Sobre las PASO en Santa Fe: aceite verde y a la cancha
Por Eduardo Toniolli, publicada en Redacción Rosario
Hace dos meses, distintos sectores del peronismo santafesino – frente a presiones que propugnaban la habilitación de neo lemas – impusimos en el Congreso provincial de nuestro Partido Justicialista, la decisión de ir en un sólo frente, que ordenara sus listas por intermedio de las PASO.
Enorme acierto. Hoy la sumatoria de las tres listas de candidatos del Frente Justicialista le gana a Cambiemos y al Frente Progresista a nivel provincial. El desafío para octubre es mantener esos votos adentro, y acrecentarlos. ¿Es fácil? No: la experiencia de la década que llevamos en la utilización de las PASO en nuestra provincia, indica que una parte importante del electorado no vota por identificación partidaria, y los partidos mayoritarios solemos sufrir la fuga de aquellos votantes que en las generales no encuentran al tope de la boleta al candidato que eligieron en las primarias. El primer paso para que esto no suceda es que tanto “por arriba” como “por abajo”, rápidamente nos pongamos a militar en unidad para octubre.
Estoy orgulloso de pertenecer a una organización que aquí en Rosario, y en toda la provincia, SIEMPRE llevó a la práctica aquel apotegma – muy citado, poco aplicado – que reza que “el que gana conduce y el que pierde acompaña”. Por eso vamos a dejar el pellejo en la cancha para que el Frente Justicialista gane en octubre en la provincia de Santa Fe, y en cada una de las 80 localidades en las que el Movimiento Evita se presentó a las internas, sin importar el lugar que le toque ocupar a cada compañero en la lista para las generales.
Mis felicitaciones al compañero Agustín Rossi, a quien respeto enormemente por su militancia y su terquedad en ir siempre para adelante.
Mis felicitaciones a la compañera Alejandra Rodenas (a quien acompañé con el voto y la militancia) que tuvo la valentía y el desprendimiento de dejar la estabilidad de una carrera de décadas, para ponerse al frente de un espacio heterogéneo que precisaba alguien que lo sintetizara.
Mis felicitaciones al compañero Pablo Dibert, que se animó haciendo todo a pulmón.
Acabo de leer los comunicados que cada uno de ellos envió a la prensa: ambos rescatan el valor de la unidad para enfrentar las políticas de entrega nacional que encarna el macrismo. Suscribo cada punto, porque acá no sobra nadie. Debemos desterrar cualquier tipo de sectarismo. Más aún cuando las noticias que llegan de todo el país no son buenas: la alianza liberal de gobierno ha recibido un respaldo importante de votos en provincias en las que hasta hace un tiempo el peronismo era inexpugnable. Y lo ha hecho habiendo realizado, en este año y medio de gobierno, una brutal transferencia de recursos de los sectores populares a la oligarquía.
A organizarnos y dejar todo para las elecciones de octubre. Pero también – y sobre todo – a seguir organizando la calle y el descontento de un pueblo que sufre. Ahí es donde se desdibujan las rencillas y los egos inútiles, las contradicciones de tercer y cuarto orden, las identidades sectoriales y partidarias, y se impone la necesidad de construir una mayoría social que impida que se estabilice el proyecto de entrega de la Patria que hoy nos gobierna. Que en el tránsito y desarrollo de ambas tareas todos saquemos provecho del diálogo y del debate fraterno con quienes nos une la defensa de lo nacional, aunque nos separen un montón de otras cosas: parafraseando a Arquímedes, Arturo Jauretche decía “dadme un punto de coincidencia y te daré una Patria”.
A seguir batallando. Abusando de las citas – esta vez de otro gran pensador nacional como Raúl Scalabrini Ortiz- “no olvidemos que toda obra grande es producto de la acción, no de la meditación ni de la esperanza”.
Aceite verde y a la cancha.