“El patriarcado promovió el uso de la palabra yegua”
Por Florencia Kirchner
Que no te violen a las seis de la mañana saliendo del boliche. Ni si caminabas por un barrio alejado. Que tampoco te violen si justo tenías una ex pareja dando vueltas. O si te gusta usar polleras muy cortas. Justo el día que te vayan a violar salí muy tapada, decidí no ir a bailar, y ojala nunca hayas tenido un novio. No vaya a ser que después la policía te vaya a preguntar, a la hora de dar tu testimonio, qué hacías por ahí a esa hora, o si te gusta participar de orgías, como acaba de sucederle en Brasil a la joven de 16 años violada por 33 hombres.
Luego llega la televisión con los ojos del periodismo sangrando por el horror del acontecimiento. El mismo horror que se olvidan cuando el mismo canal te sugiere cómo vestirte, de qué manera le gustan más a los hombres las mujeres, o cuál es el tip para estar flaquísima y poder mostrar todo en verano. Pero cuando muestres todo esa noche de verano, y cuando actúes de la manera que más le guste a un hombre, asegurate que no sea el mismo día que te vayan a violar, claro.
Cuando llegó UBER al país leí en muchísimos espacios publicaciones sobre lo bueno que seria para las mujeres. Y lo tranquilas que las dejaba tener un medio alternativo de transporte, debido a las situaciones de acoso y violación que se vienen viviendo a lo largo del tiempo en los taxis comunes. Actualmente en México se acaba de sentenciar a un conductor de UBER por violación. Cuando salieron a la luz, a través de los videos valientemente publicados por las ex novias de cantantes reconocidos del rock alternativo argentino, episodios de violencia de género, empecé a leer también: “muerte al rock”.
No es la piba que se metió “sola” en una fiesta. Tampoco es la ropa. Es el patriarcado. ¿Lograremos asumirnos extremadamente atravesados por este sistema, mano derecha del capitalismo más salvaje? Insisto en la necesidad de empezar a discutir el patriarcado. La violencia hacia las mujeres no es producto de un género musical, no es producto de un oficio, menos que menos es producto de la ropa que llevaba puesta la chica. Nos violan y nos matan por que la sociedad patriarcal tiene de hijos a los medios hegemónicos que, respondiendo a sus intereses, convierten nuestros cuerpos en un bien social. Las revistas nos dicen cómo vestir. Cómo lucir. Cómo ser buenas madres. Se nos dan tips a diestra y siniestra.
Tenemos que responder a un mandato por quien sabe quién. Pero sí podemos saber quiénes son los que lo quieren sostener. Son los mismos medios de comunicación que ponen en duda a las víctimas. Que cuando la chica es violada te empiezan a tirar data de su vida privada para ponerla en el rol de mujer preocupante y así justificar su violación. Los mismos medios que trataron de locas a las Madres de Plaza de Mayo cuando reclamaban por la aparición de sus hijos. La mujer que pone el cuerpo fuera de donde debería estar según las normativas patriarcales es: loca, preocupante e indecente. La condenan, sin atenuantes.
Son los mismos medios que promueven que la mujer no puede tener placer. Tratan su cuerpo de manera sexista, pero la condenan si ella, bajo una decisión propia, lo utiliza para su propio placer. Es el mismo mensaje que envían sobre las clases sociales más vulnerables, cuando a raíz de diferentes medidas tomadas por el anterior Gobierno, pudieron acceder a una calidad de vida más alta que, además de derechos, les entregaba placer: el poder elegir. Ya no era solo placer para que el patrón tenga la casa limpia.
Milagro Sala, entre muchísimas cosas, puso una pileta para que esos niños jueguen, también les dio placer. Hoy esta presa por este Gobierno, y es mujer.
El único placer que provenga de la mujer no puede ser para sí misma, tiene que ser para el otro. Para que te cuide los chicos. Para que luzca como vos querés. Para que se calle y sonría al lado tuyo y así te haga ver más exitoso.
Acaban de dar un golpe de Estado en Brasil, celebrado por el Gobierno Nacional Argentino. Dilma, una mujer fuera de la casa, fue tratada de tener problemas mentales por diversos medios de comunicación. La primera tapa de las revistas brasileñas sobre la nueva primera Dama, fueron: es “bella, recatada y de la casa”. ¿Eso, no es un mensaje?
La ley de educación sexual integral, promovida por el anterior Gobierno, es EXCELENTE. Tiene una sola carencia: su aplicación es optativa. Lo que provocó que, por demanda de algunos padres o decisión de rectores y directores, no se dé en todos los colegios. Miradas patriarcales que se oponen a una ley que promueve el respeto de los cuerpos. El de uno y el de los otros. Pasamos muchas horas en el colegio. Desde los cuatro años dejamos de pertenecer únicamente a nuestro hogar. El colegio además de ser un espacio de información, debe serlo de formación. ¿Cómo podemos dejar puertas adentro de las casas un asunto que es social?. Si todos vamos a relacionarnos con otro en el futuro, sea cual sea el género sexual de la persona, hay que enseñar a los hombres a no violar. Y a identificar a las mujeres y a los hombres cuando el otro no esta respetando sus cuerpos. Eso se logra con educación. Algo que está en retroceso dado que el actual gobierno esta recortando la educación pública.
¿Cómo podemos asegurar que los chicos, quienes son nuestro futuro, no vayan a accionar violentamente desde lo verbal y físico, sin educación? ¿Cómo nos aseguramos un “mañana” prometedor?
Son todas estas violencias invisibles: un sistema médico que no nos da la libertad en el parto, en el que no podés abortar, pero tampoco acceder a los métodos anticonceptivos. A todos los métodos anticonceptivos. En donde tenemos a una chica presa en Tucumán por haber tenido un aborto espontáneo, en el cual además sufrió todo tipo de violencias por parte del sistema médico.
Y además, tal vez lo más importante: un fuerte Poder Judicial, el poder quizá más poderoso, con falta de perspectiva de género.
Repito, no es la ropa, no es el lugar, es el patriarcado. El mismo patriarcado que acompañado de un sector político servidor de él, promovió el uso de la palabra YEGUA (sí, es que desde el lenguaje va todo). Mi mamá, quemada en la hoguera, tapa de una de las revistas más sexistas y a su vez más vendidas de la Argentina, identificándola con el mito de las Brujas.
O como el otro día, cuando a una periodista se la amenazó desde la corporación mediática más grande de nuestro país (en la cual trabaja) con tener el mismo final que Juana de Arco, por manifestar su opinión.
El mismo patriarcado que quiere hacerte creer que cuando decís “machismo” estás hablando de hombres, y cuando decís “feminismo” estás hablando de cosas de mujeres. Un patriarcado que a su vez quiere confundir conceptos para que, por sobre todas las cosas, no lo cuestiones, y no cuestiones todas estas violencias, casi invisibles, que son las que nos han arrastrado a una masa de femicidios y travesticidios salvajes.
Por eso , la marcha de hoy no es una marcha de victimización. Es una marcha de lucha. Lucha para reconocer que, mientras vivamos en este sistema patriarcal, habrá géneros que continuarán viviendo en mayor desigualdad de condiciones que otros.