Femicidio en La Boca: no fue un brote psiquiátrico, fue un acto premeditado
Por Ana Laura Mársico
Nuria recibió 18 puñaladas por Mariano Bonetto en Parque Irala en octubre del 2016. A los pocos metros este interceptó a Natalia que se encontraba con amigos y la que atacó por la espalda. Las jóvenes de 18 y 15 años respectivamente fallecieron días después en el Hospital Argerich del barrio porteño de la Boca. Bonetto hoy se encuentra ingresado en el Programa Prisma de psiquiatría del Penal de Ezeiza sin condena alguna. Las jóvenes no se conocían entre ellas pero tenían algo en común: eran mujeres.
Los vecinos del barrio declararon que el Bonetto, joven veterinario de 27 años, en varias oportunidades expresaba en sus discursos un fuerte tono misógino a partir de que su ex pareja lo había dejado por otro hombre. “Él las atacó con un cuchillo que había comprado. Nosotros estamos seguros que el ataque que sufrió mi hija y Nuria fue más que premeditado, fue un crimen con odio”, subrayó en diálogo con AGENCIA PACO URONDO Anna Rodionova, mamá de Natalia.
Bonetto fue alcanzado por los vecinos que corrieron tras él al ver la escena. Para detenerlo le partieron una botella de vidrio. Ese mismo día mientras Nuria y Natalia eran atendidas en el hospital público más cercano para salvar su vida, Bonetto era atendido por sus heridas en el mismo lugar. Esto duró poco tiempo, hasta que su defensa solicitó el traslado a un neuropsiquiátrico. Mientras, la fiscal determinó el desequilibrio que sufría Bonetto luego de un primer estudio falaz. Así, él conseguía privilegios y comodidades.
“Bonetto fue estudiado bajo dos juntas médicas. La primera expresó que el hombre se encontraba fuera de sí, que no era un asesino. Pero al apelar, la segunda junta dijo que se encontraba en su sano juicio. Es decir, que el primer resultado estaba comprado”, expresó Anna mientras relataba que el veterinario Mariano Bonetto es hijo de un conocido banquero cordobés. “Nuestro gran temor es que ante la ausencia de una condena, la defensa de él intente nuevamente pedir el traslado a otro psiquiátrico, como ya pasó una vez que lo querían mandar a un sanatorio privado en Córdoba, para así darle el ‘alta’ y que quede en libertad sin antecedentes”, explicó la mamá de Natalia. Con un tono de impotencia ante el Poder Judicial que corre con las mismas líneas patriarcales agregó: “Parece que la vida de una mujer no vale nada”.
Actualmente están esperando la fecha en la que se realizará el juicio a la que asistirá con abogados y testigos. Bonetto todavía no tiene condena, por lo que se encuentra con posibilidades concretas en cualquier momento de volver a su hogar. “Todo el año pasado tuvimos a la misma jueza y apelamos los dos procedimientos. La primera vez fue junto a la familia de Nuria, pero no sucedió lo mismo con la segunda por lo que vamos a ir por separado esta vez. Nuestro gran objetivo es demostrar que el tipo actuó premeditadamente”, sostuvo Anna y agregó que el muchacho que transitaba con Natalia declaró que también se sintió amenazado en ese momento, lo que produjo que la causa fuera caratulada como “homicidio simple” y no como “femicidio”.
Anna expresó que en dos oportunidades la jueza intentó sobreseerlo y que si hoy se encuentran las dos familias a la espera de la fecha del juicio oral, es porque atrás hubo una fuerte lucha y presión. “A partir de lo que pasó con Natalia, yo comencé a involucrarme en los temas de violencia de género y es muy notorio cómo al abordar el tema, la víctima siempre es la culpable. Otra vez el Estado ausente, como esa tarde donde tampoco había un efectivo presente en el Parque”, subrayó entrevistada por AGENCIA PACO URONDO.
Nuria falleció el 5 de noviembre, Natalia lo hizo 19 días después víctima también de un virus intrahospitalario. Anna expresó que para ella esos días fueron momentos interminables y que con el tiempo logró reflexionar que las condiciones sanitarias del hospital porteño no eran las adecuadas en materia de insumos y de higiene, y que encima no tuvo contención ni asesoramiento para realizar un posible traslado previo a la infección.
Anna una vez más, pide justicia por su hija, por Nuria y exige seguridad para todas las mujeres que transitan en la vía pública. Con la ayuda de testigos, familiares de Colegio Manuel Belgrano, la comunidad rusa, medios y organizaciones sociales, convoca a la sociedad a hacerse presente en el juicio oral que tendrá como objetivo condenar al femicida Bonetto.
Esta es una causa que muestra nuevamente un Estado ausente ante la demanda necesaria de políticas públicas para las mujeres, pero también dentro del Poder Judicial, en sanidad y más. Hay una madre que lucha para hacer justicia por su hija tras un año y medio de su asesinato por el solo hecho de ser mujer. Mariano Bonetto no es un paciente psiquiátrico que asesinó, es un misógino femicida.