The Guardian: “Cómo Barack Obama podría terminar la crisis de la deuda de Argentina”
Por Greg Palast*
El fondo buitre que amenaza devorarse a Argentina puede ser detenido por una simple nota de Barack Obama al Poder Judicial. Pero el presidente, que oficialmente apoya a la Argentina, no ha hecho lo que podría salvar del default a Buenos Aires.
Obama podría evitar que el billonario Paul Singer le saque un centavo a Argentina invocando la autoridad que le concede la Constitución de los Estados Unidos a través de la cláusula de “Separación de Poderes”. Obama solo necesita informar al Juez Thoma Griesa sobre las interferencias de Singer en la autoridad presidencial para regir la política exterior.
El presidente George Bush invocó este poder contra el mismo fondo que ahora amenaza a la Argentina. Bush bloqueó la confiscación de propiedades en Estados Unidos del Congo-Brazzaville, a pesar del hecho que el jefe del fondo buitre es uno de los más grandes contribuyentes del Partido Republicano.
Llamativamente, una corte de apelaciones intimó a este juez 30 años atrás de obedecer la directiva del presidente invocando sus prerrogativas en política exterior. En el “caso Singer”, el departamento de Estado informó al Juez Griesa que la administración de Obama coincide con los argumentos de Argentina, pero el presidente (Obama) nunca invocó esta cláusula mágica para detener a los fondos buitre.
La devastadora vacilación de Obama no es una sorpresa, repite la capitulación del presidente frente a Singer la última vez que estuvieron “mano a mano” (sic). Fue en 2009 cuando Singer a través de una brillante maniobra financiera tomó control de Delphi Automotive, la mayor proveedora de autopartes de General Motors y Chrysler. Ambas firmas estaban en bancarrota.
Singer y los inversores demandaban al Tesoro de los Estados Unidos para que les pague miles de millones de dólares, incluyendo USS 350 millones en efectivo, o –como amenazó Singer- “los haremos cerrar”. Interrumpirían la provisión de autopartes a General Motors. Literalmente.
GM y Chrysler, con autopartes disponibles para un par de días, habrían cerrado permanentemente, y forzados a la liquidación.
El negociador de Obama, el funcionario del Tesoro Steven Rattner, llamó a la demanda de los fondos buitres “extorsión”, una caracterización sobre Singer repetida la semana pasada por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Pero mientras que Fernández declaró “No puedo como Presidenta someter al país a tal extorsión”, Obama lo sometió en unos días. El Tesoro de Estados Unidos pagó al consorcio de Singer USS 12,9 billones (USSS 12.900 millones) en efectivo y subsidios del fondo de rescate del Tesoro de los Estados Unidos.
Singer respondió al gesto de Obama cerrando velozmente 20 de las 25 plantas Delphi de autopartes en Estados Unidos, transfiriendo 25.000 puestos de trabajo a Asia. Elliot Management de Singer se embolsó u$s 1.290 millones de los cuales Singer recibió personalmente la mayor parte.
En el caso de Argentina, Obama realmente tiene razones para actuar. El Departamento de Estado advirtió al juez que de adoptar las teorías de Singer, afectará los rescates soberanos en el mundo. Se ha reportado que, en 2012, Singer se unió al inversor buitre millonario Kenneth Dart para extorsionar al gobierno de Grecia para que haga una gigantesca cancelación de deuda durante la crisis del euro amenazando de crear un default masivo de los bancos en Europa.
La prensa financiera ha cambiado la forma de ver a Singer. Los comentaristas del Wall Street Journal están furiosos con la excéntrica reinterpretación del financista sobre los términos de los préstamos soberanos, a la manera como un Talibán interpreta un acuerdo de paz. No hay paz, no hay acuerdo.
Singer se ganó las plumas de buitre. Su ataque al Congo–Brazzaville contrarrestó la condonación de la deuda hecha por los ciudadanos de Estados Unidos y Gran Bretaña y, según Oxfam, minó la posibilidad de esa Nación para enfrentar una epidemia de cólera.
Para relucir sus credenciales de tipo duro, Singer realizó ataques legales al JP Morgan, Citibank, BNY Mellon y UBS pidiéndole que le paguen a él el dinero que Argentina les había pagado en la última década. Además los abogados de Singer persuadieron al juez para detener al BNY Mellon – el agente de Argentina- de realizar el pago a los tenedores de bonos por u$s 500 millones. Seguramente el presidente va a intervenir. ¿No lo hizo? No lo ha hecho. ¿Por qué?
No soy un psicólogo pero esto sabemos: Singer desbloqueó su cuenta multimillonaria, volviéndose el mayor donante para las causas republicanas de New York. Es fundador de “Restore Our Future” (Restauremos Nuestro Futuro) un club de muchachos millonario, que canaliza los fondos de Bill Koch y otros ricachones republicanos en una temible guerra dedicada a campañas políticas sucias.
Y Singer recientemente le dio u$s un millón para la operación de Karl Rove, otra maquinaria de ataque político. En otras palabras, hay un precio para cruzar a Singer. Y, a diferencia de la presidenta de Argentina, Obama parece no querer pagarlo.
Foto: Paul Singer, de Elliot Asociados
*Autor de “El Picnic de los buitres” y de investigaciones sobre el tema en The Guardian, The Nation y BBC.