Elecciones en Brasil : “En el último tiempo hubo una radicalización por parte de la derecha”
Agencia Paco Urondo: La contundencia del triunfo en primera vuelta de Jair Bolsonaro causo una conmoción en los analistas políticos. ¿Qué evaluación realiza sobre los resultados de las elecciones en Brasil?
Cintia Mansilla: La resolución del resultado de la primera vuelta de la votación en Brasil marca una nueva bisagra de cómo se viene analizando la situación en Brasil. La situación está fuertemente atravesada por un giro conservador. No solamente del pensamiento de la población en Brasil, sino fundamentalmente de la producción de los partidos políticos.
Vemos cómo gana un candidato de la ultra derecha que, lejos de ser un representante de la democracia tradicional, termina siendo un candidato antisistema que reflota tintes del fascismo de forma enmascarada. Esto implica un fuerte retroceso en la región.
APU: ¿Cuáles son los puntos claves para pensar cómo se llegó a esta situación?
CM: Hay algunas pistas que marcan este viraje conservador para ver cuáles fueron los puntos decisivos que hicieron que el fenómeno de Bolsonaro sea electo por más de 50 millones de brasileros y brasileras. Y cómo esa elección dejó plasmada una síntesis de violencia machista y patriarcal. Ahí aparecen algunos elementos claves: el rol de O Globo que viene hace cuatro años atacando a los candidatos del PT y generando la sensación de que todos los males de Brasil se deben al PT. Después también están los roles determinantes del Congreso Nacional en el golpe a Dilma Rousseff, el Poder Judicial en la proscripción de Lula y finalmente el apoyo de los pools de iglesias evangelistas y pentecostales, que está ligado al frente parlamentario evangélico.
APU: ¿Cómo se inserta el análisis del auge del movimiento de mujeres en este contexto? Hubo una movilización masiva repudiando la misoginia de Bolsonaro...
CM: Las grandes movilizaciones que se hicieron en Brasil y a la cual te referís, que fue realizada el 29 de septiembre pasado bajo el lema ElleNao, fueron en contra de la figura de Bolsonaro y todo lo que expresa en términos de misoginia y patriarcado. Esta movilización expresa la superación del machismo en la cultura. Por otro lado, hay que señalar que el factor del ataque a las mujeres sirvió para que muchos apoyen a Bolsonaro. Creo que el movimiento de mujeres Brasil no estaba tan abocado al activísimo callejero como lo conocemos en la Argentina y esa movilización marcó un despertar de otro forma de feminismo. Toda esta discusión compleja se da el marco de una sociedad muy marcada por el machismo que después se expresa en elecciones. La parte destacable de esta situación es que este proceso que se dio en Brasil con estas movilizaciones marca que a largo plazo se va a ir encendiendo la discusión, por fuera de la situación electoral, que por supuesto también es muy importante.
APU: ¿Cómo se piensa esta situación dicotómica del movimiento de mujeres avanzando casilleros en Brasil a la vez que los sectores más conservadores ganan la primera vuelta?
CM: En el último tiempo hubo una radicalización por parte de la derecha muy importante. Y parte de los movimientos de izquierda se fueron corriendo más al centro. Eso marca dos cosas: una postura de la izquierda de Brasil de hacer conciliar la lucha de clases y con la convivencia de clases. La derecha ha revivido la lucha de clases en Brasil en cierto sentido. La derecha quiere que lo otro, lo minoritario, las identidades disidentes, los afrodescendientes, lo excluido del sistema y las mujeres se arrodillen y respeten las clases mayoritarias. Para los que somos militantes es importante trabajar sobre estos elementos que una porción de la sociedad no está viendo. Hay que trabajar en el voto sobre el malestar económico que se está viviendo en Brasil.