¿Qué plan económico puede sacarnos de la "hípercrisis" actual?, por Guillermo Moreno
Por Guillermo Moreno, Pablo Challú, Walter Romero y Marcos von Ifflinger*
Juan Salvo “El Eternauta”1 , luego de su viaje en el tiempo, descubre estar otra vez en el ‘55, en Vicente López, a pocas cuadras de su domicilio, antes de la “nevada mortal”, el “bombardeo atómico a Buenos Aires” y la entrega de los países periféricos, al invasor extraterrestre, por parte de las potencias subsistentes.
El guionista, devenido en “personaje”, mientras lo ve correr hacia su casa (donde espera encontrar familia y afectos), tras la tragedia vivida y con la esperanza de “empezar de nuevo”, se pregunta: ¿será posible?
En esta Argentina, devastada tanto en lo político como en lo económico, sostenida solo por la fortaleza de su pueblo, que no renuncia al rol de sujeto central de la historia, al mismo interrogante, ante la Supercrisis2 vigente (con la sabiduría proverbial que deviene de los dichos populares), responde: “nunca es tarde cuando la dicha es buena”.
Ahora bien, “la dicha” de un “Modelo Argentino”, solo será posible con un Plan Económico que, articulando el diseño monetario, fiscal y de los ingresos3 correspondientes a los factores de producción, contenga dos requisitos constitutivos esenciales:
• la búsqueda del Superávit Fiscal Primario, que facilite el equilibrio de las cuentas públicas y que impacte positivamente en la hoja de balance del Banco Central de La República Argentina (BCRA), y un robusto saldo favorable de la Balanza Comercial que tienda a equilibrar el Sector Externo, y
• la “Mancomunión Conceptual” de la “dirigencia” sindical, empresaria, religiosa, política y social que construya la prevalencia de la idea, tantas veces vertida por Su Santidad Francisco, de que “el todo es superior a la parte”.
MÁS que nunca
En este marco, un Magno Acuerdo Social es el instrumento base de la alianza entre el Capital y el Trabajo en la búsqueda del incremento de la producción con una justa distribución del ingreso.
Es Magno por su importancia y trascendencia, es Acuerdo porque siempre “la armonía es superior al conflicto” y es Social porque “lo mejor que tenemos es el Pueblo”.
La historia argentina reciente ilumina en rededor de su convocatoria, y en “La productividad... nuestra estrella polar” (BAE Negocios 09/05/2021), se esbozaron los consensos que, el presente, debería alcanzar:
• la búsqueda de los "mercados de referencia"4 plausibles con "nuestro buen vivir".
• la determinación de las "tecnologías convenientes"5 a utilizar, procurando el mejor “estado del arte”, y
• la nueva “distribución del ingreso”, que impida el incremento de la "plusvalía relativa"6, perjudicial para la gobernanza del todo social.
En consecuencia, este “espacio de encuentro armónico”, una vez cumplida su tarea, debiera suscitar en su desenlace: tanto una mejora en la Competitividad vis a vis el resto del mundo, como una Distribución Funcional del Ingreso que refleje la nueva estructura económica.
Este punto de arribo, teniendo como referencia que “no hay realización individual sin realización del conjunto”, amerita decisiones instrumentales que, desde el “punto cero”, conduzcan el proceso en esa dirección.
Por eso...
La “armonía” entre el Capital y el Trabajo, garantiza una retribución (Ingreso) intertemporal consistente entre los dos factores de producción más relevantes. El estipendio a la Fuerza de Trabajo Activa (asalariados, cuentapropistas, profesionales independientes, etc.) o Pasiva (jubilados y pensionados) y al esfuerzo físico e intelectual acumulado (Capital) en forma de máquinas, herramientas o conocimiento de todo tipo, debe ser recompensado a partir de:
• un Tipo de Cambio ($/U$S) Competitivo, que facilite la hegemonía de los bienes y servicios elaborados localmente en el mercado doméstico, y que funja como cuña para penetrar en los externos,
• Precios y Tarifas de la Energía (en sus diversas formas), a la baja, ya que se adecuarán a los costos totales de exploración y explotación (en caso de corresponder) de los distintos eslabones que componen la cadena de suministro, más una retribución, “justa y razonable”, al Capital Total Empleado por las empresas intervinientes,
• Tasas de Interés, en un nivel que faciliten los “proyectos de inversión en la economía real” (fondeados tanto por el mercado de capitales como por el sistema financiero ampliado), y los Créditos Hipotecarios y de Consumo (a corto, mediano y largo plazo) para las familias que lo demanden,
• poner en valor, uno de los Vectores de Competitividad de la Economía Argentina (el menor precio de los alimentos en el mercado doméstico vis a vis los internacionales), implementando tres medidas “concurrentes y simultáneas”, los Derechos de Exportación (Retenciones), la Ley de Arrendamientos Rurales y un Bono Compensador, a mediano y largo plazo (con tasa de interés internacional, en moneda dura y transable en el mercado), a los terratenientes de la Zona Núcleo de la Pampa Húmeda, por el “esfuerzo patriótico”7.
Tras los ajustes iniciales, y encausadas las expectativas, se debe lograr un compromiso de estabilidad de precios e incremento de las remuneraciones (pari passu la productividad de los factores), hasta alcanzar la meta del “60-40”8 en la Distribución Funcional del Ingreso Nacional entre el Capital y el Trabajo.
En síntesis, para que esta realidad sea efectiva, solo el Pueblo, a través de sus dirigentes políticos, sociales, empresariales, sindicales y religiosos, en un esfuerzo mancomunado, podrá sentar las bases, de una vez y para siempre, de un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS), con orientación a la producción.
Fuentes del artículo
1 La historieta “El Eternauta” fue la “obra cumbre” de Héctor G. Ohesterheld quien, en la revista “Hora Cero”, y a partir de 1958, desarrolló semanalmente esta serie.
2 Definimos Supercrisis a la situación generada por la anterior administración, a partir de la convergencia de dos desequilibrios macroeconómicos: el fiscal, parecido al que provocara el colapso del
gobierno de R. Alfonsín, y el externo, similar al de F. de la Rúa.
3 Por Política de Ingresos entendemos todas aquellas decisiones que hacen a la determinación de los precios relativos incluyendo, entre otros, el tipo de cambio, la tasa de interés, las tarifas, los impuestos y los salarios.
4 Se denomina “Mercado de Referencia” a aquel que, de acuerdo al “estado del arte”, y con una correcta interacción entre el Capital y el Trabajo garantiza: un precio competitivo del producto, con costos adecuados, en un entorno de razonable distribución del ingreso.
5 “Tecnología Conveniente”: son aquellos instrumentos y procedimientos que, indistintamente de su complejidad o escala, de producción local o externa, tienen como objetivo proteger los intereses nacionales y mejorar el nivel de vida en la Comunidad. Concepto largamente desarrollado, entre otros, por el Lic. Jorge Zaccagnini.
6 Plusvalía Relativa es la cantidad de plusvalía extraída de la fuerza de trabajo por unidad de producción.
7 Para ampliar esta temática, se recomienda la lectura de “Derechos de Exportación y Ley de Arrendamientos Rurales: Dos Caras de la misma Moneda” (BAE Negocios, 21/03/2022)
8 La retribución “60-40” entre Trabajo y Capital respectivamente, es el punto de arribo a un justo esquema distributivo, dada la tecnología conocida. Bajo esta premisa, la retribución a la fuerza laboral alcanzará esos guarismos si es complementada con un factor denominado Renta de Propiedad, de manera tal que: IT = SyS + RP
Donde:
IT es Ingreso de los Trabajadores por período de tiempo, y SyS es Sueldos y Salarios por período de tiempo.
RP es Renta de Propiedad, que identifica a aquella retribución, en especies o dineraria, que recibe el “dueño”, de un factor de producción, por aportarlo al proceso productivo.
Este “plus” devendrá de la capacidad de administración que tendrán las organizaciones sindicales del patrimonio común a partir, entre otras, de:
• la dación, por parte del Poder Ejecutivo, de las participaciones accionarias en las múltiples sociedades que hoy posee,
• la gestión que, en el mercado de capitales ampliado, realicen de los ahorros individuales de los trabajadores, y
• la propiedad de la tecnología a utilizar, en reemplazo de la mano de obra activa.
* Artículo publicado en BAE