"El peronismo no se va reunificar de un día para otro, es un proceso largo"
Por Enrique de la Calle. Foto: Hernán Piñera
APU: En una entrevista reciente, caracterizó al macrismo como el retorno del viejo conservadurismo. ¿Así lo ve?
Omar Bojos (@omixmoron): Sí, el viejo tronco orejudo. Que nunca se fue. Es un sector que está en franca recuperación. Después de la elección de 1945, ese espacio empezó a desaparecer, después de una época de apogeo. Ocupó todo el espacio el peronismo y como oposición, el radicalismo. Así nos mantuvimos casi 70 años, como un pacto no escrito. De ese modo, los conservadores no pudieron llegar al poder por medio del voto democrático. Lo que les quedaba era quebrar el orden institucional. Ese tronco conservador se fue separando en mil pedazos pero siguió estando sobre el escenario. La vieja dirigencia peronista, sobre todo en el interior del país, tenía mucho que ver con ese conservadurismo. Ahora volvieron ellos como cabeza de encabezando una coalición con posibilidades de ganar. Y ganaron.
APU: Y ganaron con un discurso y una práctica política propia del siglo XXI. Es un eterno retorno, pero renovado.
OB: Fueron evolucionando mucho en estos 70 años. Habrá alguno más liberal que otro, como Federico Pinedo. Te cuento un caso que conozco mejor: Joaquín De la Torre, ex intendente de San Miguel y actual Ministro de gobierno de la PBA (Nota del Editor: pasó del massismo al macrismo). Es una persona que respeto mucho. Él es conservador, nacionalista, católico. Es uno de esos cuadros que antes podríamos ubicar en el conservadurismo popular y que en este proceso de reconfiguración del sistema político migraron al macrismo. Y lo hacen porque además ven que esto puede continuar. Si creían que duraba dos años, se hubieran quedado donde estaban.
APU: ¿Cuál es el programa económico de ese conservadurismo?
OB: Hablan de neofrondizismo, neodesarrollismo. Pero en la nueva división internacional del trabajo nos tocó ser más pastoril que antes y los tipos están poniendo sus fichas ahí. Lo que hacen es no mostrar eso. Son políticos y quieren ganar elecciones. Pero creo que nos llevan a una Argentina más pastoril.
APU: Pero en simultáneo el Gobierno parecería tener en claro que con ese proyecto pastoril, como lo definió, no alcanza para los 40 millones de argentinos. Y ahí está toda la discusión en torno al gradualismo económico, que de hecho es muy cuestionado por los sectores más liberales y pro-campo.
OB: Alcanza para 20 o 30 millones. Tengo tres hijos de 20 años que ven cómo se cierran posibilidades. Los tres están en la actividad privada con contratos temporales. Trabajan por 3, 6 o 9 meses, jamás completan un año. Ellos están acomodados a esa vida, a la precariedad, no se desesperan por no contar con un trabajo “para toda la vida”. Para la gente de nuestra generación era otra cosa, perdías el trabajo y se derrumbaba tu mundo. Eso cambió. Igualmente, mis hijos me dicen que es difícil incluso ahora encontrar esas posibilidades precarias. Otros países resuelven más fácil: ahora el sistema político chileno está negociando un nuevo ajuste. Van arreglarlo como siempre lo hicieron, van a tirar mas de 300 mil personas afuera del país. Nuestro problema es otro: tuvimos 70 años de peronismo, no arreglamos las cosas así. Aquí no van a poder crear las condiciones para un éxodo emigración de diez millones de personas y sobre ese argamasa se va a constituir la masa crítica de la resistencia. Hay cosas que no vuelven para atrás. Igualmente, tienen margen para que toda esa conflictividad se organice, decante, se muestre en las calles como se mostró contra la última dictadura militar y luego contra Alfonsin, no creo que la situación se complique tanto como para producir un estallido social antes de 2019, van a llegar con mucho oxígeno.
APU: Habló del conservadurismo en el poder. ¿Enfrente qué hay?
OB: Estábamos acostumbrados a la alternancia entre radicales y peronistas. Ahora apareció otra cosa, otro eje, que reorganizó todo el tablero. En la alianza que está en el Gobierno tenés al PRO, al viejo tronco conservador, y a peronistas (como Monzó) y radicales (como Elisa Carrió o Sanz). Del otro lado, también hay peronistas, radicales y la centro-izquierda. Lo que hizo Néstor Kirchner fue correr al peronismo hacia la centro-izquierda. El peronismo siempre tendió a pendular y lo hacía porque su eje estaba en el centro, y así podía sumar desde diferentes espacios ideológicos.
APU: ¿Por qué NK corrió al peronismo hacia la centro-izquierda? ¿Tuvo que ver con su pasado en la Juventud Peronista en los 70 o con algo más prágmatico?
OB: Tanto NK como Cristina tienen simpatía por ese espacio ideológico, pero también son pragmáticos. NK jugaba con esas cosas, probaba a ver qué salía. En los 90, Kirchner acompañó las privatizaciones sin ningún pudor. Y lo hizo porque le servía a la provincia que gobernaba. De hecho, Santa Cruz ganó con las regalías. Entre 2003 y 2005, NK se ató a determinadas banderas de la centro-izquierda, como los Derechos Humanos, y se posicionó ahí. Lo hizo necesitado de mostrar logros políticos. Alfonsín hizo algo parecido en sus primeros años, cuando se presentó como el defensor de la democracia.
APU: Decía que haber corrido al peronismo a la centro-izquierda dejó "libre" el centro del escenario político. ¿Es así?
OB: Lo dejó para que otro lo reclame. Que es evidentemente lo que está pasando. El macrismo está parado ahí, se definen en ese lugar. Hay que correrlos del centro, hay que ubicar ese espacio macrista en la centro derecha y hay que tomar el centro por asalto. Sergio Massa intentó ocupar ese lugar.
APU: ¿Puede el peronismo ocupar ese centro y disputarle poder al macrismo desde ahí?
OB: Los sectores que están ubicados en el centro y los que están en la centro izquierda van a tener que empezar a armar alianzas. A pensar en espacios más amplios si se quiere ganar. Por eso Massa pensó en Margarita Stolbizer y Cristina, se alió con sectores del peronismo y también con progresistas y radicales.
APU: ¿Le parece que es definitivo ese lugar de centro-izquierda donde está ubicado el peronismo?
OB: Creo que no, pero calculo que hasta 2023 va a ser difícil disputar el centro con el macrismo y expulsarlo de alli. Porque es una novedad, porque la sociedad lo ve como atractivo. Lo que pasó en 2015, con el retorno del tronco conservador, cambió todo, pateó el tablero. Hay que pensar muchas cosas de nuevo. No va a ser fácil que se unan sectores porque sí. Además, hay muchos peronistas que están cómodos con Macri y van a seguir ahí. Después, hay peronistas que creen que otros peronistas no lo son, les encanta ser gendarmes de la pureza identitaria y fuera del poder (y sin sus medios) actúan como si continuasen siendo hegemónicos, con el poder suficiente como para decir quien forma parte del ejército del bien y quien del mal. No veo válido el uso del peronómetro en el llano. A pesar de ello creo que si el peronismo no se reconfigura está perdido.
APU: ¿Usted no ve viable la unidad del peronismo de cara al 2019?
OB: Me centraría en la historia de los pueblos, no de los hombres. Son procesos. Estamos en un proceso que es largo. No vamos a poder reunificarnos de un día para otro, no va a pasar en 2019, como no pasó en 2017. Eso lo tiene que entender el peronismo. Venimos arrastrando problemas internos desde los 80 que hay que resolver. Hay valores que el peronismo tiene que recuperar. Conocí a una vieja militante del primer peronismo, ella era la responsable de una unidad básica. Jamás se le pasó por la cabeza ser candidata en una elección. Era una obligación moral para ella no ser candidata, porque ella no quería ser señalada como que militaba por un cargo. Esos valores hay que recuperar. El peronismo tuvo un origen muy honestista, que venía a terminar con las viejas prácticas de conservadores y radicales. Ese peronismo se perdió en el tiempo. Hay un componente moral que tenemos que recuperar. No tiene que valer cualquier cosa. La sociedad nos está pidiendo ese cambio.
APU: El modelo económico macrista es muy vulnerable en el frente externo, por su dependencia a la deuda externa. En ese sentido, es dependiente de factores que no maneja (la tasa de la Reserva Federal norteamericana, por ejemplo). ¿Cree que los tiempos de una reunificación del peronismo podrían acelerarse si empeora notablemente la situación económica?
OB: No creo que se de ese escenario, para mi el Gobierno tiene margen. Si se diera, el peronismo tarda 5 minutos en reunificarse. Tiene mucho olfato para el poder. En 2001/2002 pasó eso con Rodríguez Sáa y Duhalde primero, y luego con el Congreso del peronismo que permitió tres candidaturas en 2003 (Menem, Sáa y Kirchner). Ese proceso se terminó en 2005 cuando Kirchner le ganó a Duhalde. Si se diera un proceso similar, el peronismo va a ir con varios candidatos por afuera, no en unas PASO, y luego se decidirá en el ballottage. Igualmente, no creo que acontezca una crisis de las dimensiones como para un cambio de gobierno, esperar ese escenario es holgazanería, pereza intelectual, porque es el escenario más fácil, no hay que cambiar nada, tenemos que seguir siendo iguales a lo que fuimos. El desafío es cambiar internamente, andar por las calles y construir el vehículo que nos ayude a transitarlas simultáneamente.