Jojo Rabbit: una sátira cómica y reflexiva sobre el nazismo
Protagonizada por Jojo Betzler (Roman Griffin Davis) –un niño de 10 años que forma parte de las juventudes hitlerianas–, la película narra cómo sería atravesar la infancia en la Alemania nazi. El guion está basado en el libro Caging Skies, de la autora neozelandesa-belga Christine Leunens.
Desde lejos, la idea parece absurda: un niño en la Alemania nazi que tiene a Hitler como ídolo y amigo imaginario. Sin embargo, la película no es sólo increíblemente divertida, sino que también deja espacio para escenas dramáticas, muy crudas, que rompen por momentos con el mundo bizarro del film.
La película nos sitúa ante un niño fanático de Hitler, como cualquier otro podría serlo, por ejemplo, de una banda musical o un personaje de cómics. Jojo desea convertirse en un nazi “hecho y derecho” para estar lo más cerca posible de su ídolo.
Lo interesante de la puesta de Waititi (quién interpreta al Hitler imaginario, además de dirigir el film) es que juega continuamente con la inocencia de Jojo (que no sabe en dónde se está metiendo). En efecto, la película podría tratarse de algún niño macabro y cruel que quiere matar judíos, pero es todo lo contrario. Jojo es un joven inocente, que es incapaz de hacerle daño a alguien y que se recrimina a sí mismo este hecho, deseando volverse un hombre fuerte que enorgullezca al Reich.
En este punto, es clave el personaje de su madre, Rosie Betzler (Scarlett Johansson), que busca mantener la inocencia de su hijo a toda costa, tratando de protegerlo, como puede, de la doctrina nazi. Ahí se genera un punto de tensión muy importante, y retoma otras historias que hablan del nazismo: los padres que no encajan del todo en el régimen en el que sus hijos están siendo criados, lo que genera una tensión que muchas veces termina con los hijos denunciando a sus padres por subversivos.
Parte importante de la parodia que hace la película se encuentra en la idea que tienen los nazis sobre los judíos. Los describen como monstruos con cuernos y cola que viven en cuevas y sólo les importa el dinero. A lo largo del film se cuentan todo tipo de historias sobre cómo son o se ven los judíos, qué cosas hacen y cómo identificarlos, cada una más bizarra y exagerada que la anterior. Un punto interesante sobre esto es que la gran mayoría de los personajes de la película nunca han visto a un judío en su vida, lo que abona todas las historias fantasiosas que cuentan sobre ellos, además del hecho de que la película gire mayormente alrededor de niños.
Situada durante el último año del Reich, el film explora el fanatismo de los nazis llevándolo al ridículo para burlarse de ellos, al mismo tiempo que señala la inocencia de algunos de estos, sobre todo de los más jóvenes, respecto de lo que de verdad se trataba el “ser nazi”. Una frase del pequeño Yorki, el mejor amigo de Jojo, dice algo así como: “Parece que estaban haciendo todo tipo de cosas a nuestras espaldas, creo que no estábamos en el bando correcto”.
Como advertencia final: quienes vayan a ver a la seis veces nominada al Oscar Jojo Rabbit, deben estar preparados para un profundidad que sorprende gratamente y algunas escenas que los harán desear haber llevado un pañuelo. Jojo Rabbit no sólo los hará reír, sino también llorar y quizá, con suerte, reflexionar.