El lento ocaso del Estado Islámico
Por Guido Luppino
El presente año mostró un repliegue militar constante del ISIS acompañado de importante pérdidas de territorios que dominaban. En el actual mes de Noviembre las fuerzas yihadistas finalmente fueron expulsadas por completo de la ciudad que tenían como capital de su Califato, al-Raqqa. Esto no sólo significa el detrimento de su poderío en base a territorios ganados, sino que contiene un peso simbólico por ser la capital del Califato, declarado el 29 de junio del 2014. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD), alianza militar encabezada por las tropas kurdas, fueron las encargadas de recuperar al-Raqqa en un combate que duró más de cuatro meses.
Luego de la expulsión de la capital de su Califato, continuaron las derrotas militares del ISIS. El gobierno sirio, que tiene como objetivo principal mantener en la presidencia a Bashar al-Assad, se impuso en combates claves en las ciudades de Deir Ezzor y Albu Kamal. El triunfo del Ejército sirio en Albu Kamal logró arrebatarle uno de los últimos refugios urbanos que le quedaban al ISIS, que se suma a la pérdida de Mosul y Tal Afar a mitad de este año.
Albu Kamal se sitúa en la frontera con Irak, lo cual llevó también a la perdida de al-Qaim, ciudad iraquí del otro lado de la frontera. En estos combates no solo ha participado el Ejército sirio, sino que se contó con el apoyo de grupos militares libaneses del Hezbolá, parte de la Guardia Revolucionaria de Irán y las milicias chií de Irak.
¿Fin del Estado Islámico?
El retroceso del ISIS es indiscutible. Este año encarnó un repliegue significativo para las fuerzas yihadistas que han perdido territorios, recursos económicos y combatientes. Pero, ¿esto representa que el ISIS está desapareciendo?
Podemos creer que esto no pasará, los grupos yihadistas a lo largo de su historia han ido mutando de nombre, de líder, replegándose o convirtiéndose en guerrillas, y eso mismo podemos pensar que pueda ocurrir con el ISIS. No parece ser que la desaparición sea la primera opción, el ISIS tiene “sucursales” por todo el mundo con seguidores que han ido incorporándose a sus filas. Es verdad que el retroceso es innegable, pero eso no significa que esté llegando a su fin.
El retorno de la yihad (entendida como la guerra santa para expender el islam, de la mano de los extremistas) con el Estado Islámico, fue y sigue siendo una de las experiencias más extremistas que se vivió dentro de lo que es la yihad. Si hacemos una breve comparación con otras experiencias (al-Qaeda, los Talibán) deja ver la enorme magnitud que tomó el Estado Islámico y de eso modo entender las razones por las que este retroceso no llevaría a la desaparición de la agrupación.
¿En que se basó la gran magnitud del ISIS? El Estado Islámico logró una estructura militar y económica mucho más grande que la de al-Qaeda, de donde surgió, y con mayores ambiciones políticas y territoriales. El control de territorios, hoy en claro retroceso, ha sido más extenso que lo que ha controlado alguna vez al-Qaeda o los Talibán al interior de Afganistán.
Lo que se presencia con el Estado Islámico es la construcción de un Estado en sí, capaz de financiarse, con sentido de pertenencia en sus tierras y una gran organización administrativa y económica. Esto es lo que nunca mostraron las distintas organizaciones yihadistas a lo largo de la historia. Si bien, se está perdiendo dicha estructura, lo que logró formar es un hecho que podrá dejar mucha identidad en la agrupación y sostener su existencia aunque ya sin tantas conquistas ni recursos.
Los territorios del ISIS tuvieron población autóctona contando con cierto respaldo popular1 a pesar de las polémicas medidas tomadas como la restricción a las actividades de las mujeres y los excesivos castigos con quienes no cumplan con la sharia (ley islámica). El ISIS se autofinanció con las arcas de todos los bancos de las ciudades tomadas, pozos petroleros y el cobro de impuestos a su población. El mayor negocio de los yihadistas pasó por la venta del petróleo al mercado negro, donde se calcula que han llegado a recaudar más de 3 millones de dólares por día. No debemos olvidar de otras formas de conseguir dinero como el secuestro de extranjeros y su posterior pago por la liberación, como así también donaciones provenientes de instituciones religiosas afines.
Todo este funcionamiento descripto marca la fuerte presencia que tuvo y sigue teniendo el ISIS. Por estas razones, más allá del fuerte retroceso actual, podemos entender que el ISIS no desaparecerá tan fácilmente.
¿Qué le queda al Estado Islámico?
Los yihadistas todavía tienen dominio territorial en Siria sobre el Este de la provincia de Homs, en las afueras del Sur de Damasco, capital del país, y en la provincia sureña de Daraa. Por otro lado, en Irak aún dominan la pequeña ciudad de Rawa, en el valle del río Éufrates.
En conclusión, si bien el retroceso del ISIS es notorio nada deja ver que estas derrotas harán desaparecer a la agrupación. Por otro lado, el conflicto al interior de Siria continúa y no se acaba con el repliegue de las tropas del Estado Islámico. Los intereses dentro de Siria trascienden ampliamente la diferencia entre las ramas del islam (chiítas y sunnitas), y por eso mismo las grandes potencias mundiales son actores principales de la guerra.
No debemos olvidar que la intervención de Occidente en Irak desde el 2003 dejó un país partido en tres (dividido dominio chií, sunní y kurdo), al igual que en Libia tras derrocar y asesinar a Gadafi el 2011, quedando dos gobiernos y territorios tomados por el ISIS.
La guerra en Siria comenzó en el 2011 y ya dejó más de 300 mil fallecidos, donde todavía no se vislumbra una posible solución.