La libertad ambulatoria de las ballenas
El principio de libertad ambulatoria está consagrado en el Art 18 de la Constitución Nacional, es el derecho a seguir en libertad mientras se substancia el proceso penal, es el inverso de la prisión preventiva. Suena extraño que sea de aplicación a las ballenas.
El 22 de diciembre, Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas interpusieron un nuevo recurso contra la sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata que autorizó el inicio de la exploración petrolera a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata.
Recordemos que, en febrero del 2022, estas organizaciones promovieron una acción de habeas corpus en favor de las ballenas francas australes, “porque la exploración sísmica significa la vulneración artera a su integridad física y libertad ambulatoria”. Y el juez federal Santiago Martin estimó que, en el caso de los mamíferos marinos, “la actividad es susceptible de generar lesiones auditivas temporales y permanentes, desplazamientos, alteración del comportamiento (alimentación, reproducción, descanso, migración), entre otros.”
Poner los riesgos en su justo contexto
El buque que hace exploración sísmica en el mar se mueve a 5 nudos, muy lentamente. En la popa lleva unos dispositivos que emiten hacia el fondo descargas de aire comprimido. Sus ondas de sonido impactan en el lecho marino y unos cables con sensores que arrastra el buque recogen la información del rebote de las ondas. La descarga de sonido es muy fuerte y si una ballena se acerca a 40 o 50 metros, probablemente le afecte su oído. Para evitar este tipo de accidentes, el buque tiene a bordo dos observadores entrenados, más la observación del radar. Y si un animal se acerca a menos de mil metros, se detiene la operación. Y se procede a la maniobra de “arranque suave”, que significa ir subiendo gradualmente el sonido, para que el animal lo detecte y antes de sufrir daño se aleje naturalmente.
Cuando se habla de alterar la ruta de las ballenas, parecería que alguien en la ruta 2 a Mar del Plata, se le ocurriese hacer un pozo de petróleo arriba del pavimento. Pero intentemos visualizar el riesgo real: nuestra plataforma continental por donde circulan unas 500 ballenas al año, tiene 6,5 millones de km², con un ancho de 300 a 400 km. El buque y sus cables sensores ocupan una fracción de superficie inferior a 1 km². Así que la posibilidad de una ballena de tropezar con el buque es tan lejana, como que se choque con el churrero de Playa Grande.
En los 40 años, fueron 400 mil km de líneas sísmicas. Nunca se notificó de una ballena que haya sufrido “la vulneración artera a su integridad física y libertad ambulatoria”.
Muy por el contrario, estudios del CONICET indican que en el Golfo Valdez la población crece un 7% anual. O sea que la estadística contradice a quienes afirman que la exploración sísmica perjudica la vida de las ballenas.
Cinco millones de niños argentinos viven en la pobreza
Es sano, loable, generoso de espíritu cuidar que las ballenas nos sufran una “vulneración artera a su integridad física y libertad ambulatoria”. También es sano y loable, preocuparse ademas de los cetáceos, de la vida de 10 millones de argentinos en estado de pobreza.
Según datos del INDEC del año 2022, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 27,7%. En ellos residen 10.643.749 personas. Dentro de este conjunto un 6,8% de hogares, está por debajo de la línea de indigencia, que incluyen 2.568.671 personas. En cuanto a los grupos de edad según condición de pobreza, se destaca que un poco más de la mitad (50,9%) de las personas de 0 a 14 años son pobres. Es decir 5.300.000 niños argentinos viven en la pobreza.
Según el Observatorio de la pobreza de la UCA, en nuestro país el 21% de las familias viven en viviendas precarias. El 28% sin cloacas. El 9,7% sin agua corriente. El 20,3% frente a basurales. El 10% frente a espejos de agua contaminados. El 20,9 % no accedió a atención medica ni medicamentos. El 4% de los niños no concurre a escuela y el 21,6% sufre deserción escolar.
En su informe el Observatorio de la UCA dice: “Para salir de la trampa de la reproducción de la pobreza, necesitamos crecimiento con estabilidad macroeconómica que reduzca la inflación y permita planificar la inversión con acuerdos redistributivos sectoriales y sociales. Crecimiento de los sectores externos con impacto en las economías regionales y mercados laborales informales micro-pymes. Invertir en alimentación, salud, cuidado, educación, hábitat y espacios de socialización inclusiva.”
Crear trabajo formal, lograr estabilidad macroeconómica que permita planificar inversiones, invertir desde el estado en salud, educación, infraestructura. Transformar los planes sociales en trabajo genuino en blanco. Son casi verdades de perogrullo en las que coincidimos todos. Ahora el punto es de donde salen los recursos para lograr estos objetivos.
La falsa opción del anti-extractivismo
Dice García Linera ex-vicepresidente de Evo Morales: “Hay países que, empezando como productores de materias primas, han pasado a la fase industrializadora de materias primas y ahora tienden a concentrarse en la producción científico-tecnológica y los servicios. Buena parte de los países europeos, y también Norteamérica, han tenido este recorrido.”
Importantes ONG europeas condenan el extractivismo, luego que sus países han saqueado sus colonias de los recursos naturales para su desarrollo. Y las dos principales economías mundiales EE.UU y China con enorme desarrollo industrial, nunca renegaron de explotar sus propios recursos naturales. Hoy EE.UU gracias al fracking se ha convertido en primer exportador de gas natural licuado y primer productor mundial de petróleo. China es el primer productor mundial de oro. Ninguno de estos países entra en el planteo bobo de “no al extractivismo”. Aprovechar sus recursos naturales es una regla básica de sus economías crecientes.
Las enormes posibilidades de la Cuenca Argentina Norte
En 2007 Ignacio Lula Da Silva anunciaba el descubrimiento del mega-yacimiento petrolífero Presal de aguas profundas. Hoy Brasil produce 3 millones de barriles diarios, de los cuales exporta casi la mitad, lo que representa unos 45 mil millones de dólares. Es decir, un 50% más que nuestras exportaciones agropecuarias.
Si Dios quiere, en mayo-junio del 2023, YPF con sus socios extranjeros, estará perforando el pozo exploratorio Argerich I, que va a dar la confirmación o no, de la existencia de un “Presal” argentino.
Según los estudios existentes, el yacimiento Argerich, podría producir 200 mil barriles día. Para tener una idea de magnitud, hoy Argentina produce en total (todas las empresas) 550 mil barriles día. Y monetizados esos 200 mil barriles significan unos US$ 7 mil millones al año de exportaciones.
Pero, los estudios de YPF y otras empresas determinan que puede haber 10, 20 o más yacimientos del volumen del Argerich. Entonces podemos pensar en multiplicar esos 200 mil barriles por diez o por veinte. Y no estamos hablando de ninguna fantasía, Brasil piensa llegar a los 4 millones de barriles día, y están acá cerquita nuestro.
Con la puesta en producción del yacimiento Argerich se estima la generación de 27.000 puestos de trabajo, entre directos, indirectos e inducidos. Pero con el desarrollo integral de la cuenca podemos estimar hasta 200 mil nuevos empleos de calidad. En Brasil la industria naval paso de tener 3000 trabajadores en 2006 a tener 82.000 operarios en la actualidad, porque todo lo que en Vaca Muerta se mueve en camiones y otros vehículos, en el offshore se mueve en barcos de todo tipo.
En términos fiscales, significaría romper con la dependencia de exportaciones del complejo sojero y tener un ingreso de dólares que equilibre nuestra balanza comercial y permita alimentar de divisas a nuestro desarrollo industrial. Ademas de los ingentes ingresos por regalías, impuestos nacionales, provinciales y municipales.
En síntesis, la posibilidad de extraer grandes volúmenes de petróleo de nuestra cuenca marítima no colisiona con ninguna otra actividad productiva, ni con la pesca, ni con el turismo. También genera nuevas industrias proveedoras de la actividad que de otro modo no existirían. Ofrece la oportunidad de industrializar esas materias primas. Genera conocimiento y desarrollo tecnológico. Sus ingresos sostienen una política de inversiones en energías renovables que acompañen nuestra transición energética. Y por supuesto, dan trabajo digno para miles de familias argentinas.
Está bien preocuparse por la “integridad física y libertad ambulatoria de las ballenas”, pero está muy mal, que un juez despistado ponga piedras y frene el desarrollo de toda una nación.