"Un buen sistema de salud es aquel cuya estrategia se apoya en el ejercicio de un potente rol del Estado"
Por Martín Massad
Agencia Paco Urondo: ¿Qué opinión tiene acerca de la degradación de ministerio a secretaría de salud por parte de Macri y como impacta este cambio en las políticas sanitarias?
Arnaldo Medina: Es una medida que termina impactando en la salud de todos los argentinos. No es solamente una cuestión administrativa, porque afecta la calidad de vida y las posibilidades de resolver los problemas de salud de los Argentinos en su conjunto. Por tomar un ejemplo encontramos lo que pasa en programas como VIH Sida que ven mermada su capacidad de respuesta, no solamente por el ajuste presupuestario que significo el pasaje del 2018 al 2019, que pese a una inflación del 47% mantuvo el mismo presupuesto, sino por los problemas administrativos de retrasos en compras. Lo mismo sucede con la provisión de medicamentos básicos que anteriormente estaban en el “Remediar”, las vacunas, los insumos del programa de procreación responsable, y otros. Estos problemas sin dudas tienen origen en la incapacidad administrativa de la actual estructura que descuida el área de salud. Es que el área bajó de rango y eso hace que baje el nivel de autorización del gasto. Entonces el mensaje a la sociedad también es muy claro: la salud no importa, por eso la degradamos.
APU: ¿Crees que la salud pública está en emergencia en nuestro país? ¿Debería dictarse alguna medida al respecto?
AM: Algo hay que hacer para el corto plazo. No quiero plantear lo de la emergencia porque se puede rotular con un título, y es una decisión que hay que analizar con todos los elementos. Pero hay que tomar medidas especiales ya que el sector está atravesando por una situación muy difícil debido a las circunstancias propias del país en cuanto a la recesión y la falta de financiamiento, a lo que se suma el efecto de las dos últimas devaluaciones en un sector que tiene muchos insumos que están dolarizados. En la última semana sectores que representan a distintos prestadores privados de la salud le reclamaron al gobierno algún tipo de medida para evitar el quiebre "masivo" de empresas del sector. También hubo un fuerte reclamo de los ministros de salud provinciales, en el sentido de restituir los programas que obligatoriamente debe cubrir el estado nacional y que este recupere su rol de rectoría.
APU: ¿Cuáles son en tu opinión las mayores falencias de nuestro sistema de salud pública?
AM: Nuestro sistema de salud –debido a las políticas anti estatales anteriores y pese a los esfuerzos de la década de los 2000– tiene problemas de financiamiento, que se potencian con la mala distribución del ingreso y la pobreza. Se agregan importantes problemas normativos y de gestión. Es fragmentado y segmentado, es decir que tiene diversas fuentes de financiamiento, de gestión y de prestación de los servicios, en el que fallan los mecanismos de coordinación que aseguren servicios de equitativos, eficientes y de calidad. Los ciudadanos no tienen dispositivos de atención que aseguren la continuidad y la coordinación, fundamentalmente de un equipo de profesionales que sean responsables de su salud. Esto antes se conocía como médico de Familia o médico de cabecera, ahora es un equipo con médicos o médicas, enfermeras o enfermeros y otros profesionales. Existen suficientes evidencias que demuestran que no es bueno que la población se dirija directamente a los especialistas como lo es en nuestro caso, porque así es menos efectivo, y más costoso.
Por otro lado esa falta de coordinación se evidencia a la hora de negociar en forma equilibrada con los distintos proveedores de acuerdo a las posibilidades y a las necesidades de la población. Para esto se requiere un Estado presente, con capacidad rectora sobre el conjunto de los actores sociales que intervienen en la salud.
APU: ¿Cómo cree que debería ser un sistema de salud acordé a nuestro país y a la situación actual?
AM: Es una pregunta compleja y difícil de responder en unas pocas palabras, por otro lado no creo tener todas las respuestas. Sí entiendo que más allá de que el libro hable de lo que ocurre en otros países, lo que siempre aclaramos es que cada país debe encontrar sus propias soluciones. Para encontrarlas creo que es importante generar un extenso dialogo y los acuerdos necesarios entre los actores sociales del campo de la salud, de manera de lograr un modelo sustentable. Para esto nuevamente es indispensable un rol protagónico del Estado. También es primordial un acuerdo federal entre provincias y la inclusión de los municipios que son cada vez más importantes en el gobierno de la salud.
APU: ¿Crees que un sistema de regiones sanitarias por problemática sería un buen abordaje?
AM: Las regiones sanitarias tienen mucha tradición en nuestro sistema de salud, sobre todo en las provincias más grandes. El debate se centra en el rol que tienen, algunos las piensan solamente como desconcentración administrativa de los ministerios de salud, otros entre los que me incluyo las pensamos como espacio de planificación, participación y acuerdo en un territorio. Todo desde una concepción integral de los problemas de salud, con una visión sistémica y tendiente a horizontalizar en el territorio todo aquello que baja desde las estructuras de mayor jerarquía estatal. Es decir que los distintos programas se deben accionar integradamente y bajo una misma visión, de lo contrario se superponen y pierden eficacia, y los territorios son los espacios dónde esto puede y debe ocurrir. Por ejemplo un programa de prevención y control de la diabetes no se puede llevar adelante por separado del programa de adultos mayores, o del de alimentación saludable, o del de enfermedades cardiovasculares.
APU: ¿Se ha hablado mucho de los costos de la prestación del servicio de salud a los extranjeros, cuál es tu opinión al respecto?
AM: En el sistema de salud argentino tomado como un conjunto es marginal la presencia de extranjeros no residentes en nuestro país. Si tiene peso en las provincias fronterizas, fundamentalmente en el Norte. La solución no es cerrarse, pero el tema debe estar en la agenda bilateral con los países limítrofes.
APU: ¿Cómo se debe solventar un buen sistema de salud pública para toda la población?
AM: Un buen sistema de salud es aquel cuya estrategia se apoya en el ejercicio de un potente rol del Estado como garante del derecho a la salud, pero en el marco de un modelo de desarrollo. Por eso nunca podrá lograrse en el contexto del ajuste macroeconómico y del retroceso en el ejercicio de derechos y el deterioro del nivel de vida de la población. Por eso es necesario pensarlo en un camino de crecimiento basado en el mercado interno y que garantice los derechos sociales. También se requiere una mayor participación de la población en la definición del propio sistema de salud y de sus prioridades, porque siempre los recursos no serán suficientes para cubrir todas las necesidades que pueden ser infinitas. Se trata de lograr un sistema digno de acuerdo a nuestra propia capacidad para sostenerlo.
APU: ¿Por qué los medicamentos genéricos no tienen llegada a la población y como se podría implementar la misma?
AM: La Ley 25.649, conocida como de medicamentos genéricos, dice que toda receta o prescripción médica deberá efectuarse en forma obligatoria expresando el nombre genérico del medicamento. Es decir que la ley ya lo establece, sin embargo no se cumple. La prescripción y comercialización de estos medicamentos tiende a bajar el costo. La argentina hoy tiene un bajo porcentaje de comercialización de estos medicamentos que está por debajo del 10%, muchos de los países desarrollados tienen más del 50%, incluso Chile y Brasil hoy superan a nuestro país. Cuando la impulsó Ginés González García en nuestro país, junto con otras políticas tan importantes, el porcentaje de comercialización era mucho mayor, luego decayó. El desafío está en aplicarlo obligatoriamente desde los distintos sistemas de financiamiento, como PAMI, obras sociales nacionales y provinciales, entre otros. También en proponer incentivos para que la prescripción sea efectiva como hacen en otros países. También existe hoy una amenaza y presión aún mayor sobre los sistemas de salud, que son los medicamentos biológicos y biotecnológicos. Ha irrumpido en el debate público la presencia de algunos tratamientos muy costosos, de hasta 750 mil dólares o más. Para esto hay que buscar nuevas respuestas, los biosimilares o copias creativas, que son equivalentes a los genéricos para este rubro, son algunas de ellas.
APU: ¿Qué postura tenés respecto a la legalización del aborto?
AM: Que es una cuestión de salud pública. Hay que terminar con la inequidad en al que las mujeres pobres no pueden recurrir a los servicios públicos para interrumpir su embarazo y al hacerlo en forma clandestina ponen en riesgo su salud. Las estadísticas son elocuentes en ese sentido.