Lanús: el EMIL no se toca
Por Melany Grunewald
Cuando hablamos de comunidad educativa nos referimos a todos los cuerpos que constituyen el funcionamiento de dicha tarea: no sólo los trabajadores docentes y no docentes, sino también los estudiantes y sus familias. Eso es precisamente lo que se percibió en la puerta de la Municipalidad Lanusénse el pasado miércoles: una comunidad unida para defender la continuidad de los 40 cursos que posibilita el fondo de Cooperadora, y que el municipio quiere cerrar. Para dicho fin, el lunes destituyeron violentamente a los directivos de la escuela.
Organizaciones como Suteba Lanús, ATE Lanús y FES Lanús se acercaron para apoyar el movimiento. El carril de Hipólito Yrigoyen que se dirige a la estación de tren, se vió imposibilitado: “disculpen las molestias, estamos defendiendo la educación local”. Estudiantes de todas las edades (por que el EMIL tiene esa magia inclusiva) levantando carteles escritos en dos idiomas, el que estudian y su traducción en español: inglés, portugués, francés, alemán, italiano y hasta ruso. El mensaje es claro por todo ese peso simbólico.
Por medio de un amplificador, directivos y representantes de las organizaciones expusieron sus inquietudes y razones para estar ahí. A la hora, se dirigieron hacia la municipalidad para dialogar con el funcionario de turno – literalmente, el único que estaba en ese horario – que les ofreció una vez más una entrevista con la secretaria de Cultura. Una vuelta más a la calesita. El representante de la Asociación Civil Cooperadora Municipal de Idiomas expresó: “La directora Antonia Ricupero, verdaderamente fue agredida de una manera intolerable después de 28 años de función. La asociación civil, prácticamente durante muchísimos años fue el apoyo económico del EMIL. Todo esto se va a resolver también cuando tengamos la reunión con el secretario de gobierno, jefe de gabinete y todos los males entendidos que hemos tenido con la secretaria de cultura y educación. La parte judicial sigue, no hay resolución firme con respecto al desalojo que se decretó por vía de esta funcionaria de la Asociación Civil Cooperadora del EMIL. Seguimos adelante, siguen las inscripciones”.
La convocatoria tuvo su fuerza a través de las redes, y el discurso por parte del municipio también, ya que publicaron que el EMIL no se iba a cerrar. Pero no especificaron que el conflicto en realidad es con la Cooperadora. Dicha problemática es histórica en el EMIL, la falta de insumos es lo que hace necesario el sistema cooperativo. Pero las intenciones del municipio con Néstor Grindetti a la cabeza, está muy lejos de “sustituir” el recurso: lo desaparece. Y con ello, más de la mitad de las cursadas, con el pretexto de querer volverlo gratuito como el resto de las actividades municipales.
Eso es lo que la comunidad se hizo carne en la Avenida Hipólito Yrigoyen, algo capaz de saborearse en todos los lenguajes: la defensa por la educación.