“No hay que pensarlas como nenas trans, sino como nenas de nueve años”
Por Melany Grunewald
APU: ¿Cómo analizas los riesgos que implica la exposición de Luana luego de hacerse pública su historia?
GM: La cara de Luana no aparece en ninguna foto, y yo no la expongo en esa situación porque ella tiene que seguir su vida como cualquier nena. Avery tiene la misma edad, y después tiene que salir a la calle, ir a la escuela. La exposición y sobreinformación no son aptos para una nena de 9 años. La nena queda como un fenómeno, envuelta en sensacionalismo, que no es parte de una infancia tranquila y común. No hay que pensarlas como nenas trans, sino como nenas de nueve años. National Geographic quiso trabajar lo mismo acá con Lu, y ya sabemos que se maneja en esos términos de exposición, entonces no.
APU: ¿Qué opina Luana de Avery?
GM: ¿Quien a los 9 años estuvo interesado en Nat Geo? Yo no le muestro esas cosas. Si ve la tapa a lo sumo dirá “Ay qué lindo, tiene el pelo rosa”, pero no la hago entrar en esa ensalada. No es lo propio para su edad. Lee cosas de princesas todavía. Tiene que vivir lo que corresponde a su edad, y de esa forma hacer natural lo que para ella ya lo es. Porque si no va a ser siempre la diferente, condicionando la felicidad de su infancia.
APU: Hay un discurso hegemónico que enmarca el descubrimiento de la identidad de género y sexual como algo propio de la adolescencia, ¿se trata de una construcción o es parte de uno mismo al nacer?
GM: Cada uno es distinto. En el descubrimiento de los genitales, que los chicos se miran, se agarran, se tocan… si de entrada los padres van con “No hagas eso”, ya reprimen y posiblemente el chico no lo vuelva a manifestar hasta mucho después. Y no solo los padres, también la escuela y la cultura en general donde te dicen “Esto está bien, esto está mal, eso sí, eso no”. Luana pudo de chica, pero hay personas que no pueden decir lo que les pasa hasta la adolescencia o incluso después. De todas formas, nada es de un día para el otro, pero se descubren los indicios.