Charly Pisoni: "No podemos no festejar que sigan siendo tan masivas las marchas"
Por Federico Tártara
Carlos “Charly” Pisoni es referente de HIJOS, Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio, esa orga creativa que nació en un campamento en Río Ceballos, Córdoba, y que torció el rumbo del país, la militancia y la historia de los Derechos Humanos, junto a todos los organismos. Sus padres militantes peronistas montoneros desaparecidos, de la JTP y la JUP fueron secuestrados y luego vistos en el CCD "Club Atlético", aún permanecen desaparecidos. Pisoni, tiene 45 años, y fue criado por su abuela materna Aurora Zucco de Bellochio desde que tenía 37 días. Ella murió en 2015. Desde que entró en HIJOS en 1996, ya nada fue igual.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué te pasa por la cabeza cada 24M?
Carlos Pisoni: Particularmente es un día dónde estoy todo el día activo porque tengo un montón de responsabilidades: logística, organización de la marcha, de la columna, de un montón de cuestiones que me hacen que ese día sea un día muy importante y muy militante. Es una responsabilidad grande la que me toca a mí y la asumo. Después el día se termina festejando con los compañeros y compañeras. Porque la verdad no podemos no festejar que sigan siendo tan masivas las marchas, que podamos decir lo que tenemos que decir, con los gobiernos que sean, siempre hemos dicho lo que teníamos que decir, nunca nos hemos callado, nunca hemos dejado de expresar en la plaza lo que creemos.
APU: Es una marcha que se masifica cada vez más… ¿Cuáles son los nuevos desafíos?
C.P: Fundamentalmente que el reclamo no quede solamente en un sector que es como sucedió durante muchos años en la sociedad Argentina. Y que hoy cuando se nos plantea nuevos desafíos como, por ejemplo, cómo hablarle a una juventud tenemos que tener ética de la temática y quizá nos retrotrae a la década del 90 -en cierta manera- de lo que hoy es la política para muchos jóvenes que no es algo que los entusiasme o los convoque. Nosotros nos planteamos esos desafíos de como hacer para seguir interpelando los porque entendemos que la temática de Derechos Humanos también tiene que ver con la política y con la historia, con nuestra identidad y hoy eso es uno de nuestros desafíos también este mismo 24 de marzo. Que no solamente estemos los que siempre estamos sino también poder convocar a estas nuevas camadas de jóvenes para que conozcan lo que pasó pero también para que puedan cambiar lo que consideran que es injusto.
APU: ¿Cómo recordas aquellos inicios en los noventa? ¿Cuando se cumplían los 20 años?
C.P: En el 96, ese 24 de marzo, la columna de HIJOS aparecía y avasallan y se abrían llenos de aplausos y llantos, de ex-militantes, padres y por otro lado esa fecha redonda de los veinte años. Pero no dejaban de ser actos tristes, dolorosos, y gobernaba esa impunidad de no poder dar vuelta la página. Eso fue lo que reino en los años 90. Tambien, algo que marco esa década es que no somos como somos ahora, costaba mucho movilizarse, mover a miles y miles de personas. Y con el kirchnerismo eso fue cambiando, la política se fue transformando.
APU: ¿Quizás el punto más alto de los 24M fue el escrache a Videla, en 2006?
C.P: Esa fue una situación muy particular porque decidimos -los compañeros y compañeras tienen historias de distinta raíz militante algunos son hijos de peronistas, otros son hijos de trotskistas- leer todas las organizaciones, que eran casi 100. Fue la primera vez que se leyeron todas en las cuales militaban nuestros viejos y, por otro lado, en un momento decidimos hablarle a Él, en primera persona. Le gritamos, le dijimos todo lo que teníamos que decirle y la multitud acompañó con un "asesino, asesino" que queda ahí grabado.
APU: ¿…y la grúa?
C.P: La grúa es parte de una anécdota. Nosotros nunca tuvimos una ayuda para funcionar en HIJOS y no teníamos recursos. Nos financiábamos haciendo remeras y periódicos y, en ese momento, como entendíamos que el gobierno acompañaba, nosotros decidimos ir a pedirle la grúa al gobierno. Y así fue que nos juntamos con el Secretario General de Presidencia, (Oscar) Parrilli y no podía creer lo que le estábamos pidiendo. Tuvimos que ir a hacer un curso a la Panamericana de manejo de grúa, fue muy cómico porque años después yo me lo encontré a Oscar y me comentaba que Néstor se moría de la risa con lo que le fuimos a pedir, porque todos iban a pedirles recursos...
APU: Durante el gobierno de Macri los 24M fueron la barrera más firme contra el neoliberalismo por el abanico de representaciones que convocaban: ¿Coincidís?
C.P: Nosotros vimos engrosar la fila, tanto de las organizaciones como también de lo que se llama gente suelta que es la gente que marcha no organizada, y eso fue justamente el 24 de marzo del 2016, quizá la marcha más grande que hayamos organizado en CABA. Que después tuvo su continuidad ya con las marchas de millones y millones de personas que se manifestaron con la desaparición de Santiago Maldonado. Entonces creo que de alguna manera ese 24 de marzo del 2016 fue como un desahogo de un montón de sectores de la sociedad que estaban sintiendo como se avanzaba contra la política de Derechos Humanos. Que después también para bien pudimos frenar de alguna manera con esa historica marcha contra el 2x1, donde en definitiva la sociedad Argentina dijo con este tema no se puede dar marcha atrás, esto llegó para quedarse y creo que esa rúbrica popular, esa encuesta popular que se hizo en las calles da cuenta que la temática de la memoria y la justicia calo muy hondo y hoy hay una cierta mayoría que apoya el reclamo que nosotros levantamos durante años.
APU: ¿Cuales son las políticas que viene desarrollando HIJOS?
C.P: La agenda de H.I.J.O.S está, de alguna manera, consustanciada con lo que sucede en el pasado reciente. Son temáticas que para nosotros son centrales: la continúa búsqueda de los nietos que aún faltan, la búsqueda para los espacios para la memoria.. pero por otro lado, entendemos que también es necesario nuestro aporte en las políticas de Derechos Humanos actuales, sin duda la temática que más nos preocupa es la violencia institucional porque así como luchamos con los torturadores de nuestros viejos, también luchamos para que no haya más torturas en las cárceles, para que no sigan matando, para que no nos desaparezcan como pasó con Santiago, como pasó con Facundo Astudillo Castro. Para que en definitiva juzguen a los responsables de estos delitos.
Y por otro lado, en nuestra regional, CABA, estamos muy abocados a la cuestión educativa, a poder desde las bases transmitir toda esta cuestión de Derechos Humanos. En una sede como la que contamos, la casa de militancia que se ha convertido en un espacio educativo donde hoy ya cursan quinientos alumnas y alumnos. Carreras de grado, tecnicatura, finalización de la primaria y secundaria.
El objetivo es seguir ampliando para que se transforme en un polo educativo en Derechos Humanos. La pregunta es: ¿cómo refuncionalizar estos espacios?, y entendemos que una de las formas es la educación porque son jóvenes, estudiantes, docentes, que todo el tiempo están habitando el espacio e inconscientemente se van apropiando de él, ese es uno de los mecanismos. Otra de las formas, sin duda, es la cultura, por eso hemos abierto un espacio cultural en nuestra casa que queremos que se llene de arte, de música, de distintas situaciones, en el cual también buscamos un objetivo político, donde las nuevas generaciones se puedan acercar. En la inauguración, por ejemplo, hicimos una batalla de trap y se acercaron como trescientos jóvenes de entre 16 y 22 años. Entonces, como apostar a utilizar estás herramientas que son la cultura y la educación para que se habite ese lugar, para que se conozca lo que pasó... pero también para repreguntarse lo que pasa hoy.
APU: Como militante siempre cuesta relajarse, y hasta festejar…¿pero te pasa que en algún momento, y más considerando todo lo que pasó y cómo arrancaron, que te decís para vos: “ganamos”, “lo hicimos”, “llegamos”?
C.P: Si, me pasa, totalmente, porque más allá de que no es completa la victoria, porque para ser una victoria completa no tendrían que existir la pobreza, laburo para todos y un montón de cosas por las cuales nuestros viejos luchaban y todos los militantes peleamos, si decir que muchos de los objetivos que nos propusimos los logramos. Y sobre todo pensando que cuando nosotros nos formamos pensábamos que esos objetivos eran imposibles realmente, eran un anhelo. Fue una generación que fue de peor a mayor y logrando, sobre todo, ver qué muchos de nuestros reclamos, que nosotros pensamos que nunca se iban a cumplir, se cumplieron. Y cada vez que se encuentra un genocida, cada vez que hay un juicio, cuando se recupera un espacio para la memoria o sobre todo cuando se recupera un ñieto, ahí estás sintiendo la victoria en carne pura, la sentís, la palpas y decís: "si, llegamos".