un nene se divierte demasiado dibujando un pito en la cara de un candidato. Me parece que es bastante infantil pero triste.
APU: Decía Santoro que había quedado como ochentoso. Estamos hablando del 2021, con una sociedad, o los pibes por lo menos, mucho más entendidos en cuestiones de género y cuestiones de respeto a la diversidad y eso de Alfredo Casero atrasa años a pesar de ser infantil también.
DC: Las paredes hablan y a veces de quienes las pintan. En todo caso dice más de él que de otra cosa. Lo mismo en ciertas zonas de la Ciudad pareciera como que se hubieran organizado para hacer las pintadas, y demás, porque se ve cartel tras cartel alterado siempre de la misma orientación política. Es gente que tal vez hace cuarenta años no lo hizo y sale a hacerlo ahora.
APU: Me interesó eso que planteó recién de que apelando a lo emocional se cuelan otro tipo de mensajes. Escuchábamos a Milei como el estereotipo de lo emocional, apelando a la libertad pero de forma violenta ¿Qué tipo de mensajes se mete por ahí más allá de lo emocional?
DC: Se habló mucho en esta campaña que la campaña fue muy banal o banalizada. Esto dicho por periodistas y candidatos, candidatas y dirigentes que son esa campaña. Se habló mucho de la banalización que no me parece que sea un fenómeno específico de esta campaña. En algún momento pudimos ver a Carrió tirada en el piso, o con una muñeca bebé a la que había nombrado como república. Pero además, no creo que sea algo específico de las campañas. En todo caso, tal vez hay una banalización generalizada de los discursos. Y pensaba, tomando su pregunta de qué discursos se contrabandean apelando a esto de lo emocional e incluso a la banalización de lo emocional, que insisto, no me parece que sea específico de esta campaña sino en todo caso, puede ser, un rasgo de época. Pensaba... qué se tiene para proponer, cuando se escucha un poco más atrás de los gritos de Milei que dice que el mejor presidente fue Menem y que las políticas que tiene para proponer son las de Cavallo. Uno puede decir ya sabemos cómo funcionó eso. Entonces, si hablamos de lo que se tiene para promover es más difícil causar un impacto porque aunque mucha gente no haya conocido el menemismo no hay que subestimar al interlocutor, hay gente que puede saber qué incidencia tuvo eso, para sus padres y para sus abuelos. Lo mismo para Vidal o Larreta ¿Qué es lo que realmente tendrían para proponer si descartamos lo emocional? Gobernaron el país y la provincia hace 12 años, gobiernan ahora hace 14, desde el 2007 la Ciudad, ¿qué propusieron en la pandemia? ¿cuántas vacunas logró conseguir Larreta? El 20 de junio del año pasado, Larreta permitió marchas, manifestaciones y aglomeraciones de gente. Es decir, que lo que se contrabandea atrás son las verdaderas propuestas que tienen. Que me parece que al final de la campaña Martín Tetaz y demás, y Larreta también intentando disputarles votos a Milei y a Espert, salieron a decir que proponen despedir gente sin costo. Con lo cual, en esa apelación a lo emocional se oculta lo que sabemos... que perdieron una elección nacional y provincial hace poco porque su gestión nos empobreció mucho a todos, a todas y a todes. Lo que se contrabandea es tanto una subestimación del otro, del interlocutor, como si no supiéramos las consecuencias de esos planes. Es como cuando en 2015, unos meses antes de las elecciones, Macri dijo que no iba a sacar Fútbol para Todos, y después lo sacó. Entonces en esa apelación a lo emocional, se contrabandean las verdaderas propuestas, lo que tienen realmente para proponer, lo que creen que hay que hacer, que ya hicieron en distintos períodos con las consecuencias que eso tuvo. Es más fácil, hacer un tik tok mostrando a Larreta con los útiles escolares que ver efectivamente cuánto presupuesto hubo para educación. Es un discurso entonces contrabandeado, propuestas que conocemos con las consecuencias que tuvieron y propuestas que fueron derrotadas electoralmente hace sólo dos años en todo el país, en la provincia de Buenos Aires, con los resultados que han tenido. Con lo cual, evitar o inhibir eso apelando a lo emocional o hablando de la banalización y demás, oculta eso, que la gente rechazó esas medidas hace poco por las consecuencias que tuvieron en el país.
APU: Quería detenerme en esto que decía usted del infantilismo. Si podemos profundizar un poco más el concepto siendo las candidatas y los candidatos adultos y adultas. ¿Qué es lo que se pone en juego ahí, con lo que quieren demostrar con ese infantilismo en algunas cuestiones?
DC: A mí igual el infantilismo usado de forma peyorativa mucho no me gusta porque me parece que hay una debilidad de lo infantil y de la niñez y que usarlo peyorativamente no está bueno. Pero entiendo que tenemos que entendernos cuando hablamos y puedo conceder, en parte, a ese uso. Y menos todavía me gusta la idea de adultez como alguien acabado, unificado y sin grietas consigo mismo. Me parece que ahí se contrabandea ideología, que presupone un individuo sin fisuras, sin división, sin estar agujereado. Demonizar y usar peyorativamente lo infantil tiene como función contrabandear esto otro: la adultez como modelo. Lo mismo podríamos decir sobre la idea de normalidad o de salud. Curiosamente quienes efectivamente hacen eso, quienes supuestamente representan a la juventud, es toda gente de 50 para arriba. Milei cumplió 50 años hace poco, Espert tiene creo que 57 años, Vidal 47 me parece, Manes poniendo a pibitos que bailan muy bien, por otro lado, que si uno ve cómo bailan es envidiable, creo que Manes tiene 50 también. Con lo cual ahí hay una doble cuestión, por un lado, pareciera que quienes ya han perdido la juventud para autopercibirse jóvenes creen que deben copiar esos modelos. Por otro lado, se demoniza lo infantil porque hacer tik tok estaría bien pero una legisladora de 21 años que fue presidenta de su centro de estudiantes estaría mal. Me refiero por ejemplo a Ofelia Fernández. Con lo cual, habría apelaciones a la juventud que estarían bien pero otras juventudes que no tanto. Lo mismo con este chico, un youtuber que lo sacaron al aire en TN y lo burlaban porque googleaba comunismo al aire. Me acuerdo de una anécdota, en los años de formación cuando estaba en el hospital, que había venido a hablar un colega que supuestamente era especialista en adolescentes, y nos decía “yo a los adolescentes les hablo en su idioma, les hablo de rock”. Esto era en el 2011. Yo en ese momento debería tener 25 años y yo pensaba, bueno tenés adolescentes de 50, 40 años si les hablás de rock. Escucho los Beatles desde los 16, no es por eso. Pero digo, hay por un lado, y a la vez, una idealización y una demonización de la juventud y una subestimación. De pensar que hablar a los jóvenes es hacer un tik tok o hacer un trap, y en verdad esa gente termina hablando por los jóvenes. Quienes quieren decir qué es lo quieren los adolescentes, suele ser gente más bien adulta que pretende hablar en lugar de los jóvenes, en lugar de escucharlos, y en general, suele ser gente que les quiere vender algo. Esto no pasa sólo en el campo de la política y de los candidatos.
APU: La publicidad, por ejemplo…
DC: La publicidad... incluso libros de supuestos expertos sobre qué es un adolescente. Se quiere vender libros a ese sujeto, que es un sujeto político como también un sujeto del mercado. O bien a los adultos o a los padres que no saben qué hacer con ellos. En general, es más una estrategia de marketing que un abordaje serio. Entonces pensaba que en lugar de eso, habría que escuchar a esos sujetos. Porque, por otro lado, disputar el voto joven y considerar a los jóvenes como sujetos políticos desde ya que no es propio de este tiempos. Eso es así, en general, y de todos los espacios políticos. Pero tal vez, en lugar de creer que apelar a la juventud es hacer un trap...
APU: O hablar de coger…
DC: O hablar de garchar, y demás, tal vez se podría hacer propuestas a la juventud escuchando en lugar de subestimándola. No escuché mucho que se hable, por ejemplo, de lo difícil que es hoy para un pibe o una piba de veintipico acceder a un alquiler. A saber que se tiene un trabajo estable, a saber que se tiene un salario, a saber que no se tiene que trabajar 13 horas para pagar un alquiler. Insisto, esto lo digo, de lo que escucho de mi trabajo con adolescentes, porque acabo de decir que me parece que no hay que hablar por ellos y decir por ellos lo que quieren.
APU: Hace unos domingos hablamos con Lucas Grimson, que es un pibe de 20 años, y nos decía las inquietudes que tenía y me parece que iban más rumbeadas a eso, a cómo salir adelante, cómo iniciar una vida. Porque los pibes de veintipico, de 25, de 24, están arrancando su vida y tienen necesidades que por ahí en esta campaña no se vió esa apelación, o por lo menos, entender un poco qué es lo que necesitan esos pibes y esas pibas.
DC: Tal vez, ese es el caldo de cultivo para que discursos que gritan mucho pero proponen poco, porque lo que proponen es contrario a los intereses de la gente a la cual apelan... cuando yo tenía 25 años, veía muy difícil llegar a una casa propia, a una vivienda propia. Hoy es muy difícil alquilar, lograr alquilar, tener un trabajo que no te consuma montones de horas. Entonces, me parece que el proyecto de Palazzo, de reducción de la jornada laboral, esas son cosas, que tal vez, es hablarle a la juventud. No poner un trap o creer que hay que hablar de garchar. Por otro lado, Vidal y Santilli, diciendo dejemos garchar a los jóvenes, además de la idealización de la juventud, está la demonización de la adultez como si los adultos y adultas no cogieran. Me parece que tal vez, ese es el caldo de cultivo, si no podés ni ver cómo acceder a un alquiler y nadie propone algo más o menos sensato de cómo hacerlo, bueno… aparece un tipo con campera de cuero con el pelo mal teñido y despeinado gritando una canción de La Renga, que por otro lado, los muchachos de La Renga después salieron a despegarse.
APU: Es interesante porque si no hay nada que contenga esos discursos hacen mella.
DC: Igual no los subestimaría, cualquier que milite en una organización, sabe que está lleno de pibes y pibas en distintas orientaciones políticas. Uno ve, sí, la marcha de los libertarios, de acuerdo, pero en La Cámpora en el Frente de Izquierda está lleno de pibes y pibas participando en distintos espacios políticos.
APU: Usted como hombre que cree en la palabra ¿Qué piensa de esta guerra de palabras basadas en denuncias y chicanas que también se dió durante la campaña?
DC: Denuncias y chicanas, por ejemplo ¿a cuáles se refiere?
APU.: Siempre están estas denuncias…
DC: Lo veía el otro día a Fantino entrevistando a Vidal, y la pregunta era casi ¿qué opinás de esta operación que te hicieron? Y que es una operación, responde Vidal. Me parece que esto no es privativo de estos tiempos tampoco. Tendemos a olvidarnos muchas cosas muy rápido al mismo tiempo que las recordamos. Pero desde ya, que eso es parte del lugar de estar discutiendo las propuestas. Propuestas, que insisto, que se pusieron en práctica con efectos que son más o menos medibles y cuando lo vas a medir son también interpretables. Y en su lugar aparece esto, encuentran supuestos millones de dólares o como cuando iban con excavadoras al Calafate, no me acuerdo si era en Calafate o en qué lugar del sur. Me parece que esto no es privativo de este momento, sino que en general eso fue así, es como un ruido de fondo. O incluso, no sé si de fondo, a veces en los primeros planos que evita discutir efectivamente qué medidas, propuestas, proyectos hay y cuáles son las consecuencias porque el ser humano no tiene muchísimas ideas a lo largo de la historia de la humanidad. Creemos que hay muchas pero en verdad no son muchísimas las cosas que se nos ocurren, y muchas de las propuestas que se están debatiendo o disputando ahora ya se han aplicado antes en distintos lugares del mundo y acá mismo. Y se puede ver, más o menos, qué consecuencias tuvieron anteriormente, y por lo tanto, tratar de pensar qué consecuencias podrían tener.
APU: A veces se usan palabras para tapar lo que realmente habría que discutir.
DC: Ni siquiera sé si es una apelación a la palabra porque uno dice “eh, vos hiciste tal y cual cosa”. No sé si es una palabra en el sentido de un diálogo y que uno pueda hablar. Son fantasmas, fantasías, apelaciones a imágenes que tienen un impacto, más o menos, inmediato, que el de la palabra, que tiene un tiempo para desplegarse. El efecto de la palabra requiere el despliegue en el tiempo. Más que apelar a la palabra, apelan a imágenes que tienen un impacto inmediato que, de nuevo, puede servir para ganar una elección o ganar algunos votos, puede servir para vender libros, para vender algún producto, un tiempo. Pero me parece que, con el tiempo, tal vez soy demasiado optimista de mi parte, me parece la palabra cuando tiene tiempo para desplegarse triunfa hasta que vuelve a perder, si se quiere.