"Van a buscar aislar a China con los alimentos, lo que pone en discusión nuestras ventas de soja"
Por Santiago Asorey
AGENCIA PACO URONDO dialogó con Guillermo Moreno, economista peronista y titular de la fuerza política “Principios y valores”. Esta vez, la conversación no giró en torno a la delicada situación económica argentina sino sobre los desafíos geopolíticos que enfrenta el país. ¿Nace un nuevo orden mundial despúes de la guerra entre Ucrania y Rusia? ¿Qué pasa entre China y Taiwán? ¿Qué le espera a Argentina?
APU: Usted viene reflexionando mucho sobre los desafíos que plantea a la soberanía argentina la presencia del Reino Unido en el Atlántico Sur. ¿Podría desarrollar esa idea?
Guillermo Moreno: Hay una decisión muy clara de la clase dirigente inglesa de volver a tener un claro protagonismo en el mundo en su posición relativa, que es un segundo anillo muy relevante. Donde ellos entienden perfectamente que el primer anillo es una discusión entre los norteamericanos, los rusos y los chinos. Hay un segundo anillo muy relevante y tomaron esa decisión y la comenzaron a implementar a partir de su salida en el Brexit europeo. Ahí recuperaron grados de libertad sobre el manejo de su política económica.
APU: ¿En ese contexto, qué pasa con la guerra entre Rusia y Ucrania?
GM: En este conflicto que se va desarrollando entre Rusia y Ucrania los grandes perdedores son los europeos, especialmente Alemania. Entonces uno diría: los ingleses la vieron venir y se fueron justo. Vieron venir el nuevo diseño. Ese nuevo diseño del mundo se expresa a partir de la nueva revolución energética norteamericana. Aquello que comienza Bush hijo allá en el 2004 cuando genera los instrumentos necesarios para no depender del abastecimiento energético de terceras potencias. Ese es el discurso de Bush hijo: “Estados Unidos es una potencia político militar, no puede ser que tenga un talón de Aquiles en la provisión de energía”. De ahí se empieza a generar el boom del biodiesel y en el caso de Brasil la alconafta porque la derivan del azúcar, en el caso de los norteamericanos desde el maíz, tanto el diésel como la nafta. Por eso la suba tan impresionante del maíz y de la soja en 2005, 2006 y 2007, con los incentivos estatales que ellos generaron, que son el principal productor de maíz del mundo. En ese momento eran diez veces más la producción de Argentina y lo empiezan a derivar a los biocombustibles. Hay una discusión muy importante a escala global, casi te diría la última en la que participa Fidel Castro, con intervenciones memorables del líder cubano. Nosotros obviamente teníamos otra posición porque aumentaba las exportaciones de nuestros productos. Conjuntamente con eso, Estados Unidos empieza a desarrollar el shell gas y el shell oíl y eso fue muy importante. Ya para 2010, Estados Unidos había alcanzado la producción comercial del shell gas. En 2010, nosotros ni sabíamos de eso. Cuando Galuchio firma con Chevron para empezar a explotar Vaca Muerta le exige un precio de 6,50 dólares por millón de BTU, cuando en Estados Unidos se vendía a 2,50. ¿Por qué Cristina Kirchner autoriza esto? En algún momento, nos vamos a tener que preguntar qué fue lo que pasó. Con esa decisión, Galuccio frena el impulso industrial que traía el modelo de producción de la década ganada. No hay modelo de desarrollo en la Argentina sin que pongas el vector manufacturero como uno sustantivo y ese vector tiene que ver con energía abundante y barata. Eso cambia irrupción de Galuccio en YPF.
APU: Estados Unidos hace una revolución energética. ¿Qué pasa con el resto de las potencias?
GM: Otro país que tiene energía abundante es Rusia, que la puede usar y se la provee a los europeos. La otra región que puede proveer energía a los europeos es Medio Oriente, si hacés negocio a largo plazo. Cada tanto aparece una guerra, una bomba. De hecho el único proveedor que existe en el mundo a mediano y largo plazo de China y de Europa es la Federación Rusia. Esta lectura la hacen los ingleses y ahí ven la alianza que se empieza a armar entre Estados Unidos y Rusia, Trump – Putin, por intereses objetivos que comparten. Eso es una alianza objetiva. A los Estados Unidos los habían penetrado en su zona de confort los alemanes y los chinos, y se los tienen que sacar de encima. Y se los sacan con el precio de la energía. Los ingleses empiezan a percibir y buscan su lugar en el mundo, ese lugar para ellos es la Antártida. El lugar en el mundo de expansión del futuro Imperio Británico, aggiornado y entendiendo de que son un segundo anillo de poder, es Antártida. Los ingleses van por la Antártida, para eso es Australia, para eso Nueva Zelanda y para eso las Malvinas. Y para eso, su alianza objetiva con los chilenos.
APU: En relación a Chile, ¿cambia algo la llegada de un presidente como Boric?
GM: Hay un tema anterior que es muy importante. Los brasileños se viene preparando hace dos décadas por lo menos para hacerse cargo del Atlántico Sur. Si bien la alianza natural tendría que ser Brasil – Angola, a los brasileños se les ocurrió que dada la posición relativa de Sudáfrica y de Brasil en América del Sur, la alianza debía ser Sudáfrica – Brasil. Entonces, nos dejó servida la alianza Argentina - Angola. Mi primer viaje a Angola en el 2004 tiene que ver con eso. Es una discusión el rol de nuestros dos países en el Atlántico Sur. Brasil se venía preparando hace mucho tiempo, por eso venia planteando el tema del asiento permanente en el Consejo de Seguridad y su región donde ellos planteaban su posición estratégica era el Atlántico Sur. Por eso, el desarrollo de la marina de guerra brasileña y con armas ofensivas, submarinos nucleares, portaviones, en esa región. Esa era su idea, pero a los brasileños les viene la ofensiva francesa sobre el Amazonas y eso los hace vibrar y finalmente una decisión de los británicos, acompañados por la OTAN, donde dicen el Atlántico Sur es nuestro. Lo último es el tratado de defensa entre el Reino Unido, Australia y Estados Unidos, donde la primera decisión que toman es cancelar el contrato de provisión de submarinos convencionales con los franceses. Los ingleses van apropiándose desde el Atlántico Sur con Australia y Nueva Zelanda, entran de aquel lado, y de este lado con las Islas Malvinas y Chile. Cuando Boric viene acá dice “tenemos todo resuelto con Argentina menos en el estrecho de Magallanes”. Eso tiene que ver con la extensión de la Antártida. Llega a Chile de vuelta e inmediatamente habla con Johnson y hacen una declaración de Defensa Mutua.
APU: Ante ese escenario de alianza entre Chile y Gran Bretaña. ¿Qué debe hacer Argentina?
GM: Nosotros tenemos que buscar nuestra inserción internacional en función de la defensa de los intereses nacionales. Lo primero que tenemos que tener en claro es que las generaciones futuras tienen que recibir la misma Argentina que yo recibí. Yo recibí una Argentina desde La Quiaca hasta el Polo Sur. La potencialidad sobre el Polo sur nunca estuvo en discusión, hoy realmente lo está. Incluso sobre la Patagonia. La mitad de la clase política chilena está planteando rediscutir la pertenencia de la Patagonia. Es obvio que eso lo tenemos que resolver y se resuelve desde una posición de defensa nacional. En ese sentido Perón fue muy claro, la única doctrina de defensa que tenemos es la nación en armas. Y es a la que tenemos que volver. La capacidad que tiene un pueblo de defender su patrimonio común. Pero es obvio que eso tiene una discusión con los británicos que va en otra dirección. Ahí lo que yo planteo es volver a la vieja doctrina Monroe que es “América para los americanos”. A los brasileños esto les sirve porque los franceses quieren internacionalizar el Amazonas, es una discusión ridícula del progresismo que vulnera a los nacionalismos. Los británicos tampoco son americanos. Después hay una discusión ideológica en la vieja confrontación entre los norteamericanos y el PCUS, que el Partido Comunista Argentino es el que dijo históricamente que “América para los americanos” tenía que ver con “los norteamericanos”. Esa no era la posición argentina. Los que no son americanos son los ingleses y los franceses. Nuestra inserción natural es América, nuestros negocios van en función de la gesta sanmartiniana. Nuestro eje tiene que ser Buenos Aires, Lima, Bogota, Caracas. Ahí es donde nosotros tenemos que armar nuestro espacio manufacturero con propia vinculación de defensa. Allí protegeremos nuestros intereses sobre la Patagonia y su extensión sobre la Antártida. Esto es una discusión de orden uno con los británicos, no hay duda. Si nosotros pensamos que el futuro son los chinos... Esa es la discusión que plantea Cristina y el Instituto Patria. La “ruta de la seda” era la discusión hasta hace 90 días atrás, cuando los rusos invadieron Ucrania y se terminó esa idea. Es muy importante de entender que la primera medianera está en Ucrania, entre dos ganadores, Estados Unidos y Rusia. Siempre hicieron eso, nunca hubo una guerra entre ellos. Siempre es en terceros territorios. La segunda medianera va a pasar entre Taiwán y China. La manera de aislar a China será a través de los alimentos, por eso se empiezan a preocupar por su flota pesquera. Obviamente está en discusión si le vamos a poder seguir vendiendo la soja.
APU: ¿Cuál fue la reacción ante este planteo que viene sosteniendo?
GM: Sorpresa y cierta angustia. Si se retira la demanda china, el precio de la soja se va a otro lugar. No así maíz y trigo, pero con la soja no hay ninguna duda de que nos vamos a tener que reconvertir. Por eso le decimos a la Sociedad Rural que hagan el “Aporte Patriótico”. Que nos permita salir de las condicionalidades de este acuerdo con el Fondo Monetario que estuvo muy mal hecho y a su vez nos permitan bajar el precio de la comida con la ley de Arrendamiento y la suba de retenciones, que esto lo hemos hablado muchas veces y ustedes ya lo han publicado. De manera que garanticemos la cohesión nacional, elemento central de la Nación en armas. Un pueblo que no está cohesionado ni puede empezar a pensar en ese proyecto como esquema de defensa. Estuvimos en Pergamino y esto que decimos se escuchó con mucha atención, hubo muy buenas repercusiones. Se acercaron productores relevantes, los factores de poder se acercaron para decirnos “es una propuesta, vamos a escucharla”. Hoy no podríamos hacer lo que hicieron Videla y Martínez de Hoz, que le dijeron que no al embargo de Estados Unidos a la URSS y le siguieron vendiendo cereales. Por eso a veces a las piezas hay que acomodarlas de muchas maneras, hay que entender esto desde la defensa del interés nacional. Hoy no estaríamos en condiciones de no sumarnos a un bloqueo. Todo se va ordenando en aras de un nacionalismo de inclusión y muy alejado de estos progresismos ridículos que tanto daño están haciendo. Desde ahí la vuelta de los ingleses nos permite a nosotros plantear la necesidad de una inserción inteligente de Argentina porque vamos a perder no solo la Antártida sino también la Patagonia. Para estos tarambanas que creen que esto es una discusión de café, así gobierna este gobierno pensando así. Lo que está en discusión acá es la Patagonia y obviamente la Antártida. No es el Ártico sino la Antártida como continente, hay tierra ahí. Con todos los recursos que eso significa. En algún momento si no estás en la mesa del reparto, perdiste. El tratado Antártico se reúne en Londres. A buen entendedor, pocas palabras. Esto no va a pasar de la próxima década. Obviamente, mientras Alberto Fernández sea presidente es imposible que estos temas se discutan seriamente. La verdad es que no se discuten, no hay actitud en el gobierno para plantear los temas desde ahí.
Bonus track: la propuesta económica del equipo de economistas que integra Guillermo Moreno