Belén Longo: “La desobediencia no es un síntoma sino una cura”

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Belén Longo: “La desobediencia no es un síntoma sino una cura”

27 Junio 2020

Por Demian Konfino

Conozco a Belén Longo desde hace años. Además de escribir, ejercemos la abogacía. Hemos trabajado en oficinas contiguas para el mismo empleador público. En los recreos de nuestras labores, solíamos tomarnos unos mates, departíamos sobre los colores que deberían tener los despachos oficiales y, claro, hablábamos de literatura. En ese refugio nos recomendamos lecturas negras. Y tuve la fortuna de leer algunos de sus primeros relatos cuando inició su carrera en Letras y comenzó su búsqueda.

Cuando leí a Belén me impresionó. Estaba muy avanzada para ser sus primeros pasos. El manejo del lenguaje. La construcción de las oraciones. Había talento. Intenté incentivarla para que siguiera escribiendo. Se anotó en talleres literarios y fue rastreando un estilo.

Donde mueren las mariposas nace en ese proceso. Me consta su disposición a que no fuese un texto más. Quiso concebir la mejor novela, la novela ganadora. La pulió mil veces y siguió porfiando hasta lograrlo, hasta convertir su registro en el adjetivo rotundo que señalaron Mariana Enriquez, Juan Diego Incardona y Gabriela Cabezón Cámara cuando decidieron como jurado del premio Futurock de Novela 2019 que esta obra era la galardonada: Belén Longo tiene una prosa contundente.

 

Agencia Paco Urondo: Te aclaro que esta entrevista debió ser hecha en La Puerto Rico. Pero estamos en tiempos de pandemia. A todos nos modificó las rutinas y las formas de socializar. ¿Cómo te trata la cuarentena? ¿Te da tiempo para escribir?

Belén Longo: Es cierto, la Puerto Rico hubiese sido ideal, en fin acá estamos todos socializando en modo plano, pero bueno a adaptarse y a seguir. Digamos que los primeros quince días estuve un poco angustiada y si bien escribía lo hacía muy poco. Después me organicé mejor y comencé a notar que de algún modo podía resultar provechoso este momento de introspección. Ahí empezó a fluir la escritura mucho más. Estar metida adentro y siendo una trotamundos sensorial, como me gusta definirme en estos tiempos de carencia de viajes, me permitió recorrer paisajes con la escritura. Hasta estoy escribiendo y leyendo poesía que siempre la sentí bastante lejos de mí. Pero es como que con tanto silencio, sin ruidos del afuera, puedo concentrarme mejor en esa lectura y conmoverme mucho más.

APU: La peste, el cólera, han servido de inspiración a grandes de la literatura. En tu caso, ¿hay alguna influencia de la pandemia en tu poesía o en tu narrativa de estos días?

B.L: Sí, creo que estuvo más impresa en algunos relatos cortos. Justamente esta idea de trotamundos sensorial me llevó a trabajar un relato corto donde describo diferentes paisajes, pero en realidad es el camino de la cama al living y de ahí al baño. Juego con todos los sentidos para hacer una especie de geografía con los colores y texturas del encierro. En la poesía creo que quedó bastante plasmada la sensación de algunas formas de vincularnos a partir del distanciamiento, también el encierro, la soledad. Creo que esos fueron algunos recorridos.

 

APU: En tu libro se destaca el manejo del argot judicial. También aparecen descripciones muy precisas de vestuario, ambientes, contexto. Una que me gustó mucho es esta: “Ducha, camisa blanca, pantalón y saco negro acompañan el colirio que apaga el ardor de su mirada somnolienta.”. En tu escritura narrativa, ¿cuánto peso tiene la observación y cuánto la imaginación?

B.L.: ¡Gracias! Me alegra conocer los párrafos favoritos de cada lector. Creo que en mi escritura, al menos en mi actual forma de narrar, pesa mucho más la observación que la imaginación. Creo que hoy tengo una tendencia más ligada al realismo. Además una gran maestra una vez me dijo que observe todo: “Vos querrás escribir, entonces observá todo, mucho”Creo que eso se me grabó a fuego. La imaginación creo que la utilizo en la elaboración de la trama, en el collage de imágenes, cuando comienzo a componer escenas, digamos. Ahí me despego un poco porque claramente escribo ficción. Pero creo que la observación hoy es un setenta, y un treinta imaginación. Digo hoy, porque mañana no sé por qué camino me va a llevar la escritura.

 

APU: Escribiste en Donde mueren las mariposas: “El lunes temprano Laura va al Juzgado. Sabe que a su jefe no le gusta que lo puenteen, pero el caso de Emilia comienza a instalarse fijo en su tercer ojo. El síntoma es la desobediencia”. El párrafo es notable. Para colmo es el primer párrafo de un capítulo. Una invitación al banquete. ¿La desobediencia ha sido tu síntoma a la hora de dedicarte a escribir literatura? ¿Han habido otros síntomas?

B.L.: Me encanta esta pregunta porque me hace pensar. Mirá, creo que yo soy bastante obediente, aunque dicen por ahí lo contrario. Tengo la sensación que aprender a desobedecer fue algo genial que me permitió llegar a la escritura, pero fue un trabajo largo darme cuenta que podía romper un poco las reglas que me ordenaban (en el amplio sentido). Entonces en mi caso, hoy la desobediencia no es un síntoma sino una cura. Sí hay otros síntomas, a ver. Creo que escribir me obliga a incomodarme, a repreguntarme, a ponerme en la piel de otres. Es un proceso que toca fibras medulares, entonces, paso un ratito por la angustia, por la felicidad total cuando llega "ese párrafo" que amás, por la reflexión, por el odio, por el limbo. Que sé yo, escribir me lleva a todos los rincones y recovecos de mi ser.

 

APU: En el libro, parte de la trama remite al caso María Cash, la joven desaparecida en Salta, aunque también aparecen elementos de la impunidad del poder del caso María Soledad. ¿Estudiaste los casos para disparar la ficción? ¿Qué sentiste cuando te pusiste en esos zapatos?

B.L.: Sí, un poco estudié la línea de investigación que se seguía con relación a María Cash, algo de su historia, de acuerdo a información pública, periodística. Fue un caso que me movilizó mucho, y estaba muy presente en mi memoria. Con relación a María Soledad, creo que es un caso que simboliza una operación sistemática. Creo que María Soledad es el nombre de la impunidad en provincias que siguen funcionando como feudos. Hay muchas María Soledad, lamentablemente.

 

APU: ¿Le faltó al tratamiento mediático y judicial de esos casos una mirada que tenga en consideración el registro feminista de tu novela?

B.L.: Yo creo que sí. En los últimos años se viene comunicando y reflexionando un poco más con perspectiva de género, digo un poco, porque todavía tenemos que escuchar cosas como "desahogo sexual". El proceso va a ser muy largo. En el aspecto judicial todavía va a ser más arduo. Las características de los sectores enquistados en el aparato judicial, los profesionales que pueden acceder a "la familia judicial", mantienen y reproducen un posicionamiento extremadamente elitista, conservador y por ende, sumamente patriarcal.

 

APU: ¿Qué te dio el género negro a la hora de concebir el relato?

B.L.: Los recursos o características del género negro me permitieron recrear ese territorio caótico, corrupto, lleno de contradicciones. Fundamentalmente me permitió construir la dinámica de una sociedad alienada, disociada, de dobles discursos.

 

APU: Contame, brevemente, la expectativa qué tenías al momento de inscribirte al concurso organizado por Futurock. ¿Cómo surgió la idea? ¿Qué esperabas?

B.L.: La verdad es que no tenía demasiadas expectativas. Sabía que la novela la había trabajado bastante, entre taller y clínica, pero no quería hacerme ilusiones, así la caída no iba a ser tan dura si no pasaba nada. No vengo del palo de las letras y aunque estoy estudiando Artes de la escritura en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), se me hacía que corría con desventajas, soy muy crítica de mi trabajo, me cuesta sentir que estoy haciendo algo copado. La novela la había preparado para presentar en otro concurso específico de género negro, unos meses antes que saliera este. En el marco del taller y entre las amigas escritoras compartimos data de concursos, talleres, cosas que nos pueden interesar. Así me enteré del premio de novela que organizaba Futurock, miré las bases y la novela encajaba bastante. Me puse a trabajar un poco en algunos detalles y la mandé. Creo que necesitaba de un impulso de este tipo, fue hermoso. Como vengo diciendo, me dio una palmadita afectuosa y el mensaje claro de que es por acá.

 

APU: ¿Cómo fue el momento en que te enteraste que habías ganado el premio? ¿En qué pensaste? ¿En quiénes?

B.L.: Me enteré que había ganado cuando lo anunció Mariana Enriquez en el evento. Futurock hizo un evento convocando a los quince finalistas. De ahí salían las menciones especiales y el ganador. Para mí estar entre los quince ya era ganar, no esperaba más, estaba feliz. Pero cuando Mariana comenzó a hablar de la novela ganadora me di cuenta que hablada de Laura, la protagonista de Donde mueren las mariposas. Me dieron ganas de llorar, reír, todo junto. Temblaba. Creo que pensé en todas las personas que confiaron en mi escritura, que me acompañaron en el proceso con mucho amor. Mis compañeras del taller, mis amigas que leyeron la novela durante la etapa de corrección. Estas cosas no le pasan a uno solo, hay un conjunto de afectos que anidan y dan fuerza para que uno sea paciente y le de tiempo a la obra.

 

APU: ¿Cuál es la repercusión que estás teniendo de parte de los lectores y lectoras?

B.L.: De lectoras, hermosas repercusiones. La verdad es que recibí todos mensajes muy, muy, lindos. Los lectores no estarían siendo muy expresivos, ja. Hablando en serio, la verdad es que tuve muy buenas repercusiones. Es muy loco como algunos se detienen más en algunos 

aspectos, otros se interesan por otras cosas, o destacan algo. Pero más allá de las diferentes lecturas o interpretaciones, todo está siendo súper gratificante. 

 

APU: ¿Volviendo a Laura, tu superheroína, y para ir finalizando, estás pensando en continuar sus historias?

B.L.: En este momento estoy trabajando otra cosa. Vengo con un proyecto que me entusiasma mucho y me tiene muy incómoda a la vez, pero estoy contenta con lo que intento hacer. Es un desafío. A Laura y a otros personajes del universo de Donde mueren las mariposas voy a volver. Sí, claro. Tengo el sueño de tomarme una buena licencia laborar e instalarme en el territorio donde transcurra la segunda parte. Unos seis meses por el Chaco profundo.

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Con ustedes Belén Longo, una de las nuevas caras de la novela negra argentina. Ha publicado su único libro Donde mueren las mariposas con Futurock Ediciones y está dando mucho que hablar. Va por más. Queda hecha la invitación.