Dossier Fractura: Una mirada musical pura de infancia
Por Gerardo Curiá
En la charla que realizó para la serie Frost de la Universidad de Tres de Febrero, Leopoldo “Teuco” Castilla nos dice: “Nosotros esclavizados por la proporción, por la pertinaz obediencia a la causalidad y a la verdad científica, no podemos sino violando los paradigmas con los que sostenemos la idea del ser en la cultura determinar qué somos en ese universo que se engendra y se destruye continuamente, él mismo sin poder nacer del todo todavía. Subimos por nuestras propias proyecciones magnificándonos o disminuyéndonos, inventamos dioses, con la misma voluntad de la energía que es nuestra verdadera identidad tratando de reintegrarse a su origen en este caso al sol como que somos polvo de estrellas como quería Carl Sagan”.
Con estas palabras el poeta nos acerca una inquietud que respira en su arte hasta convertirse en poética y difumar los límites entre la física y la metafísica.
Fue en los tiempos del exilio, allá en Madrid, cuando comenzó a vibrar esta cuerda de su poesía en Versión de la Materia. Luego apareció también en Campo de Prueba, Teorema Natural, Línea de Fuga y Poesón al Universo. Es una nota constante que atraviesa toda su obra.
En un una entrevista que le realizó María Malusardi para la revista Op. Cit., él cuenta que en una oportunidad le pidieron, a través de una amiga, que diera para los científicos un recital de sus poemas. Entonces quisieron saber por qué decía esas cosas. Y le preguntaban en qué teoría física se había basado para decir lo que decía en esos poemas. Respondió que no conocía nada de teoría física.
Analizando los orígenes de esta línea de su poesía, Teuco se remonta a un recuerdo de la infancia. Comenta que, cuando venían las tormentas, las mujeres tapaban los espejos y escondían las tijeras bajo las almohadas, entonces se dio cuenta de que “la acción de la realidad tenía otros motores invisibles que la realidad no registraba”.
En sus poemas no van a encontrar las verdades de la ciencia sino una pequeña incisión en el conocimiento de la realidad que abre una pregunta. En su charla con Malusardi plantea un deseo, nos dice que sería lindo que su trabajo llegue a ser una cosmogonía.
Al igual que los niños, los poemas de Teuco ingresan al asombro, como si siempre viesen al mundo por primera vez, así su poesía reflexiona sobre el cosmos tejiendo nociones que vibran de emoción y música.
Para él, el universo es tanto materia como sonido. Recuerda alguna vez haber escuchado en una grabación, que supone de la NASA, el sonido de los planetas. Algunos son secos estertores, el de la tierra, una infinita, mareada melodía, por eso, en uno de sus versos dice “Era el único planeta que cantaba”, de allí el título de una antología que publicó editorial Visor en Madrid. Afirma que el sonido es una cuestión muy extraña, como si hubiese sido el padre del mundo.
En Teuco hay una mirada musical pura de infancia que escribe el pánico de una cosmogonía antes que la muerte termine de bajar la escalera. Verdadero maestro en el arte de la poesía, Teuco llega hasta allí donde el conocimiento tiembla.
Círculo
a José Antonio Gabriel y Galán
Concibieron al círculo radiante, su forma
partiendo desde un centro
y en realidad
fue lo exterior, el universo, esa silla,
un caballo
todo lo externo modulado
para finalizar en esa esfera
tu ojo no emite
atrae
ese niño con un balón entre las manos
juega
con el último punto de la materia
con el fin del mundo.
(de Versión de la materia)
El inventor
La naturaleza no cree
es dudoso que la sombra sepa
que mana a un hombre
que los hilos no sean producidos
por un taller
en los ojos
que en el alma estemos sin nacer
la materia en acto
deja al universo sin cadáveres
(por eso inventamos la historia)
por eso fabriqué
este aparato
puede medir la lluvia
la abstracción de una piedra
mensurar el sonido
donde está la idea de dios
está hecho de metal
madera fibras cristales
materiales sensibles a la utopía
que fueron una vez
en algún lugar, en uno de sus códigos
debo estar yo
campo de prueba
pero es dudoso
la naturaleza no tiene adentro
a nadie.
(de Campo de prueba)
El agua
A Salvador Garmendia
Hagamos de cuenta
que yo no sé que la lluvia
sólo ocurre en la palabra lluvia
que cae en sentido inverso al espacio
y es
porque deja de ser
como tu ojo deja de ser ojo
y es caballo
al mirar un caballo
no es natural
que llueva
es natural
que tiembles
que temas a la lluvia
tú
que eres casi todo agua
construyes una casa
en nombre de la palabra hombre
tú
agua creyente
te proteges del horror de caer
dices: lluvia
y eres agua
mirando agua.
(de Teorema natural)
XVI
¿Dónde hizo noche
la línea
que en el alba zozobra
y lo devuelve,
sentido,
al árbol ?
Ha regresado
sin contorno
en busca
de la absolución de la luz
del perdón del agua
precavida
pues nada vuelve a su forma
sin humillación.
(de Línea de fuga)
Mundos paralelos
En los mundos paralelos
el mismo acto,
con iguales protagonistas,
modifica los hechos,
cambia el final,
trastorna el argumento.
No hay un único destino,
cada opción se cumple
(esa lección está en los sueños).
Si en la suma de todas las combinaciones
está el tiempo abolido,
la eternidad, entonces, no tendría extensión
y podría permanecer
en una inminencia absoluta
el universo.
El busca esa potestad.
Y apuesta.
Pero el azar no descansa.
Si el Todo para cada designio crea un mundo
el azar
para cada mundo
crea un espejismo.
(de Poesón al universo)