“Agendas Citanova tiene 70 años y es la primera vez que está al borde de la quiebra”
Con 65 años y una cabeza fría y nevada como los mismísimos Andes, Daniel Mesa vive en Longchamps y se encuentra ya próximo a jubilarse. Con la sabiduría propia de aquellos que han aprendido de cada experiencia, obrero gráfico de toda la vida, habla de su oficio con el orgullo que tiene aquel que habla de sus hijos. A lo largo de su trayectoria dentro de la empresa se desempeñó en casi todos los sectores del rubro gráfico. “A mí me fue a buscar Armando (fallecido dueño) a otra empresa cuando fue a ver una máquina que quería comprar. Vio cómo trabajaba y se llevó la máquina y el operario”, cuenta mientras mira hacia el vacío como si tratara de reproducir aquellas imágenes en su mente.
Ingresó a la fábrica en el año 1985, pleno gobierno de Alfonsín, al poco tiempo el país entró en una crisis de la que casi no había precedentes. Con la hiperinflación la fábrica siguió produciendo y vendiendo. “El dueño siempre me decía que para él lo más importante era saldar la deuda con los empleados, aunque les debiera a los bancos, iba a dormir tranquilo”, recuerda. Luego la empresa quedó a cargo de las hijas y sus yernos que incorporaron otra visión corporativa. Hoy el panorama parece más delicado para los trabajadores de la planta. “Este mes no han puesto un peso, ayer se tenían que reunir los dueños con nosotros y no aparecieron, tememos que luego del fin de semana no abran las puertas”, expreso consternado. La mayoría de los trabajadores sacan “Vales” -que son adelantos del sueldo- a mitad de mes, pero este mes los directivos aseguraron no tener disponibilidad para realizar dichos pagos.
En 2001 estuvieron en una situación similar en la que llegaron a suspensiones y adelantos de vacaciones por la caída de la producción, pero los gerentes lograron abrir nuevos mercados y la empresa salió adelante. En esta ocasión la situación es mucho más compleja ya que los insumos están muy elevados y las agendas parecen ser un producto obsoleto. “Ellos querían que nos tomemos toda la semana que viene, pero sin cobrar un peso”, se lamenta Daniel y agrega: “Quieren presentar un procedimiento de crisis ante el ministerio de Trabajo y eso les autoriza a suspender gente”. Por su parte, el sindicato asegura que, sin la firma de los trabajadores y el gremio, tal procedimiento sería ilegal.
Daniel asegura: “En los años que yo estuve han ganado fortuna, pero esa plata no la van a tocar”. Sin embargo, es una realidad la crisis en la que se encuentra la empresa y la solución la tienen al alcance de su mano: sustituir valor agregado por importaciones, lo que implicaría deshacerse de la mano de obra. La clave radica en la seguridad jurídica que les provee este Estado o la que le podría proveer con una hipotética Reforma Laboral.
Los trabajadores de Citanova creen que los dueños están especulando con la aprobación de esta ley para deshacerse de sus servicios y así cambiar la matriz de negocios para dejar de producir y comenzar a importar. Lo cierto es que siempre el hilo se corta por lo más delgado y esta situación tiene muy preocupados a los trabajadores de una empresa que lleva 70 años y hoy tiene serias posibilidades de quiebra.