Marcelo Rubio: un funebrero que pendula entre hacer nada y poco
Por Hernán Casabella
Por decisión del autor, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Marcelo Rubio publicó algunos libros de cuentos con Textos Intrusos, como Bajo el signo de Eva, Nueve relatos atravesados en la garganta, Fútbol sin tiempo y La Strada. En el año 2018 publicó la novela Lo que trae la niebla (Indómita Luz) y en 2019 El Cristo roto (También el caracol). A veces colabora en la conducción del programa Kriminal Mambo por AM530, los sábados.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuál fue el primer libro que leíste completo y sin obligación de hacerlo?
Marcelo Rubio: Un Capitán de quince años (Julio Verne).
APU: ¿Los libros se leen hasta el final o se abandonan? (Si abandonaste alguno, ¿cuál fue y cuál es la anécdota que valga la pena?)
M.R.: Los libros se leen y también pueden abandonarse, en ambas columnas me anoto.
APU: Los libros, ¿se compran, se regalan, se prestan, se pierden, se devuelven, se venden, se roban?
M.R.: Los libros se compran, siempre. Se prestan poco. Se roban solo cuando los venden en Cúspide.
APU: ¿Cuáles son tus libros preferidos de la literatura argentina?
M.R.: Sin dudas el primero es Misteriosa Buenos Aires (Mujica Láinez), Dublín al sur (Isidoro Blaistein) y todo lo que sea de Rodolfo Walsh.
APU: ¿Cuáles son tus libros preferidos de la literatura universal?
M.R.: Difícil, pongamos: Seda (de Baricco), Historia de la ceguera (Saramago) y Firmin (Sam Savage).
APU: ¿Hay algún personaje de la literatura con el que te sentís identificado?
M.R.: No, aunque uno se acerca a muchos o se encariña mucho. Pero uno puntual es difícil, no, creo que no tengo uno preciso.
APU: Así de arrebato, ¿qué final te viene a la memoria?
M.R.: El de El Coronel no tiene quien le escriba "Dime, ¿qué comemos?" a lo que este, liberado, se arma de valor y le responde: "Mierda".
APU: ¿Cuándo comenzó tu gusto por la escritura?
M.R.: Supongo que a los 13 o 14. Lo que no significa que tuviera idea concreta de lo que era escribir.
APU: ¿Tenés alguna rutina al escribir?
M.R.: Solo elegir una lapicera que me gusta y un cuaderno al que considere ajustado para ser manchado por tinta.
APU: ¿Tenés objetos fetiches que te sean vitales al momento de escribir?
M.R.: Las lapiceras, necesarias, imposibles sin ellas.
APU: ¿Lenguaje inclusivo en la escritura sí o no?
M.R.: Es a gusto de cada uno.
APU: ¿Cuál es tu opinión sobre las presentaciones de libros y los ciclos de lecturas?
M.R.: Es un buen momento para escuchar algunas voces y luego irse de birra con la gente que asistió, me parecen actividades interesantes y, vistas desde estos tiempos de encierro, entrañables.
APU: ¿Cómo se lleva tu literatura con el insomnio, con las noches, con los vicios?
M.R.: Se lleva muy bien, aunque por lo general no escriba sobre ellos, pero las noches son hermanas de los vicios y los vicios son padres de mis insomnios.
APU: ¿A quién relees periódicamente?
M.R.: A Fogwill, a Soriano y a Rubem Fonseca.
APU: ¿Qué tres autores argentinxs reeditarías?
M.R.: No es fácil, pero me gustaría pode espiar los momentos de edición de las Ocampo, de Anderson Imbert y de Rodolfo Walsh.
APU: ¿Qué opinas de la literatura argentina de la última década?
M.R.: Es maravillosa, con un gran empuje, con muchas voces nuevas, con presencia fuerte en y de todos los géneros.
APU: A calzón quitado, ¿leés a tus contemporánexs o solo leés las contratapas?
M.R.: Siempre, todo los libros que puedo, es un placer saber en qué anda los que caminan estas rutas.
APU: ¿Qué estás leyendo actualmente?
M.R.: Estoy arrancando la lectura de Veintisiete formas de enamorarse de Craig.
APU: El falso milagro en El Cristo roto ¿por qué no alcanzó para que el restaurador y la dama pudieran pecar?
M.R.: Porque los amores imposibles son los que más se penan.
APU: En el pueblo de las ausencias de Lo que trae la niebla el amor es tan esquivo como aquel cross que Alí debió sortear para no ser noqueado por Ruiz?
M.R.: En Lo que trae la niebla, deberíamos preguntarle a los bonsáis de sauces llorones, ellos parecen tener un secreto.
APU: ¿Nos contás acerca del proceso de producción de tu libro de cuentos El largo viaje?
M.R.: Es un libro artesanal. Tendrá intervención con dibujos, parte de los textos están realizados con una imprenta de tipos móviles de 1949. Son cinco relatos y cada uno tiene un código QR que remite a un video. El lomo está cosido al estilo japonés, cada ejemplar está numerado y firmado por todos los que participaron del proyecto.
APU: ¿Por qué nunca nadie ganó un amor o una noche antológica después que la fonola de La Strada los convocara a un baile apretujados?
M.R.: Porque el amor es una ecuación en la que todos tenemos un resultado esquivo.
APU: ¿En Bajo el signo de Eva cuánto de fetiche y cuánto de devoción hay alrededor de la mujer más emblemática de la historia argentina?
M.R.: Creo que más de admiración, de respeto por alguien que no necesita de un apellido para ser conocida, que no necesitó de un voto popular para ser encumbrada y que los años, y las mentiras, no han logrado que la gente la olvide.
APU: En fútbol sin tiempo los personajes salieron de la tribuna e intentaron ser futbolistas o el fracaso los llevó al paraavalanchas?
M.R.: El fracaso los llevo a ser escritos y el fracaso de correr a una número cinco me llevó a tratar de contar esas historias.
APU: ¿En qué proyectos literarios estás trabajando?
M.R.: Unas novelas breves que no creo tengan mucho interés en ser publicadas, no solo ellas como entidades literarias, sino de parte de ningún editor. Son El Llovedor, El vuelo de Albedo Medina y un par más, con más imprecisiones que aciertos.
APU: ¿La escritura puede aprenderse en un taller?
M.R.: Seguramente y mejorarse, todo depende de la voluntad y de dominar el ego.