¿Corea del Norte? El fin de mundo está en manos de Rusia
Por Jorge Giordano
El "fin del mundo" volvió a ocupar los zócalos de los noticieros y los titulares de los portales de todo el mundo, como resultado de la reciente escalada bélica entre Corea del Norte y los Estados Unidos. Alejandro Cao de Benós, el español que oficia como representante de Corea del Norte en Occidente, declaró que "temer por la seguridad de Corea del Norte significaría el fin del mundo tal y como lo conocemos. Las bombas termonucleares tienen cien veces la potencia de las bombas que arrasaron Hiroshima o Nagasaki, y bastan cuatro de ellas para cambiar este planeta para siempre. Y cualquier ataque a Corea del Norte tendría como respuesta el uso de armas termonucleares".
La capacidad destructiva de armas de este tipo, nunca utilizadas contra seres humanos, son casi imposibles de imaginar. La fotografía que ilustra esta nota sirve de ejemplo: el registro de una prueba de misiles intercontinentales balísticos de los Estados Unidos. Corea del Norte posee tres clases distintas de este tipo de armamento. Cada línea trazada en el cielo lleva el potencial explosivo de diecinueve bombas atómicas de Hiroshima combinadas.
La preocupación por un escenario de estas características surgió con mayor intensidad justamente luego de los ataques nucleares a Hiroshima y Nagasaki en 1945. Ese mismo año, los propios creadores de la bomba fundaron el "Boletín de los Científicos Atómicos". Dos años después, allí se publicó el "Reloj del Apocalipsis", una representación mediante la que se estima cuán cerca está el mundo de una catástrofe global. Cuando la aguja llegue a medianoche, significará el fin.
El punto más alejado de la catástrofe total ocurrió en 1991, con la firma del primer acuerdo de reducción de armas estratégicas entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, y la posterior disolución de esta última. En ese momento, el reloj marcó diecisiete minutos para la "medianoche".
De acuerdo a este reloj, el momento más cercano al fin de la humanidad ocurrió en 1953, cuando marcó dos minutos para las doce. Ese año, los dos estados protagonistas de la Guerra Fría probaron sus primeras bombas termonucleares. En 2017, como consecuencia del "aumento del nacionalismo, las declaraciones de Trump sobre las armas nucleares y su descreimiento en el cambio climático y la nueva carrera armamentística entre Estados Unidos y Rusia", los científicos ubicaron las agujas a dos minutos y medio del temido fin del planeta. El punto más crítico en más de medio siglo.
Rusia y la "Mano Muerta"
Desde hace poco más de tres décadas, existe un sistema que representa la cúspide de la capacidad humana para autodestruirse. Russia Today, el principal medio de comunicación estatal del país, señala que fue puesto en servicio en 1985, frente a la posibilidad de un ataque estadounidense selectivo que inhabilitara una respuesta soviética.
El Sistema Perímetr, como se lo conoce en Rusia, o "Mano Muerta", en Occidente, garantiza un ataque nuclear incluso en el caso de la destrucción absoluta de las líneas de comunicación y de la muerte de la totalidad de la dirigencia política y militar.
Mediante una monitorización con sensores sísmicos, de radiación y de presión atmosférica, el sistema de alerta temprana es capaz de detectar un ataque nuclear contra Rusia. En ese caso, Perímetr entra en modo de combate.
Una vez detectado el ataque, el sistema chequea la comunicación con el Estado Mayor General. De no registrar respuesta, Perímetr envía una señal al Kazbek, el centro neurálgico de la capacidad atómica rusa, controlado por el famoso maletín nuclear. Si este responde, la decisión de atacar recae sobre el oficial de mayor rango. Si no responde, el sistema también se activa. Misiles especiales son lanzados a lo largo y ancho del territorio ruso, enviando órdenes de ataque todos los misiles nucleares intercontinentales, incluso en los submarinos.
Existen dudas sobre la completa automatización del sistema. En caso de que los sensores detecten un ataque nuclear de gran escala sobre el territorio ruso, Perímetr no necesitaría de estos pasos previos para activarse. En el mejor de los casos, su activación es semi-automática, requiriendo la menor cantidad posible de involucramiento humano. La elaboración de un dispositivo de estas características llevó al límite la problemática cuestión del dominio del hombre sobre la técnica. La temática se vio reflejada en "Dr. Insólito", la recordada película de Kubrick de 1964, en la que ya se prevé un "dispositivo del fin del mundo" bajo control soviético.
El fin de la Guerra Fría dejó en suspenso la angustia por la cercanía de una catástrofe de esa magnitud, y "Mano Muerta" quedó en el olvido. Incluso se contempló la posibilidad de que hubiera sido desmantelado. Estados Unidos, quien poseía un sistema similar, lo desactivó en 1991, bajo la presidencia de George Bush padre.
En una entrevista en 2011, Sergei Karakayev, Comandante de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de la Federación Rusa, afirmó: "Sí, existe el sistema Perímetr hoy en día. Está en servicio. Y cuando surge la necesidad de la venganza, cuando es imposible abrir los lanzadores, el comando para hacerlo puede venir de los misiles de Perímetr".