Merlina: el nuevo clásico gótico-pop de Burton que todos queríamos ver

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Merlina: el nuevo clásico gótico-pop de Burton que todos queríamos ver

30 Diciembre 2022

Más alejada de la estética que Burton había adoptado en sus últimas colaboraciones con Disney, donde los personajes complejos y los escenarios oscuros quedaron relegados a narrativas más mainstream, Merlina logró ensanchar la mixtura gótico-pop que el director supo construir en Beetlejuice y Charlie y la fábrica de chocolate, edificando un ecosistema que funciona tanto para el público adulto como para las audiencias más jóvenes. La serie estrenada en Netflix a fines de noviembre es producto de todas las facetas de Burton. Volvemos a las raíces de su filmografía desde lo visual, pero con un guion adaptado a esta nueva época, es decir, un punto de encuentro entre los tiempos del streaming y el cine de autor.

Merlina es también un conjunto de decisiones inteligentes. En vez de intentar reversionar la película de 1991, cuya estética continúa enquistada en nuestro imaginario popular, Burton se decidió por darle una vuelta de tuerca al relato. La atención argumental ya no se posa en la dinámica familiar de los Addams sino en la hija adolescente de Morticia y Homero que es enviada a la Academia Nunca Más tras llenar una pileta con pirañas en su secundaria anterior. Esta elección argumental también le permite a Burton incorporar todos los elementos que se esperan de un clásico sin dejar de lado todo lo que nos atrapó de su versión original convirtiendo a Merlina en uno de los contenidos más vistos de la plataforma en 2022.

El escenario elegido por Burton nos da la posibilidad de continuar profundizando el contraste entre “normales” y “fenómenos” que proponía la película del 90. Esta vez, la academia a la que asiste Merlina se encuentra ubicada en las afueras de un pueblo lleno de “normis” donde el enfrentamiento con los marginados se hará palpable durante toda la temporada. Un tema que Burton ha replicado en otras de sus películas como El joven manos de tijera.

La serie tiene de todo un poco: un guiño a la versión de 1991 con la aparición en pantalla de Christina Ricci, con Jenna Ortega en una suerte de ceremonia testamentaria alrededor del personaje de Merlina, y un homenaje a una de las escenas más icónicas del cine de terror como el baile de egresados de la película Carrie. También un buen elenco encabezado por Catherine Zeta-Jones en la piel de Morticia, Gwendoline Christie, Luis Guzmán y la propia Ricci.

Ácida, sarcástica e inteligente, la Merlina interpretada magistralmente por Jenna Ortega nos propone una mirada (muy) propia sobre el mundo que la rodea donde, fiel a sus antecesoras, la oscuridad es el plato principal. Si la familia Addams se convirtió en un referente de la cultura pop estadounidense para la década del 90, todo en la nueva serie de Burton le permitirá perdurar en esa categoría muchos años más.

Merlina

Antes dije que Merlina era el resultado de una suma de elecciones inteligentes, y es que todas las decisiones tomadas por su director nos permiten disfrutar de 8 capítulos de la mejor época Burton, pero con las reglas del mainstream de hoy, convirtiendo a la serie en una producción que ensancha al máximo los márgenes de su audiencia, sin que esa búsqueda parezca forzada.

La serie tiene muchas capas y cada televidente puede elegir una y volver a cambiarla hasta el hartazgo. Un ejercicio adoptado por el cineasta en El extraño mundo de Jack, El gran pez y Frankenweenie, que convirtió en atemporales a sus películas porque, cada vez que volvés sobre ellas, adquieren un nuevo significado.

Quizás esta suerte de manía alrededor de la primera serie de Burton se deba a que, a lo largo de los años, siempre hubo historias que parecían destinadas a esperar que él las recreara. Batman, la novela infantil Charlie y la fábrica de chocolate de Roald Dahl, el musical Sweeney Todd, la saga de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll y la serie de televisión Sombras tenebrosas, emitida en la década del 60, todas adaptaciones que Burton llevó a la pantalla grande. Es verdad que algunas fueron más logradas que otras, pero (sin dudas) Los locos Addams era la gran cuenta pendiente de ese listado de clásicos que todos queríamos ver.

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