Eduardo D'Anna: "Rosario es un no-lugar en el canon literario argentino"

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Eduardo D'Anna: "Rosario es un no-lugar en el canon literario argentino"

28 Noviembre 2021

Por Juan Cruz Guido

En el contexto del XXIX Festival Internacional de Poesía de Rosario, al que AGENCIA PACO URONDO asistió como invitada en un mesa donde se habló de poesía y periodismo, junto a los escritores Noman Petrich -que nos inició en la poesía rosarina- y Miguel Martínez Naón compartimos varias de las actividades. Entre lecturas, charlas de feca y recorridas por la Chicago argentina coincidimos con el poeta Eduardo D'Anna, una de las leyendas de la poética de esta ciudad a la orilla del Paraná. 

En un alto a la agenda del festival, mantuvimos una conversación con él.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo estás viendo esta edición 29º del Festival de Poesía de Rosario?

Eduardo D'Anna: Se está recuperando la calidez, las reuniones. Las charlas entre los poetas, la fraternidad. Una cosa que se había perdido bastante en los últimos años. Y esto me parece maravilloso porque yo viví la primera época del festival desde el '93 hasta el 2008. Que el festival era realmente un lugar de encuentro que a mí me hizo muchísimo bien. A todos los poetas nos hacía muchísimo bien, porque en nuestra vida cotidiana nadie nos daba mucha bola, como es lógico, teníamos que trabajar de otra cosa. Y ahí encontramos una especie de paraíso, de fraternidad. Nos veíamos, nos contactamos, intercambiamos libros. Tipos que estaban peleados en su lugar de origen. Acá charlaban, se reconciliaban. Parece un cuento de hadas, pero era así. Y además conocí poetas maravillosos como Antoñito Cisneros, como Gonzalo Rojas, Thiago de Melo, Ivo Ledo, Olga Orozco. Poetas que nos enseñaba. Nos enseñaban a escribir poesía realmente con su ejemplo. No había clínica en esa época. Era el ejemplo. Vos escuchabas como ellos los leían, los recitaban y te dabas cuenta como era el asunto. Los ritmos que pescaban. Porque no es lo mismo el ritmo de un mexicano o de un guatemalteco, de un ecuatoriano o de un argentino. No el mismo el ritmo de un rosarino que de un cordobés. O incluso de un santafesino. Son tonadas distintas, aunque son muy sutiles. Y eso tiene que ver con la poesía, porque la poesía está basada en el ritmo del habla. Por eso un festival donde los poetas leen es muy importante. No es lo mismo que leerlo en un libro.

APU: Hay varias ferias del libro a lo largo del país pero que sea un festival internacional de poesía lo hace muy particular, no que la poesía sea parte de un festival de literatura. ¿Cómo lo ves eso?

E.D.: Sí, hay ferias del libro. Con la narración hay ciertos problemas. Un novelista no va a leer su novela en el público. Tendría que ser cuentista. La poesía tiene un poco de espectáculo, tiene un poco del viejo Homero con la lira.

Se planteó así porque acá había un muchacho que era Quique Llopis, que copió la idea del Festival de Medellín y la trajo acá a Rosario. El primero la hizo la municipalidad, después se plegó la provincia, después el Parque España. Había festival en Norteamérica que curiosamente había que pagar para entrar. Y estaba lo de Medellín, pero lo de Medellín se hacía en estadios. Si el poeta leía en un estadio de fútbol. Mientras que acá siempre tuvo una característica, como decía un poeta italiano que vino, de cámara. Al terminar la lectura vos podías ir a darle la mano al poeta. Eso en un estadio no lo podías hacer. Y eso es importante. Entonces había 800 personas, no diez mil. Pero no hace falta que haya diez mil. Lo importante es que llegue a todos los sectores sociales, a todas las edades. Y eso era el festival. Después se puso un poco reducido. Yo lamente eso.
 



 

APU: El hecho de que se haya realizado tantas veces un festival de poesía en la ciudad, como una actividad cultural que convoca también al público en general. ¿Qué relación tiene Rosario con la poesía?

E.D.: Rosario es un no-lugar en el canon literario argentino. Argentina tiene un canon nacional que se administra en Buenos Aires y tiene cánones provinciales que se administran en las capitales provinciales. Y Rosario no es capital nacional ni es capital provincial y no se pliega a la imagen identitaria, en este caso de la ciudad de Santa Fe, y por lo tanto no existe. Eso tiene su problema, pero también tiene sus ventajas. La poesía de Rosario siempre fue muy loca.

Acá no había crítica. Eso no es bueno porque no tenes devolución. Pero, por otro lado, vos sos un loco, escribís cosas y nadie te jode, nadie te censura. Y acá hubo unos locos maravillosos escribiendo poemas porque nadie los censuró. Esa es un poco la característica de Rosario.

Recién ahora se ha extinguido el sueño de parecerse a Buenos Aires, porque tenía ese sueño. Nunca se sintió provincia, siempre se sintió capital porque sabe que fue nombrada capital de la nación tres veces. Dos veces la vetó ley Mitre y una vez la vetó Sarmiento. Tenían razón el capitán tenía que ser Buenos Aires para tener a los porteños controlados, como se vio después en el '80, cuando se sublevó Tejedor y todas esas cosas. Entonces está bien, tenía que ser así. Pero Rosario no tenía una idea de provincia, no tenía una identidad de provincia, tenía un desarrollo muy moderno para esa época. Muy moderno, pero con poca tradición, porque era una ciudad muy nueva y entonces no logró elaborar, como esas hermanas que se quieren parecer a la hermana mayor y se peinan igual y se maquillan igual, pero no saben bien quién son.

Y recién cuando ese ese sueño se acabó, cuando el puerto dejó de ser lo que era, porque acá los barcos hacían doble, triple fila para cargar. Acá enfrente a este lugar (estamos en el Parque España, frente al rio Paraná). Yo pesqué un coletazo de eso nomás. Y cuando ese sueño se acabó, esa hermana se tuvo que mirar al espejo y decir: "bueno, habrá que averiguar cómo somos". Y ahí empezó un regreso, una búsqueda de la identidad de Rosario, que todavía no está muy bien terminada, pero que sí hay algo. Hay algo de Inodoro Pereyra, que todos los rosarinos somos un poco Inodoro Pereyra. Lo dijo un poeta de acá: tenemos que construir una tradición con los materiales de hoy. Lo cual no es fácil. Se va armando una cosa con mitos, no. Que el Che, era de Central: falso. El Cachilo, lo que son personajes de Rosario, que ahora sí son bastante emblemáticos. La trova, del rock de Rosario, que es la continuación de los poemas que escribíamos nosotros. En realidad. Ellos son esa continuación.

PD: Especial agradecimiento al gran productor rosarino "Toto" Cavallero, esta nota no hubiera sido posible sin su colaboración.

Historia moral 

Ella tenía un pelo digno del tango

"Sur", estrofa primera, tercer verso.

Tenía también una sonrisa digna

de un poema aún no escrito.

Una noche, por razones que no vienen 

ahora al caso, me abrazó.

Yo le pedí que me besara.

Ella me besó. Pocas mujeres 

son capaces de dar a un hombre,

simple y sencillamente, lo que éste les pide.

 

Fue un beso intenso, largo,

iluminado. Fue en la mejilla.

Pero eso no es lo importante 

de este poema. Ella esa noche terminó,

según entiendo, en la pieza con otro hombre,

totalmente vestida, con los zapatos

aferrados a su mano derecha

a la altura de su vientre, y así durmió

hasta la mitad de la mañana.

 

Pero no es lo importante, eso, 

en este poema, tampoco. Lo que yo

descubrí esta noche, y hoy quiero

decirles a ustedes, es: que ella,

quisiera o no quisiera, se diera

cuenta o no, sería en la vida

esplendorosamente feliz.