¿Qué buscó Irán con su ataque a Israel?
Es aceptado por todo el mundo que el factor fundamental que atiza los tambores de guerra en el medio oriente es la voluntad indisimulada del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de escalar el genocidio contra el pueblo Palestino, y la hostilidad contra Irán.
En realidad se trata de un mismo tema: la defensa del pueblo palestino ha pasado crecientemente a ser liderada por Irán que, en los últimos 40 años se ha transformado en una poderosa potencia económica y militar. Su alianza con Rusia y con China, y su pertenencia a los BRICS ampliados, la proyectan como uno de los factores de peso que impulsan el advenimiento de un mundo multipolar que termine con la hegemonía irrestricta de la dupla angloyanki.
Las razones de esta política extremista y belicista, del “Bebe” Benjamín Netanyahu, estriba en que, con las acusaciones judiciales y el prontuario delictivo que arrastra, es un cadáver político, ampliamente repudiado en el propio Israel. Sólo atisba un camino de escape acentuando la represión al pueblo palestino y tratando de escalar la guerra con Irán hasta lograr la participación directa de EE.UU y el Reino Unido.
Por eso el primero de abril el gobierno israelí decidió bombardear el consulado y la embajada iraní en Damasco (Siria). Para provocar una respuesta militar iraní que conduzca a una guerra declarada en la que, presumiblemente, el gobierno de EE.UU. se iba a ver obligado a intervenir.
Hay que recordar que la barbarie del genocidio en Gaza ha aglutinado a gran parte de la opinión pública mundial contra el estado de Israel. Esto se ha evidenciado dramáticamente en los propios EE.UU. donde la intención de voto hacia Biden ha declinado en forma alarmante, en particular en la juventud, por el apoyo demócrata al gobierno israelí.
Con esta evidencia, el gobierno de Biden viene presionando al gobierno del “Bebe” Netanyahu para que cese el genocidio en Gaza y acepte un alto al fuego. La muestra máxima de esta presión fué la abstención de EE.UU. en el Consejo de Seguridad de la ONU en la resolución obligatoria de establecer un alto al fuego, que Israel no cumpió. Por primera vez en mucho tiempo EE.UU. no usó su poder de veto para bloquear una resolución contra su protegido: el estado sionista.
La respuesta Iraní
Con este panorama parecía que Irán se encontraba en un aprieto: por un lado, no podía dejar de responder militarmente a la provocación, por otro, esta respuesta le haría el juego al premier israelí en su propósitos.
La respuesta de Irán fue impecable:
a) Estableció que renunciaría a ejercer su derecho a legítima defensa si el Consejo de Seguridad de la ONU condenara la agresión israelí, que viola todos los principios del orden jurídico internacional. Como se sabe, tres de los miembros permanentes, EE.UU., Reino Unido y Francia, se negaron de plano, con lo que habilitaron a Irán para una respuesta militar.
b) Informó a Estados Unidos y a sus socios la fecha en que iba a proceder a implementar su respuesta, llamando explícitamente a que se abstengan de participar en el conflicto. Aclaró que su respuesta militar no iba a atacar a la fuerzas de las potencias aliadas de Israel.
c) Aclaró que su respuesta iba a ser proporcional y equilibrada, y se iba a restringir a instalaciones militares, preservando a la población civil.
Efectivamente Irán cumplió con lo anunciado. El sábado 13 de abril centenares de drones y misiles iraníes fueron disparados contra el territorio israelí, desde Irán, por primera vez en la historia. Puede decirse que se terminó la impunidad para Israel. En las últimas décadas Israel se arrogó el derecho de bombardear a voluntad a todos los países vecinos que quiso, sin ningún costo. Eso se acabó.
El mito de la publicitada “cúpula de herro”, el sistema de seguridad antiaérea israelí, también se derrumbó. Todo el planeta pudo contemplar a los misiles iraníes estallando en suelo israelí. En todo caso el sistema sirve para contrarrestar a los cohetes artesanales de la resistencia palestina pero no para la misilística moderna de Irán.
Irán declaró que, con la represalia instrumentada, dá por finalizado el incidente. Al mismo tiempo anuncia que de persistir Israel en nuevas provocaciones incrementará próximas respuestas. EE.UU. declaró que no participará si Israel decide proseguir con sus ataques. Por el momento la pretensión de Netanyahu de escalar la guerra no prosperó. Este round lo ganó Irán.