María Soledad: el femicidio a manos de los Hijos del Poder

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    María Soledad Morales

María Soledad: el femicidio a manos de los Hijos del Poder

28 Octubre 2024

En 1990, María Soledad Morales tenía 17 años cuando fue drogada, violada y asesinada en Catamarca. Junto a sus compañeras de escuela, habían organizado una fiesta en un boliche con el objetivo de recaudar fondos para pagar su viaje de egresadas. En un momento de la noche, la joven se marchó y nadie más la vio, hasta que días después fue encontrada semienterrada al borde de una ruta y con múltiples lesiones en su desfigurado cuerpo. María Soledad: el fin del silencio narra lo acontecido y las polémicas en torno a uno de los casos más paradigmáticos de la violencia de género en Argentina.

Al inicio de la investigación, el principal sospechoso era Luis Tula, de 28 años, con quien María Soledad mantenía una supuesta relación amorosa. La causa buscaba ser catalogada como crimen pasional -forma usual de calificar al femicidio en aquella época-. Sin embargo, no transcurrió demasiado hasta que comenzaron a denunciarse irregularidades en torno al rastrillaje del sitio en donde fue encontrado el cuerpo, presiones policiales y encubrimiento político, y las acusaciones viraron hacia las esferas de poder.

Gracias a varios testigos, el otro nombre que comenzó a sonar fue el de Guillermo Luque, hijo del diputado nacional Ángel Luque y de la diputada provincial Concepción Pretti. Su padre tenía una muy buena relación con el gobernador de la provincia Raúl Saadi -señalado en el documental como “dueño” de Catamarca, por su impunidad para nombrar cargos políticos y policiales- y a su vez ambos eran íntimos del entonces presidente Carlos Menem. Había razones de sobra para desconfiar de la investigación. Durante el proceso existieron presiones y amenazas para que ciertas personas no hablaran y se acusó a los jueces de parcialidad, lo que derivó en su renuncia. Todo volvería a foja cero, debiendo comenzar otra vez en 1997.

Las compañeras de María Soledad, junto con su profesora, la monja Martha Pelloni, y demás familiares, impulsaron las llamadas “Marchas del silencio” exigiendo justicia. Para la séptima manifestación lograron convocar aproximadamente a treinta mil personas -un cuarto de la población de Catamarca-. También se realizaron a nivel nacional en distintos puntos, con presencia de personalidades destacadas del ámbito de los derechos humanos, como Adolfo Pérez Esquivel, y del periodístico, como Fanny Mandelbaum. 

Además de sumamente mediático, el caso fue inédito ya que fue la primera vez que se televisó un juicio oral penal en vivo y en directo, cuya transmisión se distribuyó en todos los canales. A su vez, de alguna manera difundió el concepto “hijos del poder” para referirse a aquellos delincuentes que pertenecen a familias adineradas, con conexiones políticas e influencia para lograr su impunidad. La relevancia del crimen también está relacionada a que fue el primer femicidio en la historia del país catalogado con ese término, recién utilizado en 2012. Hace referencia a “la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier relación interpersonal, en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión”.

El documental de Netflix está dirigido por Lorena Muñoz, conocida por títulos como Gilda o El Potro, y cuenta con gran cantidad de testimonios actuales, destacando compañeras de colegio, su maestra y el fiscal principal, así como de material de archivo, tanto del juicio como de las entrevistas de aquel entonces. Es una apuesta que narra puntillosamente el desarrollo de los hechos y no teme visibilizar grises que aún hoy continúan sin resolverse.

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