Ellas hablan: silencio nunca más
Ellas hablan es una película que se centra en la historia de un grupo de mujeres pertenecientes a una comunidad menonita, que son drogadas con tranquilizantes para ganado y luego violadas. Al ver que tanto su propia seguridad como la de sus hijxs se encuentra vulnerada, deben decidir si huyen hacia rumbos desconocidos o si permanecen allí y se enfrentan no sólo a quienes las violentaron, sino también al sistema machista y conservador con el que conviven, en donde quien se atreve a cuestionar el orden establecido es condenado al destierro, y más si se trata de una mujer.
Dentro de esta comunidad extremadamente religiosa las mujeres no poseen voz ni voto, no saben leer ni escribir y no se les permite tomar decisiones de ninguna índole. Al proclamar que han sido atacadas sexualmente, en un principio se les reprocha que a través de sus denuncias sólo buscan llamar la atención, que se lo inventaron, o que fueron fantasmas e incluso Satanás quien lo hizo. Sin embargo, aquellos que cometieron esos crímenes, dejándolas lastimadas, con infecciones, traumas y embarazadas, son hombres que forman parte del mismo colectivo.
De los productores de Moonlight y Nomadland, ambas ganadoras a Mejor Película en los Premios Oscar 2017 y 2021 respectivamente, Ellas hablan nos hace preguntarnos qué pueden hacer estas mujeres en la situación en la que se encuentran. Cuando acuden a las autoridades por ayuda, les dicen que deben disculpar a los agresores porque el perdón es el camino a la salvación eterna. En el caso de no hacerlo, la otra opción es abandonar al grupo, sabiendo a duras cuentas que irían al infierno. La desprotección que sienten es tal que comienzan a cuestionar el orden imperante dentro de la comunidad, aunque sin dejar de lado su fe. Si deciden huir, no tienen a dónde y tampoco poseen las herramientas para desenvolverse en un mundo con costumbres muy distintas a las suyas, siendo que ni siquiera son conscientes de dónde se encuentran ubicadas geográficamente al nunca haber visto un mapa.
A lo largo del film, es probable notar el claro tinte feminista otorgado tanto por su directora Sara Polley como por el guión. Ambos elementos son lo más destacable, a diferencia de la locación, dado que al estar situada casi en su totalidad en un granero comprime las aristas del relato. El cuestionamiento a normas creadas por hombres, roles protagónicos femeninos y la visión de las mujeres respecto al poder y a su lugar en el mundo dan cuenta de una perspectiva de género incluida con precisa decisión. A ello se suman la incorporación de un personaje trans y diálogos con constantes guiños a la desigualdad que viven las mujeres.
Para estos Premios Oscar 2023 Ellas hablan está nominada a Mejor Película y Mejor Guión Adaptado. La obra está basada en una novela homónima escrita por Miriam Toews, que a su vez se inspiró en una historia real ocurrida entre 2005 y 2009 en Bolivia. Allí, un grupo de mujeres y niñxs de una comunidad menonita fue rociado con aerosoles para anestesiar vacas y luego violadxs por hombres de esa misma cofradía. Una de las mujeres recobró la consciencia y logró ver a dos de ellos. Su testimonio fue crucial para dar a conocer las 130 víctimas de abuso, que tenían entre 3 y 65 años de edad. Siete hombres, que habían confesado sus crímenes, fueron condenados a prisión en el año 2011.
Pareciera ser que la regla es, a veces, que lo que no se nombra no existe, posibilitando su invisibilización. Las mujeres agredidas no habían conversado nunca acerca de sus propios cuerpos y, al no recibir la instrucción necesaria para conocerse, no tenían palabras para expresar cómo se sentían luego de haber sido violadas. Por esta misma razón es tan importante la Educación Sexual Integral en todos los ámbitos y desde la infancia, para que cada unx sepa cuidarse, reconocer cuándo hay situaciones de abuso, saber que si no existe consentimiento es violación, entre muchas otras cuestiones.