Encanto: Disney colombiano
Por Melany Grunewald
Encanto es la nueva película musical de Disney, disponible sólo en cines desde el pasado 25 de noviembre. Cuenta la historia de Mirabel, integrante de la familia Madrigal que cuenta con una notable particularidad: cada uno de los pertenecientes a la familia es bendecido con un don único. Viven todos juntos en una enorme casa que también dota de la peculiaridad de estar encantada. Sus movimientos de puertas, ventanas, pisos y cortinas la convierten en un ente que se comunica. Casi como un personaje más. En el intento de no spoilear diremos que, ante determinado suceso que pone en peligro la normalidad del hogar, los personajes empiezan poco a poco a perder sus dones y a su vez la magia de “Casita” corre riesgo de desaparecer. La misión de Mirabel será entonces traer de vuelta los dones y la magia del hogar.
Ahora vamos a los análisis que me gustan. Disney entró en una dinámica que parece ser de ahora en más una nueva marca, que es la de construir personajes femeninos fuertes y alejarles del amor romántico que la misma industria montó hace más de 90 años. Mientras en otro momento hubiera sido normal que el don de la fuerza fuese adquirido por un hombre, en este caso, quien lo adquiere es Luisa, la fortachona hermana de Mirabel, lo cual es ampliamente llamativo. Sobre todo, por la contextura Schwarzeneggeriana. Su otra hermana, Isabela, tiene el don de la perfección, algo que en otra época hubiese sido la belleza. En sí, serían las mismas cualidades que ser bonita, con el ajuste de que todo le sale bien. El resto de los personajes que tienen dones tal vez si están más arraigados a un estereotipo: uno de los primos varones puede clonarse, el más chiquito de la familia habla con los animales -típico que a los chicos les guste-, otra prima puede escuchar cualquier cosa a lo lejos, y la madre de Mirabel puede sanar heridas mediante comida casera -porque la madre tiene, tal vez, el rol del cuidado y el alimento-. Los varones, como también se está convirtiendo en tendencia en Disney, acompañan. No imponen, no se imponen, sino que ayudan a sostener la trama sin tapar el protagonismo de las chicas. Quizás por eso se buscó crear una familia “matriarcal”, con Abuela a la cabeza, y más mujeres que varones en el reparto.
El mensaje es claro, explícito, necesario y lo más rescatable del largometraje: el tener un don no te libera de responsabilidades y, mucho menos, de presiones. Los personajes luchan contra presiones autoimpuestas que culminan en ansiedad, contra tradiciones culturales y mandatos familiares. Tengan o no, como en el caso de Mirabel, un don no les despoja de sentir que no están siendo suficientes o que hagan oídos sordos a sus verdaderos deseos. Es casi una característica de la era actual: poder lidiar con las presiones sociales que se nos imponen, muchas veces por nuestro género, lo cual respondería por qué tantos personajes son mujeres.
Además de la nueva constitución femenina de los personajes, otra tendencia es dejar de lado historias ubicadas en territorio anglosajón para trasladarse a nuevos horizontes, particularmente el latinoamericano. Encanto se ubica en Colombia. Los nombres son en español, de hecho, el título de la película está en dicho idioma. “Abuela”, “Casita” son sustantivos propios exclamados en español. No debería sorprendernos, cerca de un 20% de la población en Estados Unidos es hispanohablante. Incluso atraviesa otras áreas: hace un par de semanas Salma Hayek hablaba de sus lágrimas al ver “su cara morena” vestida de superheroína en Eternals -de Marvel pero distribuida por Walt Disney Studios Motion Pictures-. Así y todo llama la atención que la mirada sea “para abajo”. Nos sorprende -y amamos- ver carpinchos animados. Como toda cosa latina, estalla en colores vivos, fuertes y con mucho brillo. No pasa desapercibida visualmente, lo que es casi una costumbre en la productora.
Si bien musicalmente Disney siempre fue destacable, ver artistas colombianos como Carlos Vives y Sebastián Yatra prestar su voz para el soundtrack de la película, estrenado días antes en plataformas digitales, una movida que impulsó Frozen II en 2019, o la creación de cumbias y ritmos con tintes salseros, no se presta a la novedad para ser Disney. Pero tampoco son malas decisiones. Es probable que la intención de publicarlo antes del largometraje tenga que ver con la espera de que haya un nuevo hit al nivel de “Libre Soy” o “Recuérdame”. No es el caso, hubiese funcionado si convocaban a Shakira, pero ya lo hizo en Zootopia en 2016.
Junto con Coco (2017), Up (2009), Las Locuras del Emperador (2000), y Los Tres Caballeros (1944), Encanto se suma a esta corta pero intensamente exitosa lista de películas de Disney que se ubican y hablan de Latinoamérica. Si pensamos en Los Tres Caballeros y Saludos amigos (1942) es fácil notar que el interés de la compañía por contar historias sudamericanas mermó por falta de interés en el público. Tuvimos que vivir estas décadas sin historias cercanas para que, finalmente, en los 2000 pudiéramos verles a ellos mirando para acá. Con todo lo diverso y rico que tenemos para ofrecer, quién dice que no venga alguna de Disney sobre Argentina y así desterrar al Goofy Gaucho del 42.