#Vivo: Netflix y la explotación de la “nueva” normalidad
Por Diego Moneta
Desde el inicio de la pandemia por coronavirus, como era de esperarse, la industria del entretenimiento buscó explotar la temática al máximo. Pero había un problema: el tropo apocalíptico, en especial el relacionado a los zombies, está super exprimido y pocas veces surge una obra con originalidad y verosimilitud que pueda convencer a la audiencia.
De esta manera, Netflix apostó en estos meses a subir títulos que puedan relacionarse rápidamente con la situación que estamos atravesando. Por un lado, nos encontramos con producciones explicativas, tales como Pandemia y Coronavirus en pocas palabras. Por otro, retomando nombres más conocidos, como Resident Evil. Finalmente, dando espacio a cierto aire conspiranoico, a través de Virus, film surcoreano de 2013 que “anticipó” lo que iba a pasar, y Biohackers, una serie entramada en conspiraciones biológicas.
La incorporación más reciente a la plataforma es #Vivo, película surcoreana dirigida por Cho Il-hyung. Está basada en el film Alone (Solo) de Matt Naylor, quien co-adaptó su guión con el director para su estreno en Corea del Sur. Lo curioso es que la obra de Naylor todavía no se estrenó, y su tráiler ofrece prácticamente la misma lógica, con un poco más de acción.
El argumento de #Vivo es tan trillado como conocido: distintas ciudades surcoreanas, encabezadas por Seúl, sufren la epidemia de un virus que convierte a las personas en zombies, por lo que son puestas en cuarentena. El protagonista, Oh Joon-woo (Yoo Ah-In), se despierta en su departamento y se entera por las noticias de lo que está pasando. Su familia, que salió justo antes de que todo comience, le deja un mensaje: “Debes sobrevivir”.
El primer punto a favor, que termina a medio camino, es el nivel de tecnología con el que cuenta el joven. Es youtuber, por lo que tiene mucho contacto con redes sociales, y además maneja un dron. Sin embargo, el “aislamiento moderno” no se aprovecha lo suficiente a lo largo de la trama, aunque queda en el aire la reflexión acerca de la dependencia de la red y la fama en internet, junto a su utilidad en ese tipo de contextos.
A medida que pasan los días, a Joon-woo comienzan a escasearle el agua y la comida, lo que se suma a la desesperación por el encierro. Luego de coquetear un par de veces con salir del departamento, conoce a otra sobreviviente que vive en la torre de enfrente a la suya. Kim Yoo-bin (Park Shin-Hye) resulta una mezcla entre MacGyver y Lara Croft, lo que quita un poco de verosimilitud a su personaje.
El otro punto a favor del film es que no da tregua. Esquiva la presentación de los personajes y pasa a la situación apocalíptica. El virus muta y no todos los zombies son iguales; incluso conservan algunas de sus habilidades y rasgos de personalidad. Los síntomas son la irritación, el sangrado de ojos y comportamientos caníbales. La movilidad que tienen, al perseguir o escalar, le agrega una cuota de tensión a la situación.
Desde la novela de Richard Matheson, Soy leyenda, publicada en 1954, la temática zombie ha colmado las producciones de la industria del entretenimiento, especialmente en occidente. Sin embargo, en Corea del Sur está en auge desde el estreno de Tren a Busan en 2016, por lo que podría hablarse del “k-zombie” como un subgénero.
Los distintos títulos resultan exitosos, muchas veces a nivel internacional, tal como lo demuestra la serie Kingdom. En el caso de #Vivo, ha funcionado internamente, sobre todo porque los protagonistas son artistas multipremiados en su país. A pesar de todo, la limitación de las premisas parece haber llegado de forma temprana y la película termina quedando en lugares comunes del género sin explotar en profundidad sus puntos a favor.