¿Por qué los países campeones de la Copa del Mundo son católicos?
Un dato que pasó inadvertido en el aluvión informativo es que todos los países que ganaron la Copa Mundial, menos uno, son de población mayoritariamente católica.
Los datos son los siguientes:
Alemania, tetracampeón. Los católicos son la primera minoría (35,5%), aunque seguidos muy cerquita por los luteranos.
Uruguay, bicampeón. Además, le reclama a la FIFA que le reconozca los Juegos Olímpicos de París 1924 y Amsterdam 1928 como Mundial ganado. 41% de la población se reconoce católica en el país más laico de Sudamérica.
Brasil, pentacampeón. 64,6% de católicos.
España, campeón en Sudáfrica 2010. 68,4% de católicos.
Argentina, tricampeón. 73,9% de católicos.
Francia, bicampeón. Un sorprendente 75% de católicos.
Italia, tetracampeón. Es esperable que la capital del catolicismo cuente con un 82% de católicos.
Y la excepción, Inglaterra. Campeona solamente en el muy polémico Mundial que hizo en su casa en 1966. Los católicos son un 9%, pero el número alcanza un 62,6% de cristianos, donde preponderan los anglicanos.
En conclusión, el fútbol es un deporte hegemonizado por los países católicos y ciertamente monopolizado por las naciones cristianas.
Una hipótesis
Como es sabido, el fútbol es un deporte creado y difundido por los ingleses. Las marcas más evidentes están en las nomenclaturas: River Plate de Argentina; Central Uruguay Railway Cricket Club, antecesor del Peñarol uruguayo, o el Grêmio Foot-Ball Porto Alegrense (el Gremio brasilero) son algunos ejemplos.
Pero lo ingleses también tuvieron desarrollos ferroviarios en India, la mitad de África, Estados Unidos y otros puntos del planeta donde el foot-ball rey no prosperó. A su vez, Italia, Francia, Alemania y España tiene su propia historia deportiva, su propio desarrollo ferroviario y la dependencia con los ingleses es muy discutible. Además, la influencia inglesa estuvo muy mermada en el siglo XX. Recién comenzaron a participar de los Mundiales en 1950, con un papelón que resuena hasta hoy en su derrota 1 a 0 contra Estados Unidos. Su única Copa, de local en 1966, se basa en victorias polémicas contra Argentina y Alemania.
Es decir, la influencia de los ingleses en el fútbol moderno es menor y, por supuesto, no evangelizó a sus discípulos deportivos. ¿Entonces? Una hipótesis más plausible es pensar cómo los sacerdotes católicos se han vinculado con sus feligreses. El aspecto deportivo ha estado presente en la cosmovisión católica, siempre asociado al aspecto educativo.
En Argentina, el rol de los salesianos es inconmensurable. En los gigantescos patios de los Colegios Don Bosco, los chicos salían de misa e iban a jugar al fútbol. Patios abiertos los fines de semana, donde hasta hoy se encuentran a socializar y patear al arco. Todo habitante de la Patagonia conoce del tema, y fue en un patio católico que el zapalino Marcos Acuña comenzó a brillar. El Club San Lorenzo fue fundado por esta obra. Otro ejemplo criollo, el Club Atlético Patronato de la Juventud Católica, también conocido como Patronato de Paraná.
En Italia, la Juventus Football Club fue fundada por un grupo de estudiantes del Oratorio Salesiano turinés. Otros ejemplos: la U, Universidad Católica de Chile. El Celtic, refugio de los católicos en Escocia. Alianza de Lima que por épocas juega con la cruz en el pecho. Y así se repiten de menor a mayor importancia un sinfín de ejemplos.
El punto no es solamente las entidades deportivas fundadas por católicos, cuestión evidente dada la masividad que tiene el credo. Sino la importancia que tiene para las y los católicos el deporte como parte del proceso educativo individual y de la construcción de una comunidad.
Por supuesto, un estudio más detallado sobre el tema está pendiente. Y como dato de cierre, es sabido del fanatismo del Papa Francisco por su querido San Lorenzo.
*José Cornejo es director de AGENCIA PACO URONDO.